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El PP da la espalda al mayor homenaje a las víctimas del golpe franquista

Los populares rechazan el monumento a 600 represaliados por la dictadura

El PP coruñés da la espalda a la iniciativa emprendida por familiares de cientos de víctimas de la represión franquista para lograr un lugar donde honrar la memoria de quienes fueron asesinados y enterrados sin saber los suyos dónde, cómo, cuándo y menos por qué. Frente al mar, entre la Torre de Hércules y el cementerio de San Amaro, A Coruña inaugurará el domingo un monumento que recogerá los nombres de más de 600 víctimas de 10 municipios de la comarca. El monumento, compuesto por un conjunto de menhires del escultor Xosé Val Díaz, Valdi, con los nombres de los desaparecidos y el poema Paz para sempre de Claudio Rodríguez Fer, será el más grande de Galicia dedicado a las víctimas del franquismo.

A pesar de reiteradas invitaciones y gestiones en busca de un respaldo social y político unánime, que supere divisiones partidistas, el PP desairó la iniciativa en la que colaboran, bajo el paraguas de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica, el Gobierno central, la Diputación coruñesa y siete Ayuntamientos de la comarca.

Los datos y nombres de las más de 600 víctimas olvidadas hasta el momento se localizaron gracias al proyecto Voces e nomes impulsado por la Xunta bipartita con las tres universidades gallegas. Cada caso fue verificado por historiadores. Para muchas familias, supuso descubrir al fin qué había sido de su pariente desaparecido tras el golpe de 1936.

Pese a todos los intentos de los promotores de convertir el homenaje a esas víctimas del franquismo en un recordatorio apartidista, el PP se mantuvo firme y contumazmente al margen de todo el proceso. Tanto su portavoz municipal en A Coruña, a su vez presidente provincial del partido, Carlos Negreira, como los tres Ayuntamientos de la comarca gobernados por alcaldes de este partido (Abegondo, Betanzos y Carral) darán plantón el domingo al acto inaugural, que se presume multitudinario.

A diferencia del PP de Salamanca, que gobierna allí con mayoría absoluta, o más recientemente el de Zaragoza, que respaldaron sin ambigüedades la erección en sus ciudades de un monumento similar al que tendrá desde este domingo A Coruña, los conservadores coruñeses eludieron implicarse en la iniciativa. Incluso rechazaron recibir a representantes de las familias de las víctimas cuando solicitaron entrevistarse con los grupos políticos de A Coruña, hace unos meses, para decidir dónde se colocaría el monumento que financió, con casi 50.000 euros, la Vicepresidencia del Gobierno.

Al ser preguntado en rueda de prensa por los periodistas, Carlos Negreira aseguró entonces que no estaba en contra de un monumento, siempre y cuando recogiera el nombre "de todas las víctimas, de todos los bandos". El presidente coruñés de la Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica, Manuel Monge, se apresuró a recoger el guante e invitó al PP a que sumara todos los nombres que quisiera para que el reconocimiento a las víctimas fuera el más amplio posible. Pero tampoco así hubo respuesta.

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El PP de A Coruña optó también por el más absoluto silencio cuando recibió las invitaciones que les entregó personalmente Monge el pasado día 9 para que acudieran a una rueda de prensa en la que se presentaba el memorial y para asistir al acto de inauguración, en el que sí participarán medio centenar de instituciones, colectivos profesionales, sociales y culturales de la ciudad y la comarca.

El PP coruñés, preguntado por este diario, rechazó tajantemente hacer cualquier comentario o declaración sobre un monumento, que ayer fue colocado en su lugar definitivo, la avenida de Navarra. Los populares coruñeses ya se habían opuesto al proceso emprendido el año pasado por el Ayuntamiento de A Coruña para, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, retirar de sus calles y edificios públicos la abundante simbología franquista.

Negreira batalló personalmente y de modo especial contra la retirada de la estatua del general Millán Astray, al que defendió como "coruñés de pro", y asumió como propia la protesta de algunos familiares de militares franquistas que se oponían a que sus nombres fueran retirados de las calles que las identificaron en el franquismo.

Unos operarios instalan el monumento en la avenida de Navarra.
Unos operarios instalan el monumento en la avenida de Navarra.GABRIEL TIZÓN

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