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Reportaje:

Pulpo contra polbo en O Carballiño

El ayuntamiento orensano rechaza la denominación oficial 'Festa do polbo'

En términos generales, en Galicia se acepta pulpo como animal de compañía. No hay celebración que se precie en la que no acompañe el cefalópodo. Pero ahora, su sola mención comienza a causar estragos identitarios. ¿Pasarán las tradicionales pulpeiras a ser llamadas polbeiras? O Carballiño, la tierra pulpera por excelencia, la que le ha dado fama mundial, la que vive del negocio á galega del sabroso animal marroquí -los profesionales ya no trabajan el de la ría-, comienza a atragantarse con el dilema lingüístico.

La Dirección Xeral de Turismo exige la denominación en gallego de la fiesta, clasificada de interés turístico nacional y a punto de obtener la de interés mundial, para concederle la subvención de 6.000 euros. El gobierno municipal, que financia la internacional romería de agosto con 54.000 euros más, apela a la rentabilidad económica y se resiste al cambio. "En los carteles seguirá figurando Festa do pulpo, eso está claro", sostiene el alcalde socialista, el profesor de Historia Carlos Montes, que asegura tener legajos del siglo XIV con inventario del puerto de Marín en donde consta que a la merluza se le llamaba pescada, a la sardina, sardiña y al pulpo, sencillamente pulpo. Pero la tradicional Festa do pulpo de O Carballiño pasará a ser Festa do polbo en la documentación oficial. Subvención obliga. Y los carballiñeses se han enredado en una polémica lingüística que encuentra adeptos para tres posibles variables: en perfecto gallego, en perfecto castellano o en el castrapo que le ha dado fama internacional. E ingresos.

Turismo exige el nombre en gallego para dar 6.000 euros de subvención

Camilo es nieto, hijo y sobrino de pulpera y propietario de la Cámara de Arcos, la localidad que ha dado al mundo a las pulpeiras, en breve ya polbeiras: más de 60 familias, todo el pueblo. Y lo tiene muy claro. "O hablamos en castellano o en gallego, pero no podemos hacerlo a medias, no podemos tenerle miedo a nuestro idioma". Y este defensor de la denominación polbeira pone un ejemplo de por dónde van los tiempos. "En el 90% de las camisetas de la fiesta que nos ponemos los de las peñas estampamos todos polbo", aunque también reconoce que casi todo el sector se refiere al cefalópodo como pulpo. "Pero por una costumbre que hay que cambiar: no se puede machacar el idioma. Además, a los chinos o a los ingleses, les da igual cómo le llamemos", razona.

La tesis la comparte el grupo municipal del BNG. El concejal Bernardo García advierte que en la costa "se le ha llamado polbo siempre y el producto no es ni internacional, ni español, sino de la ría", desde donde llegó al monasterio de Oseira a modo de tributo de los pescadores de Marín. El edil nacionalista apela también a la rentabilidad económica de la romería, pero en sentido inverso al alcalde. "A los extranjeros, e incluso a los clientes que vienen de distintos puntos de España, les gusta lo enxebre, la carne ó caldeiro y el polbo; hay que rentabilizar lo que tenemos y habituarnos a nuestro idioma".

Ajenos a la polémica, los 80.000 comensales que se esperan este agosto en O Carballiño degustarán el producto alabando sus excelencias bajo un gran cartel de bienvenida a la Festa do pulpo. Todo ello en las entrañas de la Galicia interior, de la única provincia sin mar, pero también la que ha puesto en el mercado y en la polémica lingüística al famoso pulpo.

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