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El PP de Teo apoya al edil de Urbanismo que medió en la compraventa de fincas

El concejal dice que dejará el negocio inmobiliario porque no le trae "más que disgutos"

El alcalde de Teo, Armando Blanco, del Partido Popular, ha decidido mantener a Manuel Parajó al frente de la concejalía de Urbanismo, después de que el edil hubiera reconocido públicamente que tiene negocios inmobiliarios en el municipio donde gobierna. Los ocho concejales del PP y el propio Parajó sumaron a última hora de la noche del lunes sus votos para rechazar una moción del grupo socialista que exigía su cese. De momento, el edil de urbanismo seguirá al frente del equipo que redacta el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).

El concejal intentó vender un local para la oficina de Correos en Cacheiras

Según consta en el acta del pleno celebrado el 27 de septiembre de 2005, el concejal Parajó admitió su intervención en la compraventa de fincas no sólo en los ayuntamientos de la comarca, tal y como sugerían algunas informaciones periodísticas, también dentro del propio municipio de Teo. "Es un error del periódico porque sí hago negocios inmobiliarios también en Teo. Yo no me escondo", declaró aquel día el concejal de urbanismo ante la sorpresa de la corporación y la consternación de algunos de sus compañeros en el equipo de gobierno.

Después de muchos meses, de denuncias, críticas y acusaciones cruzadas, el lunes, pocos minutos antes de la medianoche, el grupo de gobierno decidió la continuidad de Parajó al frente del departamento de urbanismo en el municipio que más ha crecido en población en la comarca de Santiago.

Los nueve votos (ocho del PP y el del propio Parajó) se impusieron a los ocho concejales de PSdeG y Bloque. Y eso, a pesar de que algunas de las últimas actuaciones de Parajó demuestran que su intervención ante el pleno fue más un ataque de sinceridad que una exageración.

Los responsables de Correos en el área de Santiago se quedaron estupefactos cuando, meses después de leer sus denuncias sobre el mal funcionamiento del servicio en su municipio, Parajó acudió en persona a la sede de Correos para vender un local a la empresa. Se había enterado de que Correos necesitaba una oficina para los carteros rurales y se propuso como mediador en la venta. En declaraciones a este periódico, Manuel Parajó lo explicó así: "Alguien de una inmobiliaria me dijo que Correos buscaba un bajo con mucho aparcamiento en Cacheiras y yo acudí a Correos a comunicárselo, pero nada más, el local ni siquiera era mío". Los directivos de Correos no llegaron a valorar la oferta.

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Parajó también reconoció ayer que durante buena parte de la legislatura había compaginado su condición de concejal de urbanismo y la de intermediario en la compraventa de solares en Teo. Durante ese tiempo, el Plan General de Ordenación Municipal se encontraba en fase de redacción. Las directrices sólo las conocían los miembros del gobierno, pero Parajó siguió comprando y vendiendo terrenos para otros. "Sí participé como intermediario en algunas compras, pero dejé de hacerlo hace unos ocho meses y dudo que vuelva porque sólo me trae disgustos", confesó. Según el portavoz socialista en ese ayuntamiento, la intemediación de Parajó en las operaciones inmobiliarias en Teo no son una novedad. Jano Leis asegura que "se han dado casos de personas que han acudido a la oficina del concejal a preguntar por un determinado solar, y han visto como el propio Parajó les ofertaba otras fincas distintas, siempre como mediador, algunos acabaron comprando".

No es el único episodio singular que Manuel Parajó ha protagonizado en los últimos meses. A finales del año pasado, el máximo responsable de urbanismo firmó una orden instando a la Policía Local para que dejase de inspeccionar las obras. Desde entonces los agentes necesitan una autorización expresa para visitar los edificios en construcción. Parajó explicó en aquel momento que con la medida "sólo pretendía que no se duplicase el trabajo porque los policías tienen que estar para otras cosas". El Bloque pidió su dimisión pero entonces como ahora Parajó siguió en el cargo.

De edil socialista a 'bastón' del PP

La trayectoria de Manuel Parajó como político está plagada de desencuentros con sus compañeros de partido. El PSOE lo expulsó en 2000 siendo portavoz de la oposición, cuando empezó a votar a favor de las mociones del alcalde Armando Blanco, una vez que éste se había quedado en minoría abandonado por cuatro de sus concejales.

Durante los tres últimos años de la legislatura, Parajó, ya fuera del PSOE, y su número dos , Miguel Hombre, sirvieron como bastón a un debilitado Blanco. Antes de las últimas elecciones municipales, ambos se inventaron un partido (Independientes de Teo) con el que concurrieron a los comicios. Obtuvieron un concejal, justo el que le faltaba a Blanco para obtener la mayoría absoluta. La negociación no fue difícil. El alcalde situó a Parajó al frente de la concejalía de urbanismo, y desde entonces la coalición ha dado pruebas de su estabilidad.

La última, en el pleno del pasado martes. Durante siete horas, el grupo de gobierno votó en bloque para aprobar sus mociones y rechazar las que que habían presentado socialistas y nacionalistas. Al llegar al punto 25º, los ocho ediles de la oposición levantaron la mano para apoyar el cese del edil de urbanismo. La votación fue confusa. Tanta prisa tenía Parajó en saldar la moción que su voto se confundió con los de la oposición. Levantó la mano antes de tiempo, y el portavoz del Bloque llegó a pedir la moviola al secretario municipal. No hubo repetición y Parajó seguirá en su puesto.

Ni el afectado se abstuvo, ni hubo disensiones entre el grupo popular. Su portavoz, José Vázquez Pallas, había amagado con hacerlo e incluso presentó su dimisión durante la mañana del lunes. El jefe del grupo socialista, Jano Leis, preguntaba ayer a Vázquez Pallas si su cambio de posición tenía algo que ver con "las buenas notas" de su cuñado. Se refería a una plaza convocada por el Ayuntamiento para una plaza de auxiliar administrativo. En el primero de los exámenes, celebrado el martes, el cuñado de Vázquez Pallas obtuvo la máxima nota, un 10, sin fallar una sola respuesta. A sus compañeros de oposición les resultó chocante la celeridad con la que el opositor, Francisco Molinos Pizarro, completó las pruebas. Molinos se levantó del examen cuando todavía no había transcurrido media hora. El grupo socialista investiga si la nota de Molinos condicionó el voto de su cuñado.

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