Protesta por la reducción de un centro de educación especial
El centro público de educación especial Santiago Apóstol de A Coruña vivió ayer una jornada de huelga y manifestación contra el desmantelamiento progresivo, según su comité de empresa, de un servicio público básico que "la Xunta infrautiliza" para desviar niños y adolescentes a establecimientos privados. Desde enero disminuye sin cesar el número de usuarios de este centro, destinado a discapacitados de entre seis y 24 años, mientras la lista de espera para obtener plaza en un colegio público de este tipo en Galicia va de los 12 a los 24 meses.
Los 193 trabajadores del Santiago Apóstol, que sólo tiene ahora 112 usuarios (las plazas son 200), denuncian el "mal gasto público". La Consellería de Traballo e Benestar, de la que dependen de momento, dice que quiere reestructurar y "mejorar la gestión". El delegado de la Xunta en A Coruña, Diego Calvo, achacó la protesta "al temor del personal a tener menos vacaciones", ante el posible traspaso del centro a Educación.
Pero los trabajadores creen que las vacaciones "serían incluso más" y que lo que rechazan del traspaso es que solo se atendería a jóvenes de hasta 21 años. Los representantes laborales denunciaron que el desvío de discapacitados a centros privados empezó en enero, cuando dos chicos de 16 y 20 años bajo la tutela de la Xunta fueron enviados a un colegio concertado que cobra a Traballo 1.974 euros al mes por cada uno.