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Expertos advierten que los recortes agudizarán el problema demográfico

A los municipios de menos de 1.000 vecinos solo los salvará la inmigración, avisan

Los expertos en demografía señalan a menudo que la disponibilidad de escuelas infantiles en el medio rural a precios asequibles puede frenar la despoblación del campo e incluso animar a los padres a tener más hijos, porque la cercanía de guarderías favorece la conciliación de la vida familiar y laboral. Para el próximo curso, y con el ahorro impuesto por la crisis como telón de fondo, la Xunta subirá un 27% las tarifas de estos centros públicos. Durante la última comisión de estudio para la elaboración del Plan de Dinamización Demográfica de Galicia, celebrada ayer en el Parlamento, el sociólogo Carlos Manuel Abella recordó que cada paso atrás en servicios para las familias disminuye las posibilidades de rejuvenecer el campo. "Si recortamos el Estado del bienestar no va a aumentar la natalidad. Los servicios sociales tienen que ser uno de los pilares de todo plan de dinamización demográfica".

"Crece el intervalo entre un hijo y otro, cada vez cuesta más dar ese paso"
Perderán habitantes las localidades que crecieron durante la bonanza económica

La de Abella fue la última de las tres intervenciones de expertos previstas para la sesión de ayer, junto a las de Dolores Puga González, socióloga del CSIC y Dolores Sánchez Aguilera, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona. Todas incidieron en la necesidad de ofrecer a las familias servicios sociales de calidad - y no tanto ayudas directas-, favorecer la llegada de inmigrantes y crear empleo en el rural para evitar "la desertificación demográfica". El declive poblacional se hará evidente en la próxima década y afectará de manera más intensa a las provincias de Ourense y Lugo. No se salvarán tampoco de la pérdida de vecinos, pronostican los expertos, los municipios de entre 2.000 y 20.000 habitantes y posiblemente también los ayuntamientos suburbanos que crecieron en población durante los años de bonanza económica. Los de menos 1.000 solo podrán salvarse de la desaparición con la llegada de inmigrantes. "Aquí las actuaciones para favorecer la fecundidad tienen un efecto limitado. Si no hay mujeres, no hay niños". Ellas emigran más, y en los pueblos quedan hombres cada vez más envejecidos. Para estas zonas, Sánchez Aguilera solo ve una solución, una experiencia local exitosa en algunos municipios del Maestrazgo turolense: la puesta en marcha de servicios para "nuevos pobladores", inmigrantes de otras zonas de España y Europa. Los flujos migratorios dentro de la UE son "más estables" que los extracomunitarios. "A los inmigrantes de más lejos es improbable que los mantengamos en épocas de crisis", reconoce Puga.

Todo ello acompañado de ayudas al segundo o al tercer hijo -"cada vez aumenta más el intervalo entre un hijo y otro, cada vez supone más esfuerzo dar ese paso", recalca Puga González-, a la fecundación asistida o la dinamización del mercado de alquiler de viviendas. Abella propone incluso la puesta en funcionamiento de un servicipio municipal de canguros para atender a los niños. El éxito de toda campaña para frenar el envejecimiento de la población pasa también por garantizar buenos sistemas de transporte y asegurar el acceso a Internet. "No es una medida natalista, pero es algo básico", sentenció Abella.

Los expertos también apuestan por hacer compatibles los horarios laborales con la crianza de los niños, objetivo por el que trabajan desde hace años muncipios como A Coruña y Ferrol, con sus respectivos planes de Programación del Tiempo, una especie de guía para fijar tanto los horarios laborales como los de las actividades lúdicas y formativas para el tiempo libre de los pequeños. "En Suecia han tenido mucho éxito los servicios sociales de carácter personal y muy tecnológicos. Así, el anciano que vive solo puede estar permanentemente monotorizado desde su casa y a la vez se crean puestos de trabajo muy cualificados para los jóvenes", defiende Puga. El país nórdico, con entidades de población muy dispersas, sirvió de ejemplo de lo que se debe hacer para atraer o, en todo caso, mantener población en el campo.

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