_
_
_
_
_

Industrias del polígono O Caramuxo vierten sin control al río Lagares

Oficialmente el polígono no existe y cada empresa improvisa su saneamiento

El polígono industrial O Caramuxo, en las riberas del río Lagares de Vigo, tiene ese reconocimiento de facto, con la solera de ser uno de los pioneros de Vigo. También aparece como tal en algunos indicadores de carretera. Pero oficialmente no existe. Podría incluir medio centenar de empresas y unos 2.000 trabajadores. Nadie lo sabe con certeza. En él hay empresas conectadas al colector de aguas residuales, que sigue un trazado paralelo al cauce del Lagares, pero la mayoría vierte directamente al río o previo paso por fosa séptica. La responsable de Medio Ambiente en el gobierno local, María Jesús Lago, se ha empeñado en el saneamiento del río. La tarea, sin embargo, se presenta "más ardua de lo que pensaba".

Las multas por no conectarse al saneamiento no llegan a 100 euros Hay empresas sin licencia de actividad, y eso ya impide la conexión

Un informe de la inspección municipal realizado en diciembre pasado detectó un vertido al río, "a la altura del número 95 de la avenida Ricardo Mella", vial que pone una de las fronteras al polígono de O Caramuxo, y señala que las tres empresas próximas al vertido detectado "vierten en fosa séptica, así como todas las del polígono, y de ahí al Lagares. Queda pendiente de comprobar", añade el informe, "si disponen de licencia y posibilidad de conexión al alcantarillado".

La situación raya lo caótico. El colector, a esa altura, está enterrado bajo la avenida Ricardo Mella. Pero el polígono es una de las más antiguas zíes, zonas de industrialización espontánea, de Vigo. Las primeras empresas que se asentaron en esos terrenos de San Andrés de Comesaña, auxiliares de Citroën, lo hicieron por proximidad a la fábrica matriz. Con el paso de los años y la creciente e insatisfecha demanda de suelo industrial, las naves han cambiado de dueños y usos y, junto a las primeras empresas del sector de automoción, ahora las hay del naval, conservas, transporte, audiovisual, incluso una importante medioambientalista...

Ninguna asociación ni órgano de gestión del polígono las liga. Las empresas van por libre, cada cual a lo suyo. Y la cuestión del saneamiento, con el Lagares al lado, ha sido hasta ahora una cuestión menor frente a urgencias más frecuentes como, por ejemplo, los cortes de energía eléctrica o la ausencia de viales razonables dentro del polígono.

Todas o casi todas las empresas de O Caramuxo, en cuyo ámbito prevalecen algunas viviendas, estarían a menos de 100 metros y, por tanto, obligadas desde 1994 a conectarse a la red. La conexión ha de autorizarla el Ayuntamiento, previa comprobación de que cada empresa dispone de licencia de actividad y de la calidad de los vertidos, que según los casos, pueden requerir un tratamiento primario en la propia empresa antes de volcarlos al alcantarillado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Primera constatación: hay muchas empresas que no disponen de licencia de actividad, lo que ya impide de entrada su conexión al alcantarillado. La normativa no obliga, y las deja en un vacío legal, a las que están a más de 100 metros del colector; y las que están a menos, si no se conectan, sólo se exponen a una sanción fijada entonces en 15.000 pesetas, es decir, menos de 100 euros, que compensa pagar, incluso con cierta frecuencia, antes que costear la construcción del propio ramal de enganche al colector...

En el caso del polígono de Miraflores, aguas arriba del mismo río, ni usuarios ni Administración han conseguido un plano de su red de saneamiento para despejar la incógnica sobre el destino de sus aguas residuales. Los usuarios creían que iban a parar a una fosa séptica que, sin embargo, no se ha localizado. El de Miraflores, no obstante, es un polígono ordenado, de almacenes en su mayoría (poco contaminantes) y con gestores. En O Caramuxo hay empresas de muchos colores y balances -entre ellas la principal fabricante de airbags de Europa- y nunca hubo ni gestores ni red de saneamiento.

Urgencia de nueva normativa

La Confederación de Empresarios de Pontevedra ignora cuántas empresas puedan estar asentadas en el polígono de O Caramuxo y riberas del Lagares, aunque traslada a la Administración, que tampoco lo sabe, la urgencia de acometer para ellas soluciones básicas de infraestructuras como un suministro eléctrico estable, viales practicables o, con menos énfasis, saneamiento.

El saneamiento del río ha sido cantado ya en varias ocasiones por políticos de todos los colores. La realidad, sin embargo, evidencia la desidia que ha prevalecido en el asunto. La deportista Chus Lago, actual responsable municipal de Medio Ambiente, se apresta a sanear el río "como mi principal compromiso en este mandato", afirma.

Está reestructurando el departamento. Hace dos semanas fue cesado como director técnico del mismo Jesús Núñez Torrón, nombrado en 2004 por el PP y que ejercía el mismo cargo en el Laboratorio Municipal, Sanidad y la Oficina de Información al Consumidor. A Núñez Torrón no le gustaba hablar del Lagares. Ahora, con nuevo director, el departamento refuerza su asistencia jurídica "para redactar una nueva normativa de vertidos, que es lo prioritario", dice Lago, e inspectora, con tres agentes dedicados a hacer un mapa detallado de la situación en los 19 kilómetros de río.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_