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Feijóo inicia recortes en educación y sanidad tras garantizar el gasto social

La Xunta ahorra tres millones en libros y paga otro tanto a colegios del Opus

Durante la endiablada carrera electoral que le hizo parar a diario en cinco pueblos distintos con su exitoso mensaje del Audi y los despachos, Alberto Núñez Feijóo se cuidó muy mucho de garantizar que su Gobierno mantendría el gasto social. Con pequeños retoques en cada mitin, el guión era siempre el mismo: el candidato dibujaba la peor realidad económica posible, citaba "la crisis en la que metió a Galicia el bipartito" y prometía una nueva Xunta que acabaría con "el despilfarro y el lujo asiático del Gobierno" preservando siempre el dinero para educación y sanidad.

El presidente lo repitió una vez elegido en el debate de investidura y en cada una de las entrevistas donde desgranó su plan de gestión. En la que concedió a este periódico el pasado 19 de abril comprometió "recortar el gasto corriente y de personal, salvo en sanidad y educación donde no se rebajará ni un euro". Cuatro meses más tarde -en los que la nueva Xunta ha denunciado un "agujero" contable de 1.200 millones de euros en el presupuesto heredado del bipartito y "un desfase en los fondos recibidos del Estado" que obligarán a devolver 1.900 millones a partir de 2011-, la tijera de Feijóo ha entrado ya sin disimulo en el gasto social.

Farjas suspende sine díe el 20% de las cirujías sin ofrecer alternativas

Primero fueron los libros de texto, de uso gratis con el anterior Gobierno, y que ya en septiembre empezarán a pagar tres de cada cuatro familias gallegas. A pesar de que el propio presidente garantizó tras uno de sus primeros consellos de la Xunta que sólo las rentas altas perderían la gratuidad, Educación decidió que serán exclusivamente las familias con ingresos inferiores a 5.400 brutos por persona (6.000 para los hogares monoparentales) las que reciban el cheque de 180 euros para libros. El resto de padres, con salarios de hasta 9.000 euros por persona y año, recibirán ayudas parciales. Los hogares que se sitúen por encima de ese umbral, el 35%, abonarán todo el material escolar.

Para justificarlo, la Xunta esgrimió primero que no había fondos para todos, aunque semanas después aclaró que el ahorro de su política, tres millones de euros por curso, lo dedicará a pagar los comedores públicos. Pero el presupuesto es el mismo, según cálculos de Comisiones Obreras, que el Gobierno asignará este curso a pagar los conciertos -suspendidos el último año por el bipartito- con cinco colegios del Opus Dei que segregan por sexo a los alumnos, y que el Ejecutivo de Núñez Feijóo dejó firmados el día en que se fue de vacaciones.

El pasado fin de semana, una denuncia del PSdeG destapó nuevos recortes, esta vez en sanidad. Apoyándose en el contundente informe del Consello de Contas que censura los excesos de la política de peonadas del bipartito -horas extra que se pagan a los médicos que operan y consultan por la tarde en el Sergas- la nueva Xunta suspendió de manera indefinida toda esa actividad extraordinaria. La decisión no suficientemente explicada por la Consellería de Sanidade -con Pilar Farjas oficialmente de vacaciones estos días- supone aplazar sine díe el 20% de las cirugías en los hospitales públicos.

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Entretanto, fuentes de la Xunta anuncian un estudio para determinar qué porcentaje de intervenciones se pueden encajar en la actividad ordinaria hasta encontrar una solución alternativa que evite el colapso en las listas de espera y la sanidad pública. El remedio que estudia Sanidade pasa por contratar personal y establecer turnos por la tarde que permitan aprovechar los quirófanos y el resto de la infraestructura sanitaria. El sistema es caro porque implica nuevas contrataciones de personal médico. Será la prueba del nueve de la política social de Feijóo.

El Audi A8 de Touriño, de saldo

Monopolizó toda la campaña electoral hasta que en el epílogo -el penúltimo acto en Vigo- acabó colocándole metafóricamente el cartel de "se vende". El candidato Núñez Feijóo clausuraba así 15 días de mítines con el Audi de Touriño siempre presente. "Lujo asiático", "más caro que el de Obama y el de Sarkozy", "despilfarro", "sultanato", abundaban en calificativos los dirigentes populares. Fue tal la insistencia con el famoso coche, que esa fue la primera pregunta que los periodistas le hicieron a Feijóo la mañana siguiente a la victoria electoral.

Ese mismo día, la nueva Xunta aparcó todos los audis (los 32 comprados durante la era Fraga, y los tres del bipartito). Esos vehículos sólo volvieron a ver la luz cuando la Consellería de Presidencia abrió el garaje para mostrar a la prensa el vehículo blindado de Touriño. En julio, la Xunta anunció que la berlina adquirida hace ahora dos años por 480.000 euros se venderá ahora por 280.000 en una subasta que pretende sustituirla por coches para centros de día y Protección Civil.

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