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Mar coloca en Red Natura las bateas que no quiso Pescanova

La decisión de la Xunta de reinstalar el marisco contaminado en las aguas limpias de las rías de Aldán y Ferrol, en zonas protegidas de la Red Natura, no ha caído bien entre los ecologistas y los mariscadores de la ría ferrolana, los más afectados por los vertidos fecales. Adega sostiene que la Consellería do Mar ha "puenteado" la ley para saltarse un trámite imprescindible: evaluar el impacto ambiental de esta medida en dos áreas del litoral gallego protegidas por su riqueza marina. Y recuerdan los ecologistas que el Gobierno gallego ha cedido al "chantaje corporativo" de Pescanova, que rechazó el parque acuícola en Xove (Lugo), a pocos metros una de sus piscifactorías de rodaballos. Antón Muñiz, portavoz de Adega, cuestiona que las bateas flotantes de Mar no tengan el aval de un "estudio científico independiente" que valore su ubicación en los espacios protegidos (LIC) de Costa Ártabra, en el litoral ferrolano, y Costa da Vela, cabo Udra y el Parque Nacional das Illas Atlánticas, en Pontevedra.

Mar replicó ayer a las críticas de Adega "aclarando" que la Unión Europea "autoriza el cultivo de moluscos y peces" en las dos áreas seleccionadas. Después de rastrear el litoral gallego, el departamento de Rosa Quintana reparó en la bocana de la ría de Ferrol, frente al puerto exterior, y en las parcelas 44 y 45 de la pequeña ría de Aldán, como las dos zonas más idóneas para depositar el marisco de aguas sucias (zona C) procedente de otras rías.

1,5 millones

A estos parques de bivalvos irán a parar los moluscos de todos los bancos gallegos vetados a la extracción directa por sus niveles de materia fecal para que se depuren de forma natural en aguas limpias y suelten las bacterias coliformes. La recogida y el transporte de los lotes corre por cuenta de la Administración, sin coste para los pósitos que se adhieran.

La Xunta destinará 1,5 millones de euros en poner en marcha este sistema de reparqueo con el que espera recuperar 450 toneladas anuales de marisco fresco de zonas C que ahora no se podían comercializar, salvo en conserva. Abren la puerta a "crear puestos de trabajo", con nuevos permisos de extracción en zonas en las que esta opción era "inviable". Con esta fórmula, el Ejecutivo gallego también prevé ahorrarse 10 millones cada año, el 88% de lo que ahora le cuesta pagar a las cofradías gallegas por limpiar y sanear los bancos marisqueros sepultados por lodos tóxicos (11,5 millones en 2011).

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