_
_
_
_
_

El Estado pagó 740.000 euros por daños del 'Prestige' a un hotel en construcción

Talaso Atlántico fue entonces el único establecimiento hotelero indemnizado

Fue la única empresa hotelera de Galicia compensada con indemnizaciones por daños derivados de la catástrofe del Prestige pese a que cuando se produjo el naufragio, el 13 de noviembre de 2002, aún estaba en obras. Incluso un par de meses antes, para cobrar unas subvenciones del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), los promotores habían solicitado una prórroga de seis meses para certificar su conclusión. No obstante, el Tálaso Atlántico, complejo hotelero de talasoterapia asentado en el municipio de Oia, recibió del Ministerio de Hacienda 740.519 euros como indemnización por los daños ocasionados por el naufragio del Prestige en su plan de negocio.

La historia del Tálaso Atlántico, un proyecto innovador y de alcance para toda Galicia, está, sin embargo, minada de despropósitos. Las propias licencias de construcción fueron anuladas hace dos años en sentencia firme del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, y la Xunta está dilatando su ejecución con la reposición de la legalidad -esto es, la demolición del complejo- mientras busca una manera de preservarlo y dar un provecho a los más de 4,5 millones de euros aportados en subvenciones públicas al proyecto. El complejo, tiene en nómina a 70 trabajadores.

"Nuestro negocio se basa en la pureza del agua del mar", aduce la dirección

Cuando naufragó el Prestige, la obra estaba casi acabada y contratada una buena parte del personal. Quedaba por hacer una pieza primordial, el emisario para captar las aguas que dan el carácter singular del hotel, su centro de talasoterapia. La Xunta había apostado decididamente por el proyecto, vinculado a la captación de un turismo de calidad y no estacional, y con grandes expectativas de desarrollo en otras partes de la costa. Las ayudas comprometidas, y finalmente libradas por la Administración autonómica, sumaban 3,8 millones de euros.

Esta apuesta autonómica es una de las razones que esgrime Talaso Atlántico para recabar ayudas al consorcio de seguros que afronta la compensaciones iniciales por los daños de la marea negra. Los promotores del proyecto comunican en los primeros meses de 2003 su delicada situación en la oficina específica que montó el Gobierno para las actuaciones derivadas de la catástrofe, donde encontraron una "natural receptividad" a sus planteamientos y aliento para proseguir los trámites establecidos para obtener las ayudas.

El chapapote, según indicaban los promotores en su informe, hacía demorar la construcción del emisario, impregnaba la piedra angular del proyecto (la pureza de las aguas) e impactaba como un "efecto psicológico negativo" sobre la clientela potencial del centro de talasoterapia, cuya disminución, así como los índices de ocupación y de ingresos, se cifró en torno al 60%, tomando como referencia las consecuencias que había tenido el naufragio del Erika en el turismo de la Bretaña francesa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Las expectativas de facturación del Tálaso Atlántico durante el ejercicio completo de 2003 eran de 4,6 millones de euros. La marea negra, según las estimaciones que hacen los promotores a principios de año, antes de inaugurarse el complejo, las reduciría en 2,7 millones, y a eso habría que añadir los costes financieros de los préstamos (5,7 millones) de Caixanova, "entidad que con mayor tesón ha apostado por el proyecto", así como los sueldos del personal ya contratado y otras cargas.

"Todas las partidas que dieron lugar a cuantificar la compensación fueron escrutadas y comprobadas por los responsables de concederlas", asegura la dirección del hotel, que tampoco aprecia ninguna discriminación en el hecho de ser el único de Galicia en recibir las ayudas: "Era el único cuyo negocio dependía directamente de la pureza del agua del mar", aduce.

El ejercicio de 2003 no resultó, al cabo, tan catastrófico como se auguraba luego de la marea negra. En el verano se constató una bajada en la ocupación hotelera de Galicia del 7,45%. El complejo de Oia abrió en la Semana Santa de aquel año y recibió un notable impulso con la Feria Mundial y la Conferencia Internacional de Ministros de Pesca que se celebró en septiembre. En 2005 ingresó la indemnización de Hacienda.

Baile dispar de millones

Los socios de Balneario del Atlántico SL, la empresa titular del Talaso Atlántico, certificaron una inversión de 11,6 millones de euros en el proyecto para acceder a las ayudas del Igape, que sumaron 1.710.698 euros. Además recibieron 1.905.580 euros de la Consellería de Cultura y Turismo. En la solicitud de licencia de obras ante el Ayuntamiento de Oia certificaron una inversión, sin embargo, de 3,9 millones de euros, lo que les permitió obtenerlas abonando 84.885 euros en lugar de los aproximadamente 250.000 euros que corresponderían de haber mantenido el mismo presupuesto que se trasladó al Igape.

El complejo se edificó sobre terreno rústico, en la ladera de Cabo Silleiro y fue puesto en jaque por la denuncia del pleitista Eulogio Abeleiras, tras comprobar que el hotel y sus complementos se habían construido en base a una ordenanza local, la número 13, inexistente: solo se había tramitado la aprobación de su grafiado, pero no el texto. Como consecuencia del proceso abierto por ese motivo, el Tribunal Superior de Xustiza anuló las licencias en marzo de 2009 y desde entonces está pendiente la reposición de la legalidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_