Quintana pide a Molina que no "malogre" las relaciones con la Xunta

El presidente y el vicepresidente de la Xunta trataron ayer de desactivar el conflicto desatado por el plante de la conselleira de Cultura, la nacionalista Ánxela Bugallo, a un acto oficial de Emilio Pérez Touriño y el ministro de Cultura, César Antonio Molina. Aunque Anxo Quintana salió en defensa de Bugallo después de que ésta criticase el electoralismo de la visita de Touriño y Molina a una biblioteca aún sin inaugurar en Santiago, el vicepresidente prefirió rebajar el tono y pedir al ministro que el incidente no "malogre la colaboración" entre las administraciones central y autonómica.

Quintana no evitó las críticas a la actuación de César Antonio Molina en su visita el pasado miércoles a Santiago para conocer la nueva biblioteca estatal, que el Gobierno deberá ceder a la Xunta antes de su inauguración, el próximo mes de marzo. En declaraciones efectuadas ante los periodistas en Vigo, Quintana defendió las acusaciones de electoralismo formuladas por la también nacionalista conselleira de Cultura. Ánxela Bugallo había señalado que los compromisos electorales de Molina, quien encabezará la lista del PSOE por A Coruña para los próximos comicios generales, le impedirían estar presente en la apertura del centro público, prevista para el mes de marzo. La conselleira no asistió al acto, pese a que Touriño se lo había pedido expresamente por carta.

"Me sabe mal que esa colaboración [entre las administraciones central y autonómica] quede malograda por las prisas de una visita inoportuna a una biblioteca sin libros", manifestó Quintana. El vicepresidente aseguró que hasta la fecha ambas administraciones han trabajado estrechamente en el proyecto de construcción y gestión de la biblioteca compostelana, por lo que mostró su confianza en que "en el futuro esos errores por parte del ministerio no se vuelvan a repetir y se mantenga la colaboración".

Casi a la misma hora, y en otro acto que también se celebraba en Vigo, Emilio Pérez Touriño respondía con una precisión a las críticas de los nacionalistas al acto del ministro de Cultura en la biblioteca de Santiago. No se trataba de una inauguración, matizó Touriño, sino de "una visita típica y tópica de obras y de inspección final". Por lo demás, el presidente de la Xunta sorteó una polémica "que no conduce a nada", para centrarse en los beneficios que la próxima inauguración del centro reportará a los santiagueses y a los gallegos.

Touriño, que redujo las diferencias con el BNG a la categoría de "anécdota", consideró la futura biblioteca "una de las mejores del Estado en España", y destacó la "magnífica inversión" de 10 millones de euros. El presidente recordó que todavía están pendientes algunas instalaciones complementarias, que corresponden a la Consellería de Cultura y que se estima que estén listas para el próximo marzo, mes en el que, según la previsión de ambas administraciones, será inaugurada la biblioteca.

El ministro, por su parte, rehusó ayer ahondar en la polémica y, en declaraciones a este periódico, se limitó a señalar que da el asunto por zanjado. Entre otras cosas, Bugallo reprocha al ministro que todavía no la haya recibido pese a que el pasado verano le soliticó formalmente una entrevista. La conselleira pretende obtener de Molina compromisos concretos para que el Gobierno central se implique en el proyecto de la Cidade da Cultura.

El PP aprovechó el incidente para insistir en las desavenencias en el bipartito de la Xunta. El secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, se refirió al asunto "como una nueva pelea entre los dos socios de la Xunta, que gobiernan a golpe de encuestas y no en función del interés de los ciudadanos", informa Daniel Salgado. "Ya están en campaña electoral [los socios del bipartito] y ésta será la tónica habitual", vaticinó Rueda, quien subrayó aque "a nadie le parece normal que un presidente convoque por carta a su conselleira de Cultura".