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Pasos en favor de una incineradora de capital castellano

Varias decisiones de la Xunta desde 2010 abren el camino a Estela Eólica

Estela Eólica, la empresa que construirá y gestionará sin concurso público la nueva planta basurera que en el municipio ourensano de O Irixo, podrá levantar el complejo gracias a una concatenación de cambios normativos durante el último año. El primer paso que posibilita el basurero se dio a finales de 2010. El 19 de noviembre de ese año, el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, anunciaba la resolución del concurso eólico para adjudicar 2.325 megavatios. Las tres mayores beneficiadas fueron Fenosa, Norvento y Estela Eólica.

Como proyecto asociado a los 186 megavatios que Estela Eólica ganó en ese concurso eólico, se incluía la ejecución de una planta de tratamiento de residuos. Durante la comparecencia del conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, del pasado 5 de diciembre en la que anunció que la ubicación sería en O Irixo, recordó que durante el último año "se contactó con la empresa para que adaptase su planteamiento al plan de residuos". Sin embargo, la sucesión de los hechos parece la contraria. Tan solo dos meses después de hacer pública la relación de empresas ganadoras del concurso eólico, el Gobierno gallego cambió el plan de residuos de Galicia. El Consello de la Xunta del 13 de enero de 2011 aprobaba el nuevo plan de gestión de residuos urbanos de Galicia, incluyendo la construcción de una segunda planta de tratamiento de basuras y reintroduciendo la incineración como método para la eliminación de residuos. Ese plan proyecta una inversión de 358 millones en nuevas plantas basureras (ocho de compostaje y la Sogama del sur) y otros 59 millones a la ampliación de las existentes.

La empresa se estrena en el sector de la gestión de residuos
Tras anunciar la compañía su plan, el Gobierno aprobó crear otra Sogama

Cuatro meses más tarde, en mayo de 2011, el alcalde popular de O Irixo, Manuel Penedo, ya negociaba la ubicación del complejo en su municipio. Y ahora, un año después de que se conociesen los agraciados por el concurso eólico, el Gobierno autónomo ultima una ley que permitirá eliminar trabas ambientales, al colar la planta bajo una nueva figura legal denominada "proyectos industriales estratégicos". Esta figura elimina hasta nueve trámites a través de un procedimiento abreviado de evaluación de incidencia medioambiental, al que se podrán acoger aquellas empresas que generen más de 250 puestos de trabajo con una inversión mínima de 50 millones. Estela Eólica cumple ambos requisitos.

¿Y quién es Estela Eólica? Pues una sociedad domiciliada en el Lugar de Montserrat de A Coruña, cuyo capital fue adquirido casi en su totalidad meses antes del concurso eólico por la empresa castellano-leonesa Gecalsa, cuya cara visible es Ginés Clemente, un conocido empresario de Castilla y León. Con sede en Miranda de Ebro, está participada en su mayoría por Caja Burgos -ahora Banca Cívica- y por Santander Private Equity, una gestora de capital riesgo del Banco de Santander. El resto de la propiedad se la reparten sus dos administradores (José Luis Pérez Quintáns y Alberto Romero Posse) y el arquitecto municipal del Ayuntamiento coruñés de As Somozas, Ignacio Aguiriano Ramudo.

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Gecalsa fue constituida en 1999 y actualmente está dirigida por Javier Gracia. Tiene una capacidad eólica instalada de 237 megavatios y 500 kilovatios en una planta fotovoltaica, todos en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía. La entrada en el sector de la eliminación de residuos aleja a la empresa de su idea inicial ("la producción de energía eléctrica de origen renovable") y la introduce en un sector en el que será primeriza.

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