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Ferrín reivindica la construcción nacional en el homenaje a Curros

César Antonio Molina, que había anunciado su asistencia, no acudió al acto

Con la "dignificación del acto a cargo de la conselleira de Cultura", según destacó Méndez Ferrín, y sin la anunciada presencia del ministro de Cultura, César Antonio Molina, Curros Enríquez recibió ayer, en el centenario de su muerte, el homenaje de su villa natal. Gaitas, coral, pertinaz orballo y alegato lingüístico y nacional para rememorar a quien "representó los valores democráticos y nacionalistas", fueron el preámbulo de la inauguración de la exposición sobre el autor de Aires da miña terra en la Casa dos Poetas. Bajo el título de Na frente unha estrela, la casa de Curros muestra, entre otros objetos recopilados por la Real Academia Galega, la bandera con la que se cubrió su cadáver, colecciones de partituras y poemas musicados y primeras ediciones de sus libros, compartiendo anaqueles con apuntes manuscritos del poeta.

Ayer, en el acto de la entrega floral ante su busto "que mira revirado hacia el monasterio de Celanova", el también escritor celanovense Méndez Ferrín fundió sus propias vivencias de infancia con las del poeta y recordó la represión franquista que arremetió contra la Organización de Intelectuales Libres y encarceló a galleguistas como Fernández del Riego o Paz Andrade. "En 1951 aún había miedo aquí por el uso del gallego", rememoró Ferrín.

Tras reconocer que "los tiempos de la libertad y la prosperidad aún no son llegados" el escritor y patrón de la Fundación Curros Enríquez proclamó, sin embargo, que "ninguna fuerza maligna prevalecerá más contra la poesía de Curros ni de Celso Emilio Ferreiro; ninguna fuerza maligna prevalecerá más contra la lengua gallega". Ferrín cerró su intervención calificando el homenaje a Curros en su villa natal como "un gesto admonitorio y republicano para la construcción nacional de Galicia".

Junto a Méndez Ferrín, descendientes de Curros, entre los que se encontraba su tataranieta Miryam Gilbertson, asistieron al homenaje y colocaron un ramo de flores ante el busto del poeta. La música, tanto o más que la palabra, fue eje central del homenaje a cargo de la banda de Celanova y la Coral Solpor de la villa. "Curros fue el poeta más musicado de Galicia", había predicho el secretario de la Real Academia Galega, Xosé Lois Axeitos. Ayer se repitió la fórmula.

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