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Mil funcionarios y decenas de contratados desbordan el Ayuntamiento de Ourense

El personal consume 33 de los 78 millones de euros del presupuesto municipal

El Ayuntamiento de Ourense está desbordado de personal. Mil personas tienen plaza fija de funcionarios y los socios del nuevo gobierno municipal, PSOE y BNG, sostienen, mientras hacen el recuento oficial, que existe además un "numerosísimo" personal laboral y empleados con contratos eventuales. Más de un millar largo de trabajadores, sin contar los 40 agentes de desarrollo local que José Luis Baltar traspasó de la Diputación que preside, sin silla ni cometido, consumen 33 millones de euros de un presupuesto municipal que asciende a 78 millones en 2007.

"Es el personal más caro de todos los ayuntamientos gallegos", reconoce el nuevo concejal de Economía y Hacienda, Agustín Fernández. Sirve de ejemplo el hecho de que 32 bedeles acudan diariamente a su puesto de trabajo en la institución local orensana, a la espera de que les sea encomendada alguna tarea que les ocupe las largas horas de la jornada. Treinta y dos trabajadores para hacer recados. Pero no son más que una pequeña parte del batallón de empleados del empobrecido ayuntamiento, que acumula una deuda de 49 millones de euros, a fecha de 31 de diciembre de 2006.

Junto a la treintena de bedeles, ocho técnicos de Turismo, de los que sólo uno cuenta con titulación, perciben su salario del organismo local, pese a estar situados en una especie de limbo laboral ya que "han carecido hasta ahora de cometido alguno" y tampoco entra en previsión que lo puedan alcanzar. El BNG, responsable del departamento de Turismo, creará una empresa municipal para que gestione esta área. "Y lo haremos con profesionales", señalan los gobernantes de la formación nacionalista.

En este batiburrillo que ha sido la política de Personal del Ayuntamiento de Ourense, los socorristas del pabellón municipal de deportes estaban en realidad adscritos a Protección Civil, aunque les haya estado pagando el ayuntamiento; un buen número de policías locales, con sueldo superior al de los guardias civiles, ha estado destinado a tareas de auxiliares administrativos, pese a que no hay policías de barrio, y determinados funcionarios contratados como auxiliares administrativos han estado ejerciendo de jefes de negociado. Incluso hay funcionarios adscritos a tres negociados distintos. Y muchos jefes. "Aquí, la mayoría son jefes", sostienen desde el nuevo gobierno municipal.

Anónimos de denuncia

Pero en este maremagno de funcionarios, contratados y eventuales con cometidos laborales cruzados, algunos trabajadores han comenzado a desahogarse. Mediante anónimos. Varios concejales del bipartito reconocen que durante esta primera semana de acceso a sus nuevas responsabilidades se han encontrado cada mañana con dos o tres "notitas" sobre sus mesas de trabajo. Los trabajadores les informan de esta manera de supuestas irregularidades en la intendencia diaria, como la "desaparición" de gasoil y algunos otros materiales, y les van poniendo al día sobre "complejas" cuestiones de la casa.

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"No vamos a tomar represalias contra nadie, eso está claro, pero sí que empezaremos a racionalizar esta política de Personal", señalan desde el BNG.

De la misma forma, los socialistas reconocen que "es necesario corregir el rumbo", aunque sospechan que va a ser difícil, "porque aquí todos son jefes y tienen derechos adquiridos, aunque resulte que no hay presupuesto".

La tarea le tocará al PSOE, que tiene las competencias en Personal y en Economía y Hacienda. El responsable de esta última concejalía, Agustín Fernández, habla ya de la necesidad de hacer "ciertos ajustes". "El problema no es que sean muchos", destaca Fernández, "porque si fueran muchos y cobraran menos daría igual; el problema es que es el personal más caro de los ayuntamientos de Galicia".

Agustín Fernández sabe lo que se le viene encima. "Sí, claro que lo sé; de hecho está ya extendido el rumor de que antes de diciembre nos enfrentaremos a una huelga de personal", señala. Pero incluso el representante de USO, sindicato mayoritario en la junta de personal y en el comité de empresa, el funcionario José Luis Valcarce Baiget, que fue candidato a la alcaldía en las elecciones de mayo bajo las siglas de Terra Galega, coincide en la necesidad de "poner freno" a lo que define como "prácticas clientelares".

Valcarce sostiene que los trabajadores no irán a la huelga "si no hay una caza de brujas y no se les rebaja el sueldo", aunque concede que "es necesario poner fin a esos complementos arbitrarios que se estaban dando; a las concesiones a empresas privadas que hacían el trabajo que podían hacer los funcionarios y la dignificación de los trabajadores cualificados". El sindicalista señala que "en los últimos tiempos llenaron el ayuntamiento de trabajadores de bajo coste y arrinconaron a los titulados".

Un chófer por 34.000 euros

Junto a la abultada plantilla, más plantilla: "Nos estamos encontrando contratados de la Diputación, pagados por ella, que no sabemos por qué están destinados aquí", comenta un concejal nacionalista.

PSOE y BNG desconocen de momento la cifra exacta del personal laboral y eventual que está pagando el ayuntamiento, pero reconocen que "son muchísimos, y buena parte de ellos colocados por la Diputación, a través de contratos de servicios en empresas de mantenimiento vinculadas al PP". Y lo que es más: "Nos tememos que en algunos casos con compromiso asumido para cuatro o cinco años, con lo que nos vemos atados".

Claro que no es sólo que haya muchos y muy variados empleados, es que algunos están "especialmente bien pagados", a través de gratificaciones concedidas graciosamente que engordan los complementos específicos. Porque en el ayuntamiento orensano, coinciden en señalar los socios del gobierno, es en donde se han producido las "arbitrariedades" y en donde PSOE y BNG se verán "obligados a poner freno". "No puede ser que se esté pagando el 50% del sueldo en conceptos arbitrarios, más allá de los complementos específicos, que pone a los trabajadores en desigualdad de condiciones", lamentan fuentes municipales.

Ilustrativo es el sueldo del chófer del anterior regidor, Enrique Nóvoa. Percibía, entre unas cosas y otras, 34.000 euros anuales, "¡Más o menos el sueldo del actual alcalde!", se escandaliza un edil del PSOE. Socialistas y nacionalistas sospechaban desde la oposición de la existencia de clientelismo en la institución local, pero la realidad les ha impactado al descubrir que, en realidad, "es una réplica del de la Diputación".

"No me explico cómo han podido perder la alcaldía, con la tremenda red que tenían tejida en la ciudad", comenta un dirigente del BNG. "Ahora comprendo de dónde salieron los 5.500 comensales de la cena de fin de campaña del PP", argumenta.

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