_
_
_
_
_

Rajoy se atribuye el Plan Galicia y promete impulsarlo desde La Moncloa

El líder del PP lamenta el "enjuague pavoroso" para salvar a la ministra Álvarez

Mariano Rajoy se empleó en Ourense. El candidato del PP a la presidencia del Gobierno mantuvo ayer una apretada jornada preelectoral con baño de multitudes incluido, en una comida-mitin a la que asistieron medio millar de militantes y simpatizantes.

Lo hizo en una provincia en la que su partido se juega la pérdida de uno de sus tres diputados y en la que el PSOE, que aspira a recuperar el segundo, colocará de cabeza de lista a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa.

Custodiado en todo momento por el líder de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, y por el presidente provincial del partido, José Luis Baltar, Rajoy se entrevistó y atendió a las peticiones de los empresarios del polígono industrial, visitó las termas de A Chavasqueira, se fue a comer con los militantes y viajó después a Verín, a entrevistarse con el regidor, Manuel Jiménez Morán, del PP, que logró arrancarle en mayo la alcaldía a un atribulado tripartito de PSdeG, BNG e independientes.

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación, Rajoy desgranó su mensaje. Se aferró al dato fresco de la subida de la inflación para, apelando a los pensionistas y a los menos favorecidos, justificar el "verdadero sentido" de su propuesta electoral de exención fiscal para las personas que cobren hasta 16.000 euros. Junto a ello, acusó al Gobierno de "haber estado quieto" en materia económica, para matizar que precisamente por eso "no ha habido grandes errores", y destacó sus prioridades basadas, dijo, en "el bienestar y la creación de riqueza para los españoles".

Pero las mayores críticas al PSOE las sirvió con sendas descalificaciones para el BNG y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Así, tildó de "enjuague pavoroso el acuerdo de Zapatero con dos tránsfugas y el BNG" para impedir la reprobación de la ministra en el Congreso, y señaló que no descarta trasladarlo al Senado.

"La primera vez que el BNG decidió hacer algo, hizo que se quedara", denunció el líder del PP, que advirtió, irónicamente, que la decisión de los nacionalistas denotaba "un gran amor a Galicia y un galleguismo insuperable". Rajoy instó al BNG a que explique "los efectos beneficiosos para Galicia de esta señora". E incidió al respecto: "Parece que Zapatero va a recibir ahora al líder del BNG, pero desde luego es una foto muy cara". No tardó en responderle el vicepresidente de la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, que acusó a Rajoy de hacer carrera en Madrid "para sí mismo" y le recriminó "que no ejerza de gallego", informa Lorena Bustabad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Frente a estas descalificaciones, Rajoy tuvo palabras de elogio para los representantes de su partido y rememoró el Plan Galicia. "Yo lo impulsé y yo lo haré cuando sea presidente de España", prometió. Respecto a su partido en Ourense, se mostró convencido de que revalidarán los tres escaños frente a uno de los socialistas, y evitó contestar a la pregunta formulada por los periodistas respecto a la decisión del alcalde de su partido en Beade, Senén Pousa, de negarse a cambiar el nombre del dictador a la calle principal. "Eso pregúnteselo al alcalde", señaló.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_