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Reportaje:

'A Nosa Terra' se vuelve virtual

El medio en gallego más veterano se convierte en diario digital tras suspender pagos y renunciar a su edición semanal en papel

Lleva más de un siglo sorteando dificultades, censuras directas o encubiertas y obstáculos de toda índole. Pero sobreviviendo. Aunque a partir de hoy, de nuevo y por enésima vez en su historia, la cabecera de la prensa en gallego más antigua, A Nosa Terra, faltará a su cita semanal con los quioscos. Por primera vez en tres décadas y por tiempo indefinido. La histórica publicación, que inició su andadura el 4 de agosto de 1907 en A Coruña de la mano, entre otros, de Manuel Murguía, Manuel Lugrís y Uxío Carrel Aldao, pasa a la virtualidad. Será desde hoy un diario sólo disponible en Internet.

La profunda crisis económica y de identidad que golpea la prensa mundial sin excepciones acabó por obligar a Promociones Culturais Galegas, SA, su editor desde 1977, a presentar un concurso de acreedores -antigua suspensión de pagos- para afrontar su falta de liquidez y la imposibilidad de renegociar su deuda. Pero no es la única razón: está también "la tremenda campaña de la Xunta del PP para cargarse todo lo que tenga que ver con la base del gallego y la cultura gallega", según denuncia su presidente y consejero delegado, Afonso Eiré. Hace poco más de un mes, el Día Nacional de Galicia, se extinguió en la Red Vieiros, el primer medio digital en gallego. Plegó velas, tras 15 años de travesía, por graves problemas económicos.

El seminario mantiene por ahora su plantilla de 28 personas
Con el franquismo, la revista difundió el nacionalismo en el exilio
"La Xunta nos dijo que cambiásemos de línea si no éramos rentables"
La biblioteca del Congreso de EE UU mantiene cuatro suscripciones
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Formaba parte de la Asociación de Medios en Galego, que tuvo hace un poco una entrevista de "lo más desalentadora", según Eiré, con responsables de la Xunta en busca de apoyos. "Amparándose en la crisis redujeron a la mínima la ayuda, sólo hay 60.000 euros para todos, y su respuesta fue que si no es rentable publicar en gallego, que nos pasemos al castellano. O que cambiemos de línea editorial", relata.

El más antiguo medio íntegramente en gallego, de ideario nacionalista, sufrió el recorte nada más llegar el PP a la Xunta, en marzo de 2009. A Nosa Terra está en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, que mantiene vivas cuatro suscripciones desde 1979. Pero la Xunta y el Parlamento gallego cancelaron las suyas nada más estrenar Alberto Núñez Feijóo la Presidencia de Galicia, denuncia Eiré.

El semanario, con sede en Vigo desde 1981, no está aún en situación de echar el cierre. Mantiene su plantilla de 28 personas, continuará como diario digital y con su principal negocio, la actividad editorial, aunque editar libros, y más en gallego, sea otra empresa en peligro de extinción.

Pero para abaratar costes y antes de ponerse en manos de un juez, era imprescindible suprimir la revista en papel a todo color que salía cada jueves. Un formato estrenado hace apenas tres años, cuando la publicación se hizo centenaria y "nadie veía venir la crisis". Con una tirada de 10.500 ejemplares y más de 3.000 suscriptores, entre ellos un centenar de universidades a través del planeta, la publicación en gallego con más solera desaparece tras 33 años.

"A Nosa Terra es una constante de supervivencia, seguro que reflotará y volverá al mercado", dice esperanzado Afonso Eiré. Recuerda que en 1981, tras el intento de golpe de estado del 23-F, la publicación faltó tres meses a su cita con los lectores porque le aplicaron, siendo director en funciones, la llamada Ley de Defensa de la Constitución por publicar cuatro artículos en los que reivindicaba Galicia como nación o sostenía que Moncho Reboiras -ahora oficialmente reconocido como víctima de la represión franquista- había sido asesinado.

Eiré nunca fue juzgado y la publicación, reconvertida en semanario tras cambiar su sede de Santiago a Vigo, volvió a los quioscos. Hasta hoy. "Problemas económicos siempre tuvimos, pero fuimos sorteándolos con sucesivas ampliaciones de capital". La fusión de las cajas gallegas, con las que la revista llevaba un año intentando renegociar su deuda, fue determinante.

Dificultades financieras y censuras políticas siempre formaron parte de la historia de A Nosa Terra. Avatares, retiradas y reapariciones se sucedieron en su segunda etapa, como portavoz de As Irmandades da Fala (1916-1932) y del Partido Galeguista (1932-1936).

Tras la sublevación militar de Franco, A Nosa Terra pasó a ser, editada en Argentina, el difusor de los ideales nacionalistas en el exilio. "No hay un intelectual o escritor gallego relevante del último siglo que no colaborase en este proyecto, todos escribieron en estas páginas", sostiene Eiré al citar a Bóveda, Castelao, Cunqueiro, Vicente Risco, Ramón Suárez Picallo, Carvalho Calero, Filgueira Valverde o Cabanillas. Son tan innumerables como los artículos que recogen el transcurrir de Galicia durante más de cien años. Su historia, por el momento, continuará en el ciberespacio. Con esperanza de volver a ser una realidad de papel.

El presidente y consejero delegado del grupo editor de <i>A Nosa Terra</i>, Afonso Eiré, en su redacción.
El presidente y consejero delegado del grupo editor de A Nosa Terra, Afonso Eiré, en su redacción.LALO R. VILLAR

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