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Las Misiones Pedagógicas de la II República recuperan la memoria

El coruñés Kiosko Alfonso muestra aquel viaje cultural de hace 75 años

Hace cien años, lo que hoy se denomina diálogo entre el campo y la ciudad era un abismo. Los intentos de remediar esa brecha por parte de instancias como la Institución Libre de Enseñanza se concretaron en las Misiones Pedagógicas que el Gobierno la II República puso en marcha el 29 de mayo de 1931. Desde ayer y durante todo este mes se puede ver en el Kiosko Alfonso de A Coruña una exposición sobre aquella experiencia de hace 75 años.

La exposición ha sido organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales en colaboración con la Consellería de Presidencia. "El mundo rural vivía muy ausente de la cultura democrática, e incluso en muchas partes los maestros eran mal vistos, cobraban una miseria y en ocasiones los echaban a patadas de los pueblos. Para remediarlo, se decidió llevar a todas partes el cine, la música, la pintura y el teatro", describe el comisario, Eugenio Otero, profesor de Historia de la Educación de la Universidad de Santiago.

Además de aquellas caravanas que llevaban, en camiones o en caballerías, proyectores, gramófonos, decorados y copias de cuadros famosos, Otero destaca que las Misiones supusieron la mayor campaña de promoción de la lectura que se ha realizado nunca en España: 5.522 bibliotecas, más de 600.000 libros. "Lo más emocionante de aquella experiencia es ver las caras de los que veían el mar por primera vez en una película, o se contemplaban a sí mismos cuando los filmaban. En aquella época había una tendencia a rechazar lo campesino, quizás por influencia del estalinismo, y de valorar al proletariado urbano", explica Otero.

Malpica, 1935

Una de las fotos más elocuentes de la expectación que despertaban las Misiones es una imagen del puerto de Malpica de octubre de 1935, con el muelle abarrotado por una multitud que ocupa incluso las embarcaciones, a la espera de que comience un espectáculo de títeres.

Porque en Galicia, y el dato no es demasiado conocido, tuvo lugar la actividad más duradera de las Misiones. En 1932, el rector de la Universidad compostelana, Alexandre Rodríguez Cadarso, había organizado ya conferencias en pueblos de A Coruña y Pontevedra. Las misiones comenzaron el 11 de agosto de 1933, bajo la dirección de Rafael Dieste. Además del escritor rianxeiro, participaron otros creadores gallegos como el pintor Cándido Fernández Mazas, Antonio Ramos Varela, José Otero Espasandín y el cineasta José Val del Omar. Se celebraron en localidades de las cuatro provincias, en las que repartieron un total de 405 bibliotecas. La última, pocos días antes del levantamiento franquista, fue en Ramirás (Ourense) y se considera que en ella participó la pintora Maruja Mallo.

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La exposición, que de A Coruña se trasladará a Vigo y León, recoge abundantes fondos documentales, sobre todo fotografías y carteles. La muestra cuenta asimismo con la recreación de un aula rural de la época y con el Retablo de Fantoches, el guiñol que Dieste diseñó para aquellos lugares a los que ni se podía transportar un decorado teatral, y en el que se interpretará su obra La doncella guerrera.

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