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Industria tramita en un parque natural una mina que desautorizó en 1998

La Consellería sacó a concurso una licencia caducada en una zona protegida

La sierra de la Enciña da Lastra fue declarada Parque Natural por la Xunta en 2002 y está incluida dentro de la Red Natura. A pesar de contar con numerosas figuras de protección ambiental, la Consellería de Industria autorizaba el pasado mes de diciembre una petición de derecho minero a la empresa Cantera Peña Argel, SL, en una zona ubicada en el ayuntamiento ourensano de Rubiá, lindando con la provincia de León. Y lo hace aprovechando un coladero legal recogido en el Plan Director de la Red Natura 2000.

Ese documento recoge que el territorio delimitado por ese espacio protegido se considera como área de exclusión a la hora de planificar y autorizar nuevas actividades y aprovechamientos mineros a cielo abierto. De hecho es tajante: "No se permitirán nuevas actividades extractivas". En la normativa aprobada por la propia Xunta se explica que estas explotaciones producen "un impacto paisajístico crítico". Sin embargo, añade una excepción. Se especifica que sí se permitirá la continuación de actividades mineras existentes quedando supeditadas a la correspondiente evaluación ambiental, al cumplimiento de la normativa europea en materia de hábitats naturales y a la licencia municipal exigida por la Lei de Ordenación Urbanística e de Protección do Medio Rural.

El trámite aprobado por Industria se limita a un permiso de investigación, al menos de momento. Con él, la empresa podrá averiguar si la zona es adecuada para la extracción minera. El siguiente paso sería la tramitación del permiso de explotación tras la necesaria evaluación de impacto ambiental favorable. Después podría perforar el macizo en busca de rocas ornamentales durante tres años, prorrogables otros tres.

Sin embargo, la adjudicataria de la licencia no tendrá que indagar mucho. Otra empresa explotó ese mismo ámbito antes. Y es que la Consellería de Industria sacó a concurso el 29 de junio de 2010 una licencia minera caducada, concedida a Compañía Española de Industrias Electroquímicas, SA (Cedie) el 14 de febrero de 2003. No se rescató un solo permiso (el concurso desbloqueó 121 derechos caducados), pero sí es el único incluido en un área de alto valor ecológico y con varias figuras de protección legal.Lo único que cambia es el nombre: la explotación que durante casi diez años gestionó Cedie se llamaba Don Rufino. La que ahora quiere aprovechar Cantera Peña Argel se llamará La Oliva. Las cuadrículas mineras (la unidad utilizada para identificar localización de permisos para minas) coinciden en ambos casos. De hecho, en la zona que aspira a acoger la explotación aún pueden observarse las instalaciones de la anterior adjudicataria.

Si la instalación de la mina fructifica, la Xunta deberá tramitar una declaración de impacto ambiental (DIA) antes de su autorización definitiva. Lo que no se sabe es si será coherente con lo que dictaminó en la DIA formulada para la primera concesión minera.

En mayo de 1998, incluso antes de que la zona estuviese protegida de forma específica por el Plan Director de la Red Natura, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente recortaba las aspiraciones empresariales estableciendo una serie de condicionantes como la reducción de la superficie afectada o la protección del sistema hidrológico. Y lo hacía basándose en las alegaciones presentadas por 17 instituciones y asociaciones, entre ellas la Xunta, que fue tajante. "Se solicita la formulación de una declaración de impacto ambiental negativa", aseguraba la presidencia de la Administración gallega.

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Lo justificaba alegando la carencia de un programa de vigilancia ambiental, la afectación a la flora y fauna o al riesgo de una desestabilización del terreno a causa de la elevada pendiente.

La consultora que contestó aquellas alegaciones respondió que la Administración no había propuesto aún este espacio para incluirlo en la Red Natura y tampoco lo había declarado como espacio natural en régimen de protección general "lo que parece extraño si lo considera tan importante". Una década después y con ambas figuras de protección activas, la Xunta le da la vuelta a su propio argumento y tramita una licencia.

Fuentes de la Consellería de Industria matizan que "es un permiso de investigación minera, no una explotación". Afirman que se ha tramitado, como todas las demás, porque "así lo marca la ley" y recuerdan que la "aceptación a trámite no significa la concesión, ya que deberá pasar por las distintas evaluaciones correspondientes antes de dictaminar su resolución". Lo que no dice Industria es que estaba en su mano no llevar a concurso esta licencia en concreto, evitando así la obligatoria tramitación legal a la que alude ahora.

Curiosamente, el responsable de Cedie hasta 2010 y por lo tanto de la licencia minera extinta, Isidoro Pardilla Gago, estuvo en las quinielas para ocupar el puesto de conselleiro de Industria cuando se formaba el Gobierno de Feijóo. El expresidente de la empresa mantiene además una estrecha relación empresarial con el que fue consejero delegado de Fenosa, Honorato López Isla. Ambos empresarios, según el Boletín Oficial del Registro Mercantil, formalizaron a comienzos de 2010, Smartener, una consultora relacionada con la electricidad. Pardilla Gago también forma parte de Eólica Galenova, filial puesta en marcha en su momento por Caixanova.

Cantera Peña Argel obtuvo una segunda licencia minera en el mismo concurso, que también aprovechará otra licencia caducada. Pero cinco veces más grande que la ubicada en el parque natural: el derecho minero de A Portela abarca una superficie de 42 cuadrículas. Es la más grande de todas las que aparecen en la resolución por la que se aprobó la admisión a trámite de las solicitudes de derechos de la provincia de Ourense, publicada en el Diario Oficial de Galicia en abril de 2011. Cantera Peña Argel, a pesar de tener unos ingresos de explotación que superan los 464.000 euros, en 2010 solo ganó 1.598 euros.

Vista de la sierra de la Enciña da Lastra, donde la Xunta ha decidido tramitar un viejo derecho minero.
Vista de la sierra de la Enciña da Lastra, donde la Xunta ha decidido tramitar un viejo derecho minero.NACHO GÓMEZ

Área muy protegida

Hasta cuatro figuras ambientales preservan legalmente la sierra de la Enciña da Lastra. Es parque natural, espacio Red Natura, zona de especial protección de aves (ZEPA) y lugar de importancia comunitaria (LIC). El macizo calcáreo de la sierra podría ser perforado a pesar de estar plagado de encinas y matorrales espinosos propios de climas mediterráneos. La vegetación de las paredes rocosas incluye hasta 62 endemismos únicos en Galicia. La fauna también se vería seriamente tocada si el proyecto se consuma. Hay, al menos, 21 especies distintas de aves de rapiña. Por ejemplo, allí vive la única pareja de buitres blancos de la comunidad. La asociación ecologista Adega califica a la Xunta como una "maquina da depredación ambiental". "La Xunta no acredita el más mínimo interés. Intentan colar estos proyectos agresivos mientras la Administración mira para otro lado", sentencian.

Esta zona ha visto amenazada su virginidad natural en numerosas ocasiones. La propia Xunta frenó las aspiraciones de Fomento, que pretendía construir la autovía A-76 entre Ourense y Ponferrada atravesando el parque natural. El Gobierno gallego no autorizó el trazado y propuso al ministerio una alteración de 4,3 kilómetros para evitar su paso por allí porque está catalogado como "de uso restringido".

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