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Louzán promovió el pacto con el tránsfuga de Mos a espaldas de Feijóo

La dirección del PP pontevedrés aprovechó un viaje a América del líder regional

La moción de censura que derrocó a la alcaldesa socialista de Mos, María Jesús Escudero, con el voto del tránsfuga Gerardo Alonso, y dio la alcaldía a la popular Nidia Arévalo se fraguó en el ámbito más próximo de Rafael Louzán, presidente provincial del PP y de la Diputación de Pontevedra, quien ignoró las instrucciones del líder de su partido en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, e incluso de la dirección nacional. Louzán mantiene una estrecha relación personal y política con Nidia Arévalo y, aunque sólo fuera por esto, resulta inverosímil que desconociera la operación. También, pese a los reparos internos del partido, se entrevistó personalmente con el tránsfuga en un verano denso de encuentros, promesas y oscuros pactos, que mantienen viva la incomodidad en la directiva gallega del partido.

Nidia Arévalo, de 30 años, no ha dado nunca una paso sin contar con Louzán
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Hasta que empuñó el bastón de mando en Mos, el 12 de diciembre, Nidia Arévalo ha tenido empleo en la diputación provincial como asesora para asuntos europeos. Despachaba habitualmente con el presidente y, además, ha sido vista con él en Madrid, a principios de verano, y a menudo, durante todo el año, en Baiona y Portugal, según las fuentes consultadas por este periódico. A primeros de julio Louzán ya lanzó el mensaje a un intermediario de Mos de que quería hablar con Gerardo Alonso. En esos mismos días, el concejal le comunicó a su alcaldesa, Escudero, que el PP le ofrecía coche nuevo, trabajo para su mujer y lo que quisiera. "Tú sabes que mi coche está viejo", recuerda Escudero que añadió, "pero mi honradez no tiene precio".

No hubo contraoferta y un mes después Alonso abandonó el grupo socialista aferrándose, no obstante, a su acta de concejal. Unos días antes había mantenido un encuentro con Rafael Louzán en la diputación. A la primera de cambio, votó con el PP contra los Presupuestos que presentaba el bipartito y le quitó el sueldo al teniente de alcalde del BNG.

Todas las fuentes consultadas apuntan a Chema Figueroa, vicepresidente provincial, como principal muñidor de las negociaciones. Este verano frecuentó inusualmente Mos. Aduciendo la "ingobernabilidad" del municipio, la moción de censura empieza a formularse como una oportunidad de poner las cosas en su sitio. Fue entonces, según fuentes de la dirección regional del PP, cuando se le comunicó a Arévalo desde Santiago que la iniciativa no contaría con el apoyo de Feijóo.

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Pero la candidata se sabía avalada por Louzán. De apenas 30 años, desde que se empleó en la diputación Arévalo no ha dado un paso sin contar con él. "Nadie en el PP se puede creer que una portavoz municipal, con bajo perfil político y en un ayuntamiento mediano fuera a plantarle cara a Louzán", comenta un alcalde pontevedrés.

El 28 de noviembre, a espaldas del secretario general, Alfonso Rueda, y aprovechando que Feijóo se encontraba de viaje en Argentina, el grupo municipal registró la moción de censura, a las 10 de la mañana. Una hora más tarde, en la Diputación, Figueroa se apresuraba a legitimar el pacto con el tránsfuga: "El PP en Mos quedó a 90 votos de la mayoría absoluta y tiene todo el derecho a gobernar como lista más votada". Casi al mismo tiempo, desde la sede regional, se emitía un comunicado de condena y se advertía a los promotores de la moción de que el partido cumpliría con los estatutos. "Algo que empieza sin nuestra autorización no empieza con buen pie", amenazó Rueda, quien ignoraba, según fuentes de su entorno, que se iba a presentar la moción.

La dirección del PSOE, que pidió explicaciones a Feijóo y a Mariano Rajoy por incumplir el Pacto Antitransfuguismo, provocó malestar en el clan gallego de Génova 13. Feijóo no ocultó su enfado a su vuelta de Argentina, evidenciando que había sido desobedecido. Desde entonces, la dirección regional arrastra los pies con excusas de procedimiento para no expulsar a los ediles y desairar con ello al barón pontevedrés. Tras consumarse la moción, el pasado día 12, Louzán hizo mutis. Una semana después, en un desayuno con periodistas, tampoco la condenó escudándose en que eran "hechos consumados".

Alberto Núñez Feijóo y Rafael Louzán en una reunión del Partido Popular de Pontevedra celebrada en Soutomaior.
Alberto Núñez Feijóo y Rafael Louzán en una reunión del Partido Popular de Pontevedra celebrada en Soutomaior.LALO R. VILLAR

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