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Feijóo insinúa un retraso en la ley para rebajar la espera sanitaria

El presidente se escuda en Zapatero para justificar la demora

Fue el 23 de febrero de 2008, a cinco días de las elecciones que lo auparon a la presidencia de la Xunta. Pisando el terreno, en las fincas aun sin expropiar por el bipartito del futuro hospital de Vigo, el candidato Alberto Núñez Feijóo prometió garantizar por ley la atención sanitaria sin esperas. Su compromiso concreto consistía en un seguro público para garantizar que las listas de espera no superen los 60 días en cirugía, y los 45 para una prueba diagnóstica. En virtud de aquella promesa electoral, reflejada en el programa, los pacientes con enfermedades graves no tendrían que esperar nada. Las prioridades, dijo aquel día Feijóo, las fijarían "las sociedades científicas y médicas". El cabeza de cartel del PP puso de ejemplo patologías como el cáncer o las cardíacas. Sus promesas en sanidad no pararon ahí y también incluían la "receta pediátrica gratuita" para que las familias con niños con enfermedades "crónicas" no tengan que pagar los medicamentos.

El presidente prometió garantizar que nadie aguardaría más de 60 días

Eso fue en campaña y de aquella oferta electoral nunca más se supo. Hasta ayer. El presidente anunció anunció en el Parlamento que el impulso inmediato de esa medida se condiciona ahora a que el Gobierno central transfiera durante el próximo el año el fondo de cooperación, 243 millones de euros, cuyo pago pretende retrasar el Ejecutivo de Zapatero. Si el Gobierno socialista hace lo que exige la Xunta, la ley se aprobaría el primer semestre del próximo año. Si eso no sucede, el compromiso seguirá esperando, aunque fuentes de la Xunta aseguraron más tarde que se llevará a cabo en esta legislatura.

No fue el único cambio que experimentó el discurso de Feijóo en su tránsito de la oposición a la Xunta. Si en 2008 acusaba de "privatizar" la sanidad al bipartito por tener en las listas de espera a 330.000 pacientes que tendrían que buscar remedio a sus problemas fuera del sistema público, ayer, cuando el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, le reprochó que las listas de espera no sólo no mejoran, sino que van a más, el presidente pidió que en sanidad "no se hable de estadísticas o de números, sino de personas". Y por eso evitó dar la cifra de pacientes que esperan por pruebas diagnósticas o cirugías en el Servizo Galego de Saúde. Se limitó a explicar que la atención a las patologías graves se está agilizando y que ahora los pacientes esperan 21 días donde antes aguardaban 54.

No es la primera vez que el PP y su presidente recurren al Fondo de Cooperación que debe transferir el Gobierno a Galicia para adquirir sus compromisos. Cuando se le pregunta por la negativa de la Consellería de Traballo a financiar la atención a nuevos dependientes, Feijóo repite que toda la demanda estaría cubierta si el Gobierno central transfiriese los 243 millones de euros de dicho fondo. De paso recuerda que, por ley, el Ejecutivo de Zapatero está obligado a financiar la mitad de la atención, como viene haciendo la Xunta. Por otra parte, en el pleno de ayer, el PP rechazó una proposición del PSdeG para que la Xunta garantizase una "puerta única de entrada a los hospitales de Vigo". La iniciativa pretendía "garantizar la igualdad en el acceso" a todos los ciudadanos una vez que esté hecho el nuevo complejo de la ciudad. El portavoz socialista de sanidad, Modesto Pose, acusó a la consellería de asignar población al hospital privado Povisa "para planificar un nuevo hospital disminuido de recursos y de dotación".

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