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Juicio a los presuntos sicarios de dos narcos de Cambados

El fiscal pide para los cinco acusados 145 años de cárcel

Al menos tres días necesitará el tribunal de la Audiencia de Pontevedra para juzgar a los cinco presuntos sicarios que, en diciembre de 2005, asesinaron a tiros y carbonizaron a dos jóvenes narcotraficantes de Cambados, Ricardo Feijoo Vázquez y su primo José Ángel Feijoo Abal. Un juicio que comienza hoy y en el que por parte del Ministerio Fiscal se aportarán pruebas, hasta ahora inéditas, que demostrarán cómo la Guardia Civil localizó las huellas del principal imputado en el lugar de los espeluznantes crímenes. El fiscal pide 145 años de cárcel para los supuestos sicarios.

Aunque el sumario, con 139 tomos de instrucción, se cerró sin que se haya podido concretar la causa de este doble asesinato, para el Ministerio Fiscal no hay dudas de que ambos crímenes están relacionados con el narcotráfico: un ajuste de cuentas para saldar deudas por la venta de cocaína. Ha sido una de las investigaciones más complejas relacionadas con el crimen organizado que ha tenido entre manos la Policía Judicial. Las pruebas son concluyentes y apuntan al empresario vasco José Manuel González Lacunza como responsable de urdir los crímenes. Para él piden 27 años de prisión por asesinato, detención ilegal y robo, al igual que para el resto de los procesados, exceptuando al empresario de A Coruña José Manuel Lata Couceiro, que se enfrenta a una pena de diez años como cómplice.

Lacunza, acompañado por Patrice Marie Pierre y Yohan Piedagnel, ambos de origen vasco francés, y de los súbditos brasileños Alexandre Carvalho de Sousa y Wesley Teodoro dos Santos (ambos en busca y captura), abordaron a las víctimas en el puente de Castrelo (Cambados) y los obligaron a reunirse en la casa de Ricardo Feijoo, en Ribadumia. También se encontraba entre los sicarios el vecino de Cambados Javier González Rodríguez, que después de huir de la Justicia apareció tiroteado en Marruecos el pasado año.

Mientras unos retenían fuera de la casa a José Angel Feijoo, Lacunza ordenó a Ricardo Feijoo que se tendiera en el suelo, donde lo maniataron. De madrugada, se dirigieron a un viejo molino en Meaño. Realizaron primero tres disparos mortales sobre la cabeza de Ricardo Feijoo, de 30 años, y después sobre la de José Angel Feijoo, de 27 años. Luego rociaron los cuerpos de gasolina y el coche donde los habían trasladado hasta el lugar, y les prendieron fuego.

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