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Galicia pierde todo su poder financiero

El Banco Pastor mantendrá su marca comercial pero absorbido por el Popular - Feijóo pide tiempo para analizar y la oposición da por perdido el ahorro gallego

225 años de historia, el primer banco fundado en Galicia y 14.111 empleados en 2.222 oficinas se diluirán mañana cuando el consejo del Banco Pastor apruebe ser absorbido por el Banco Popular. La operación alumbrará la quinta entidad financiera de España, con 174.000 millones de euros en activos. Pero despide más de dos siglos de actividad de la familia Barrié, símbolo de la élite financiera gallega y fundadora de otra gran empresa, Fenosa, que corrió la misma suerte cuando se vendió a Unión Madrileña en 1982. El Pastor será una simple marca comercial para las oficinas de Galicia.

El sector financiero gallego prácticamente ha desaparecido en una semana. El pasado sábado, Novacaixagalicia era nacionalizada con un valor ínfimo que la aboca a su desaparición como caja. Seis días después, el Pastor se diluye en un banco casi seis veces mayor que la entidad con sede en A Coruña. Galicia queda con dos minúsculos bancos, el Gallego y el Echeverría -el más pequeño de España- aunque la mayoría de participaciones de ambos están en poder de la caja nacionalizada. La operación deja en el aire el futuro de la Fundación Barrié, justo en el momento en que NCG ya ha reconocido que su nacionalización la deja casi sin fondos para financiar su obra social.

El Popular paga 1.362 millones de euros en acciones con una prima del 35% sobre el valor de los títulos de la entidad gallega. Al igual que ha sucedido con las cajas, el Pastor paga cara su apuesta por el ladrillo. El 20% de sus créditos, 4.813 millones están en manos de constructores y promotores inmobiliarios, lo que motivó su suspenso en los test de solvencia del pasado mes de julio, un lastre a la hora de buscar financiación en los mercados.

La madeja de accionistas y la entrada del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria en Novacaixagalicia donde ahora posee el 93% de sus títulos provocará que el Gobierno se convierta también en accionista del Popular con un 1%, el equivalente al 5,25% que NCG tenía en el Pastor.

El anuncio de la venta que implica la puntilla para el sector financiero gallego desató una ola de reacciones políticas y sindicales. La oposición señaló directamente al presidente Feijóo. Tanto el PSdeG como el Bloque señalaron que en dos años de Gobierno del PP se finiquitó todo el ahorro gallego. Los sindicatos lamentaron la mala noticia y anticiparon las consecuencias nocivas que tendrá sobre el empleo en la banca, que ya ha perdido a un 10% de sus trabajadores en el último año por la fusión de Caixa Galicia y Caixanova.El cierre de oficinas parece inevitable, ya que el Popular posee una potente red en la ciomunidad gallega a través del antiguo Banco de Galicia, con 150 sucursales frente a las 270 del Pastor.

El PSdeG, el Bloque y todos los sindicatos salieron ayer en tromba a pedir explicaciones a la Xunta. Pero el presidente, Alberto Núñez Feijóo, acompañado de 100 cargos del partido, estaba en la convención queel PP celebra en Málaga. Mientras Feijóo lanzaba consignas electorales desde el atril del PP apelando a recuperar la confianza sobre la economía española con Rajoy como presidente, los socialistas y nacionalistas le reprochaban en casa que durante su mandato se haya esfumado todo el ahorro gallego. Los sindicatos lanzaron negros pronósticos sobre el empleo en el sector alertando de que la venta del Banco Pastor hará desaparecer oficinas y mandará trabajadores al paro.

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El PP, que sí remitió comunicados censurando al ministro José Blanco, correos urgentes con la foto de Feijóo en la convención y notas para amplificar las consignas electorales de su jefe de filas, no se pronunció sobre la venta del Pastor. Feijóo, en una entrevista grabada que la Cadena SER emitirá mañana, se limitó a pedir tiempo para valorar la operación, que enmarcó dentro de un contexto europeo en el que los bancos precisan crecer.

Bumerán del PP

"Probablemente estemos ante un supuesto de esta naturaleza, entre dos bancos -aunque uno sea más grande que otro- que se fusionan. Hay alguna posibilidad de mantener determinados vínculos. Cuando un banco grande absorbe a otro, entonces esos vínculos son más difíciles de mantener", acertó a decir el presidente. Nada que ver con su discurso de la oposición cuando responsabilizó directamente al Gobierno de Emilio Pérez Touriño de frustrar la compra por parte de un grupo de empresarios gallegos de la energética Unión Fenosa, que finalmente acabó en manos de la constructora ACS. Entonces los populares emprendieron una campaña contra el bipartito con preguntas en el Parlamento y ruedas de prensa diarias lamentando su "falta de peso político".

Un bumerán que se ha vuelto contra él, a tenor del discurso que ayer entonaron los representantes de la oposición. "A este paso se lo van a llevar todo y Feijóo acumula fracaso, tras fracaso", lamentó Guillerme Vázquez, portavoz nacional del Bloque. "Dos años de Feijóo dan como resultado el desmantelamiento del sistema financiero", corroboró Abel Losada, la voz del PSdeG en el Parlamento. En el PP, silencio. Era el día grande de Feijóo en la convención.

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