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Máis BNG emprende su transforamción en partido

Vázquez confirma como portavoz parlamentario a su rival en la asamblea

Lejos de desanimarse por la derrota, Carlos Aymerich y los quintanistas han visto en la asamblea del domingo la confirmación de que la militancia del Bloque demanda una alternativa a la UPG. El portavoz parlamentario, que salió derrotado ante el candidato propuesto por UPG, Guillerme Vázquez, por sólo 220 votos de los 2.500 delegados, está decidido a consolidar la plataforma de Máis BNG. Lo hará como corriente o como partido político, con la intención de plantar cara al tradicional control por la U de los órganos de dirección del Bloque.

"Hay una demanda de que todo esto se articule", reconoce Aymerich, ratificado ayer como portavoz parlamentario por el nuevo portavoz nacional, en la primera reunión de la ejecutiva surgida de la asamblea. El contrincante de Guillerme Vázquez en el cónclave de Santiago basa sus expectativas en el 45% de votos cosechados en la votación definitiva, en la que derrumbó el tabú de las candidaturas de consenso a la dirección del Bloque que imperaba desde su fundación.

Los quintanistas quieren consolidar el 45% de apoyos logrados el domingo

Además de la UPG, forman parte del BNG otros partidos como Esquerda Nacionalista, Colectivo Socialista, PNG o Inzar, pero ninguno de ellos llegó nunca a desafiar la primacía de la formación que lidera Francisco Rodríguez. Máis BNG no logró la portavocía nacional, pero sí siete puestos de la ejecutiva, más que la propia UPG, que incluyó en sus ocho primeros puestos, los que resultaron elegidos, a un candidato de la minoritaria Máis Alá y a dos independientes, entre ellos el propio Guillerme Vázquez.

Tanto el nuevo portavoz nacional como los quintanistas reiteraron ayer sus llamamientos a la unidad interna tras al proceso asambleario. Sin embargo, a nadie se le escapa en el BNG que en el plazo máximo de año y medio, la formación nacionalista deberá afrontar una nueva asamblea, esta vez ordinaria, en la que previsiblemente se repita el pulso entre la UPG y los denominados quintanistas. Y a esa cita quieren concurrir los partidarios de Aymerich desde una plataforma política consolidada, que el líder de Máis BNG quiere articular con la estrecha colaboración de la ex conselleira de Vivenda Teresa Táboas.

Para realzar la idea de unidad, la ejecutiva en pleno arropó ayer a Guillerme Vázquez en su primera aparición pública desde su elección. La ejecutiva pospuso el reparto de tareas orgánicas, aunque Vázquez se apresuró a restar importancia al aplazamiento. El nuevo líder del BNG informó de que Aymerich puso su cargo de portavoz parlamentario a disposición de la ejecutiva, una decisión "que le honra", aseguró, pero que fue rápidamente descartada. Ana Pontón se mantiene como portavoz adjunta y Francisco Jorquera continuará de portavoz en el Congreso de los Diputados.

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Guillerme Vázquez hizo una lectura positiva de la asamblea del domingo. "Hicimos los deberes y los hicimos bien", opinó, para destacar a continuación la "altísima participación" de la militancia nacionalista. De la asamblea "ha salido un solo BNG", reiteró. El portavoz nacional insistió en plantear la dinámica política como "la bipolaridad PP-BNG", para consolidar al Bloque como "alternativa" al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo.

Al igual que en su discurso de clausura de la asamblea extraordinaria, Vázquez eludió cualquier comentario respecto al PSdeG, aunque a preguntas de los periodistas aclaró que los pactos con los socialistas en las instituciones "son estables". Puntualizó, no obstante, que el PSOE y el Bloque "son fuerzas políticas distintas". "Podemos tener tanto diferencias como intereses comunes, pero no vamos a hacer la misma política, de ninguna manera", declaró.

El recién elegido portavoz bromeó al considerar "casi un halago" que el PP, un "dechado de centrismo", le considere radical, a lo que replicó que los populares sí son radicales en asuntos como el idioma gallego. Vázquez señaló que una cosa es que se entienda por radicalidad defender firmemente los intereses de Galicia y otra que se intente imponerles esa etiqueta, "por cierto nada nueva".

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