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Gas Natural entra en Reganosa en plena batalla legal con uno de sus socios

La gasista dirime con la argelina Sonatrach varios conflictos en tribunales de arbitraje

Si un acuerdo previo no lo remedia, Gas Natural se topará en el accionariado de Reganosa con uno de sus peores enemigos, la argelina Sonatrach, con quien mantiene abiertos varios litigios que le han llevado incluso a los tribunales internacionales de arbitraje.

La autorización sin condiciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para la compra de Unión Fenosa por parte de la gasista catalana, y la intención de ésta de considerar la planta de gas de Mugardos como un activo estratégico del nuevo grupo, no hacen más que estrechar del camino del conflicto para dos empresas que han llevado más allá del mercado sus diferencias y que, tras la OPA sobre la compañía eléctrica, compartirán intereses en la planta de Ferrol.

Con la compra de Unión Fenosa, Gas Natural se hará con su participación en la planta de gas, que ronda el 21%, convirtiéndose en uno de sus accionistas de referencia, al mismo nivel que Endesa. Junto a otros socios como el Grupo Tojeiro, y con una participación similar a la que tienen entidades como Caixa Galicia o instituciones como la propia Xunta, Sonatrach, perteneciente al Estado argelino, controla el 10% del accionariado de Reganosa, en calidad de socio fundador, y es uno de sus principales proveedores. Su paquete de acciones, que le permiten sentarse en el consejo de administración de la compañía, equivale a la suma de las participaciones del Pastor y Caixanova.

Gas Natural, conocedora de la situación del accionariado en Reganosa, prefiere mantener cierta cautela hasta que finalice el proceso de OPA, previsto inicialmente para el mes de abril, pero que se podría adelantar tras la luz verde de la CNE a la operación. Fuentes de la gasista señalan que "todavía no somos propietarios de Unión Fenosa y, aunque todo está a favor, hasta que esa situación no se produzca no se tomarán decisiones concretas con respecto a las participaciones y todo lo que se derive de ello". En cualquier caso, tanto el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, como su consejero delegado, Rafael Vilaseca, ya avanzaron que mantendrán las inversiones de Unión Fenosa en Galicia y señalaron a Reganosa como uno de los activos estratégicos del futuro grupo, "ya que nos interesa todo lo relacionado con gas y con electricidad".

Las relaciones entre Gas Natural y Sonatrach se han enconado en los dos últimos años y sus principales ejecutivos no han ocultado en público sus diferencias. Fuentes de la compañía catalana aluden a dos litigios, uno de ellos relacionado con el permiso de comercialización de gas en el mercado español concedido este mismo año por la Comisión Nacional de la Energía a la firma argelina, aunque con duras condiciones. El otro se remonta a septiembre de 2007, cuando Sonatrach, alegando retrasos en los trabajos, rescindió el contrato con Gas Natural para desarrollar un proyecto integrado para explorar, producir y comercializar gas natural licuado en la zona conocida como Gassi Touil (este de Argelia), que la compañía catalana, junto a Repsol, había obtenido en noviembre de 2004 en un concurso internacional. El Tribunal de Arbitraje de Ginebra dirime ahora el conflicto.

Desde la puesta en marcha de la planta de gas, uno de sus promotores, el empresario pontés Roberto Tojeiro, consideró imprescindible la presencia del capital argelino en Reganosa, ya que además es uno de los principales proveedores de la planta. El capital de la compañía asciende a 34,4 millones de euros, al que se llegó después de tres operaciones de ampliación. En las consideraciones remitidas a la CNE en favor de su visto bueno a la compra de Unión Fenosa, Gas Natural aludía a la presencia de Sonatrach en el mercado español, que se incrementa año tras año, y a la puesta en marcha del gasoducto que unirá España con Argelia, como un enlace más para facilitar el acceso del operador argelino.

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Una situación de monopolio de mercado

La creación del tercer operador energético español, por detrás de Endesa e Iberdrola, tiene en Galicia uno de los mayores exponentes de lo que supone la concentración de negocios, que le llevarán casi a una situación de monopolio. De hecho, la compra de Unión Fenosa por parte de Gas Natural ha sido analizada por la Comisión Nacional de la Energía.

Un informe de este organismo alude a la absorción de Unión Fenosa por parte de Gas Natural. En el estudio también se señala que el crecimiento del consumo de gas natural en Galicia en 2007 fue del 17,3%, muy superior a la media del resto de España.

Desde 2003, en teoría, todos los consumidores pueden elegir libremente a su suministrador de gas natural. Del informe de la CNE se deduce que en el sector de la distribución liberalizada en Galicia está copado por Gas Natural en un 61,2%, mientras que Unión Fenosa se lleva el 25,4%. Entre ambas suman más de ocho de cada diez clientes que reciben gas. Le siguen Endesa (7,6% del mercado) y Cepsa Gas (2,4%).

En cuanto al mercado regulado, es decir, a tarifa, sólo operan en Galicia Gas Natural, a través de sus filiales Gas Galicia y Gas Coruña, y Unión Fenosa, con Gas Directo. Se reparten el 99,8% y el 0,2%, respectivamente, del mercado.

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