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Columna
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Exámenes a la economía

Periódicamente distintos organismos internacionales realizan estudios con el objeto de clasificar a los países en función de los distintos indicadores y dotaciones económicas. La elaboración de los mismos permite la presentación de rankings con los que apreciar su evolución. Recientemente, el World Economic Forum acaba de publicar su estudio Global Competitiveness Report, correspondiente al año 2008-2009, en el que sitúa a España en el vigésimo séptimo lugar en cuanto a la calidad de las infraestructuras.

Repasando los distintos epígrafes del mencionado capítulo podemos resaltar las siguientes notas. En lo tocante a la calidad de las carreteras, España ocupa el puesto 30º sobre un total de 131 países, con una nota de 5,1 sobre 7. Nos superan muchos países europeos, y estamos al nivel de Letonia y Australia. En lo que concierne a los ferrocarriles, España se sitúa en el puesto 19, pero con una nota de 4,7. En este caso, las recientes inauguraciones del tren de alta velocidad seguro que habrán incidido en la buena posición alcanzada. Si nos atenemos a la calidad de las instalaciones portuarias, España desciende al puesto número 30, con una valoración de 5 sobre 7. Sólo superamos a Portugal, Lituania, Grecia e Irlanda entre los países comunitarios marítimos. Y en lo que hace referencia a las instalaciones aéreas, España logra el puesto número 34º, con una calificación de 5,6.

Llama la atención que nos encontremos tan alejados en lo tocante a las reformas económicas

En el apartado de infraestructuras también se valora la calidad de la oferta eléctrica y las líneas telefónicas y, en dichos epígrafe, España ocupa los puestos 38º y 21º, respectivamente. Es decir, las peores notas son en infraestructuras del transporte aéreo y portuario. Solo en infraestructuras ferroviarias nos situamos entre los veinte primeros países del mundo. De resultas de estos datos una conclusión evidente: la calidad de las infraestructuras españoles constituye una desventaja competitiva.

Si examinamos otros componentes de los índices del WEF, aquellos que revelan la posición comparativa de un país respecto a los demás, resaltamos lo siguiente. En primer término, apenas hemos variado de posición en el ranking, pues en los tres últimos informes España ocupa siempre el mismo puesto (número 29, de 133) y con la misma nota 4,7. En segundo lugar, de los 12 epígrafes, sólo en dos superamos el 6 (los correspondientes a la sanidad y a la educación primaria) y en tres superamos el 5 (las relativas a las condiciones de mercado; estabilidad macroeconómica e infraestructuras). Finalmente, estamos muy retrasados en innovación (3,6), en eficiencia del mercado laboral (4,1), y en materia institucional (4,6).

El Doing Business, confeccionado desde el Banco Mundial, también acaba de editar su informe y mide el clima empresarial del planeta. El informe relega a España al puesto número 49, en lo que se refiere a la calidad existente para efectuar negocios. Hemos bajado tres puestos en relación al año anterior. Llama la atención, pues, que siendo la octava potencia del mundo, nos situemos tan alejados de los primeros puestos en lo tocante a la calidad de las reformas económicas que, sin duda alguna, se vinculan con la eficiencia y con el atractivo empresarial.

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Los componentes negativos de este índice Doing Business se centran en el mercado de trabajo (que califican de rígido, con dificultades de contratación y falta de flexibilidad de horarios, a los que hay que añadir la complejidad burocrática para la creación y constitución de empresas); la justicia (que acumula un retraso superior a los 2 millones de causas sin resolver y en los pleitos de contenido económico se requieren una media de 515 días) y un mapa impositivo bastante anacrónico (que ofrece escasas garantías inversoras y cuenta con un modelo tributario que requiere del sector privado 234 horas anuales de coste fiscal).

Según la clasificación del Doing Business, los países que encabezan el ranking son Singapur, Nueva Zelanda, EE UU, Hong Kong, Dinamarca y Reino Unido. Y la lista del World Economic Forum, la encabeza EE UU y le siguen Suiza, Dinamarca, Suecia, Singapur y Finlandia. Corolario final: a España aún le queda mucho trabajo por hacer y debe acometerlo de manera rápida para estar situada en las primeras posiciones y lograr, en consecuencia, ser un país atractivo y competitivo.

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