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Elecciones municipales

El PP promete a los empresarios alquileres gratis y congelar impuestos

Corina Porro ensalza a quienes se atreven a abrir negocios sin esperar a la licencia - José Luis Baltar planta a Feijóo y Jiménez Morán en un acto en Verín

En cada mitin o en lo que el PP ha dado en llamar desayunos informativos (actos abiertos a la prensa donde los periodistas no preguntan y es la "sociedad civil" -a saber: representantes de colectivos poco molestos, cuando no compañeros de partido, como sucedió en Ourense- la que plantea sus dudas a los candidatos de las ciudades) Alberto Núñez Feijóo señala dos culpables del paro: el Gobierno central de Zapatero y los bipartitos de las ciudades. Ya sea Orozco en Lugo, Bugallo en Santiago o Caballero en Vigo. En medio, la Xunta, que según ha recalcado su presidente en el Parlamento, no tiene casi competencias para luchar contra el desempleo, que, pese a todo, y como repiten los cabezas de cartel populares, será su prioridad principal y casi única si los votos le alcanzan para gobernar.

El presidente de la Xunta apuesta por Gobiernos pequeños y sector privado
El barón ourensano prefiere mitinear solo, alejado de la dirección gallega

El jefe del Ejecutivo gallego dio ayer en Vigo la clave para combatir la crisis: "La combinación certera pasa por Gobiernos pequeños y eficaces y un sector privado con músculo". Lo que no significa, aclaró, "relegar a los políticos a un segundo plano". Feijóo hizo ver que las instituciones públicas deben ofrecer todo tipo de facilidades a empresarios y emprendedores para crear empleo. Y eso incluye, según prometió en el Foro Nueva Economía -con el presidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso, entre un auditorio plagado de ejecutivos y empresarios- que los alcaldes pongan a disposición de las empresas locales y bajos, "aunque sea de forma temporal". Esa oferta, que el presidente no terminó de desgranar, se une a la promesa de simplificar trámites burocráticos que permitan inaugurar antes los negocios. Así, según repite cada mañana el PP, las licencias de obra menor deberán estar despachadas en un mes y las de obras mayores, no demorarse más de 90 días. Ese es el compromiso en los Ayuntamientos donde mande el PP.

Los populares parten de la idea de que si a los empresarios les va bien, se creará empleo, "las personas tendrán libertad" y las administraciones recaudarán más. Y dentro de esa filosofía, el plan de los alcaldes pasa por congelar tasas municipales o, como llegó a plantear José Manuel Rey en Ferrol, incluso perdonárselas durante un tiempo a comerciantes que lo están pasando mal. Todos los candidatos que toman el micrófono ante el presidente del partido lanzan propuestas en el mismo sentido. Gerardo Conde Roa se ofreció a relajar los requisitos para abrir locales en el casco histórico de Santiago donde la normativa de rehabilitación es muy rigurosa y exige utilizar materiales nobles. En Lugo, Jaime Castiñeira ofertó también "alquileres gratis para empresarios noveles".

Tal es la comunión del PP con ellos durante esta campaña que, para criticar la lentitud de las administraciones a la hora de conceder permisos, la candidata a gobernar Vigo ensalzó ayer a "los más valientes que abren negocios sin licencia", en contraposición a "los menos valientes que no abren nada y se van a otro sitio". Con un lacerante discurso contra Caballero, Porro se ofreció a cooperar con las instituciones sean del color que sean y Feijóo, que mantiene con el alcalde vigués una relación parecida a la que él mismo propicia con el Gobierno central, agradeció el gesto.

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Su siguiente acto del día requería el traje de presidente y le pillaba de camino. Acudió a Meis a un paseo fluvial que culminó con una llamada a la cooperación entre administraciones, una de las ideas fuerza de la campaña del PP, durante un acto que pretendía pasar por institucional. Puso como ejemplo la Mancomunidade do Salnés que colabora para abaratar costes en los servicios que presta a 100.000 habitantes. Para lanzar ese mensaje, el presidente no pudo contar con los alcaldes socialistas que declinaron asistir al acto, pero los huecos se rellenaron sin mayor problema con diputados y candidatos del PP de la zona.

Ya por la noche, la campaña juntó en Verín a dos rivales irreconciliables desde que pelearon por la presidencia provincial de Ourense. Jiménez Morán, alcalde y perdedor en aquella cita, jugaba en casa y además tenía a su lado al presidente del partido y de la Xunta, que le apoyó en el congreso de enero de 2010 y le mantiene su confianza. Su enemigo de entonces, José Manuel Baltar, que heredó las siglas en la provincia, también estuvo al lado, pero menos.

Baltar padre, que en estos comicios mitinea en solitario alejado de la dirección gallega y únicamente en su feudo, ni siquiera se presentó. A fin de cuentas, hace no tanto que calificó de traidor a Jiménez Morán. Baltar hijo se permitió tutear a su otrora rival, "un gran candidato que tiene ilusión por seguir siendo alcalde de Verín". Cuando sonó la música del presidente, Feijóo no se dirigió a los Baltar ni siquiera para saludar al que estaba. Se centró en la "gestión responsable" de Jiménez Morán y la "irresponsable" de Zapatero. Repitió que votar al PP supone unidad frente al bipartito en una provincia poco propicia para hacerlo. Y reivindicó más que otras veces la gestión de la Xunta, "que, pese a quien le pese, es mil veces mejor que la del bipartito, que malgastó el dinero y dejó todo a deber". Los logros del Xacobeo, el pago de facturas en plazo, la austeridad y un puñado de inversiones en el municipio orensano fueron los logros exhibidos.

En una provincia que roza el límite legal de endeudamiento, Feijóo dijo que el socialismo es déficit mientras el PP equivale a superávit. Pero también dejó deberes a alcaldes y candidatos para la legislatura siguiente: "Tendréis que empezar a pagar las cuentas que encontréis, que priorizar los gastos e, igual que las familias, tenemos que hacer más con menos". Jiménez Morán prometió "624 empleos en la construcción y las infraestructuras". Como garantía de esa promesa- lo hacen estos días todos los candidatos del PP y el propio Feijóo- puso al Gobierno de Aznar y "los cinco millones de puestos de trabajo que creó en los noventa".

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