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Feijóo: "¿La política de personal de Baltar? Ahora me voy a Xinzo y a Celanova"

El presidente presume junto a Baltar de "austeridad y contención del gasto"

A 82 días para las municipales, Feijóo abraza el baltarismo. "Se acabaron los tiempos de las luchas internas", proclamó ayer en Ourense el presidente del PP de Galicia flanqueado por los dos Baltar (padre e hijo) y por el aspirante a la alcaldía de la ciudad, el parlamentario Rosendo Fernández, en la inauguración de la oficina del candidato. En el momento en el que arrecian las críticas, y las denuncias judiciales, contra la gestión de la Diputación por parte del barón ourensano, Feijóo lo redime con su presencia y su discurso.

No fueron solo sus palabras. Los populares convocaron a los medios de comunicación a unos 100 metros del local en el que se iba a celebrar el acto para que levantaran acta del encuentro del dirigente gallego con los presidentes del PP y de la Diputación. Los tres, acompañados por un pequeño séquito, sonrieron para los fotógrafos, se estrecharon las manos y se dieron palmaditas en la espalda mientras se dejaban ver paseando juntos por la céntrica calle del Paseo.

Baltar Blanco carga contra el "despilfarro" de los gobiernos bipartitos
El líder del PP gallego proclama el fin de las "luchas internas" en Ourense

Ante el portal de la oficina del candidato, medio centenar de militantes baltaristas aclamaron al aspirante, hombre de la máxima confianza de José Manuel Baltar Blanco, al grito de "alcalde, alcalde, alcalde", mientras se acercaban a saludar al presidente provincial, a quien felicitaron por su inminente paternidad. "Presidente, avísame cuando sea el mitin de Esgos", le pidió un militante.

El presidente del PP gallego quedó prácticamente diluido en medio del baltarismo ourensano a pie de calle. En la abarrotada oficina del candidato, Baltar Blanco arremetió contra los "inoperantes y despilfarradores" gobiernos bipartitos y proclamó a Feijóo como "espejo" en el que se habrá de mirar el "próximo alcalde del PP".

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Feijóo le devolvió con creces el piropo. Felicitó al PP de Ourense por "abrir las puertas del partido" y animó a los militantes allí presentes a "entrar en las casas" para anunciar el "cambio en la gestión" municipal. Frente al "despilfarro de los socialistas", Feijóo propuso el modelo de "austeridad y contención del gasto del PP".

Cuando, finalizado el acto, los periodistas le preguntaron si ese modelo de contener el gasto será el de la política de contrataciones que lleva a cabo José Luis Baltar en la Diputación, Feijóo evitó responder. "Con todos los respetos, estamos hablando de las elecciones municipales. Y ahora me voy a Xinzo y después a Celanova", esquivó.

En la oficina del candidato, el presidente gallego había arremetido contra los bipartitos "que gobiernan aunque pierden las elecciones" en contraposición al "democrático PP", que "se compromete a gobernar solo si las gana". "Aquí no hay trampa ni cartón, nosotros no tenemos compromisos con nadie", afirmó Feijóo en la provincia con más denuncias de enchufismo.

Cuando los periodistas le preguntaron si su partido incluirá a tránsfugas en las listas, acusó al PSOE de haber roto el pacto anti-transfuguismo y despejó el camino para que cada junta local del PP decida a quién incluye en las candidaturas "de acuerdo con nuestros estatutos".

Feijóo y Baltar se saludan en una calle de Ourense, en presencia del candidato del PP a la alcaldía, Rosendo Fernández (con jersey celeste).
Feijóo y Baltar se saludan en una calle de Ourense, en presencia del candidato del PP a la alcaldía, Rosendo Fernández (con jersey celeste).N. GÓMEZ

Un candidato eclipsado por el aparato provincial

El candidato que inauguraba oficina es, pese a haber desempeñado casi todos los cargos institucionales posibles en el PP, prácticamente un desconocido para la opinión pública ourensana. El elevado protagonismo de los dos Baltar aniquila la proyección de este político de discreto perfil que fue alcalde de A Merca, subdelegado del Gobierno y parlamentario autonómico.

Feijóo se arrima al baltarismo en un momento en el que las encuestas realizadas por el propio PP le dan una pérdida de tres concejales en la ciudad, dejando al partido a cuatro escaños de la mayoría absoluta. Ourense sería la excepción al previsible crecimiento del PP en el resto de las ciudades gallegas.

El candidato no ayuda. Lo reconocen baltaristas y oficialistas, que destacan su bonhomía. La crispación interna desatada por el nuevo líder provincial -Baltar hijo, que ha laminado en la ciudad al sector crítico- tampoco. Rosendo Fernández pasa desapercibido en los actos que celebra, cuyo verdadero protagonista es el presidente provincial, Baltar Blanco.

Ayer Baltar Blanco dio cuenta ante su militancia de la labor que realiza el candidato. "Lleva trabajando muchos meses en todos los barrios y distritos, fue recibido por el presidente de la Diputación y por el del PP nacional, con quien estuvimos hace unas semanas", enumeró Baltar Blanco los logros de su hombre de confianza y apuesta personal frente al más conocido y valorado por sus votantes -según la encuesta del propio partido- el portavoz municipal del PP y ex alcalde, Enrique Poly Nóvoa.

En el discurso en su sede de aspirante a la alcaldía, Fernández repitió prácticamente las críticas del presidente provincial a los bipartitos y al alcalde ourensano, el socialista Francisco Rodríguez, a quien ambos acusaron de "echar por tierra una buena entrada para el AVE" y de haber convocado, ayer mismo, "un paripé" con el secretario de Estado de Fomento, "de espaldas a todos los colectivos sociales y empresariales".

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