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Los Franco podrán alegar contra Patrimonio

Los herederos de Francisco Franco cuentan con el plazo de un mes, a partir de hoy, para alegar contra el expediente abierto por la Consellería de Cultura con el fin de declarar un Bien de Interés Cultural (BIC) el Pazo de Meirás. "Ninguna edificación de estilo similar iguala a la de Meirás en dimensión, contexto histórico y calidad formal", asegura el departamento que dirige la nacionalista Ánxela Bugallo en la resolución que publicó ayer el Diario Oficial de Galicia. El conjunto patrimonial, pagado con dinero público y donativos forzosos para ser regalado en plena Guerra Civil al dictador, tiene sobrada "relevancia histórica, arquitectónica y paisajística", según la Dirección General de Patrimonio, para obtener una declaración que le concederá especial protección y obligará a sus dueños, la familia del dictador, a abrir sus puertas al público cuatro días al mes.

El valor histórico del singular castillo de estilo neorrománico, enclavado en el municipio coruñés de Sada, data de los antepasados de Emilia Pardo Bazán, quien sobre las ruinas de un pazo incendiado hizo construir entre 1893 y 1907 la actual fortaleza. Fue "un punto de referencia de la vida y obra" de la célebre escritora, destaca Cultura.

Un pazo enriquecido

La propiedad reforzó su valor e interés general a partir del momento en que fue donado al caudillo, el 5 de diciembre de 1938, dado que, según constataron los técnicos inspectores de la consellería, se ensanchó el conjunto con anexos y fincas, y se "añadieron piezas de valor histórico-artístico". Balaustradas, pináculos, fuentes, cruceros, hórreos y blasones fueron llevados desde toda Galicia hasta el pazo de Meirás en la costosa operación para adecentarlo y decorarlo con el fin de convertirse en suntuosa residencia veraniega del dictador. "Hay edificaciones de igual estilo en el vecindario", explica Patrimonio en su resolución, pero el pazo "destaca por su singularidad, la significación cultural y simbólica que adquirió con el tiempo".

A la Consellería de Cultura le costó año y medio cerrar el expediente ante la frontal oposición de los Franco a permitir siquiera la inspección de una propiedad incluida en el Patrimonio Cultural de Galicia. Pero ahora la Xunta confía en superar cualquiera de las alegaciones de los dueños de Meirás y acabar en pocos meses la tramitación que devolverá un mínimo uso público del edificio.

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