Ribeira tendrá una planta de gas propia para casas y empresas

Al Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña) le gusta el gas. Con un proyecto de gasoducto para abastecer a la población ya en marcha, el pleno municipal aprobó la semana pasada el alquiler de unos terrenos para la instalación de una planta de gas natural licuado en el monte de San Alberte, al lado del polígono industrial de Xarás.

El proyecto se aprobó con los votos a favor del PP, que gobierna con mayoría absoluta en la capital de O Barbanza, y de los dos ediles del PSdeG, mientras que los cuatro del BNG se abstuvieron y los dos de Iniciativa Progresista de Ribeira (IPR) se pronunciaron en contra.

El gobierno local de Ribeira afirma que la planta sólo funcionará mientras no se terminen las obras del gasoducto, cuyo tiempo de ejecución calculan entre cinco y seis años, pero los concejales del BNG e IPR cuestionan la idoneidad del proyecto. Dominga Brión, portavoz nacionalista en la corporación, señaló que su grupo se abstuvo porque el Ayuntamiento no elaboró informes previos sobre impacto ambiental y riesgos.Además, la edil del BNG considera que el precio tasado por el arquitecto municipal para el alquiler mensual, ligeramente superior a los 700 euros, es muy bajo. Desde IPR, Rosa García se muestra preocupada porque la planta estará emplazada cerca de la autovía y podría afectar a las viviendas que hay próximas al polígono, además de a núcleos de población como Artes y Deán. Respecto a la provisionalidad de la planta, García no se fía y señala que una concesión temporal "muchas veces se convierte en eterna" al tiempo que apunta que el plazo aprobado, que en principio será de cinco años, podría prorrogarse hasta los diez.

Juan Pérez, secretario local del PSdeG, comentó por su parte que su partido votó a favor porque está de acuerdo con "traer el gas a los vecinos cuanto antes", siempre que se respeten las exigencias medioambientales.

Herminia Pouso, concejal del PP, expresa a su vez que los informes ambientales debe solicitarlos la empresa concesionaria, y no el Ayuntamiento con caracter previo. "Si la Consellería [de Industria] dio el visto bueno", añade, "será por algo". La empresa Gas Galicia tiene, en efecto, la autorización de la Xunta para empezar las obras desde antes de las elecciones gallegas del pasado marzo.

La planta, que según las previsiones de la compañía empezará a construirse a principios del mes próximo, tendrá una capacidad de almacenamiento de 120 metros cúbicos y costará algo más de 350.000 euros. Gas Galicia cree que estará lista para empezar a funcionar en el último trimestre de 2009. Paralelamente a la instalación de la planta, se ejecutará la primera fase de la red de distribución de gas natural por el núcleo urbano de Ribeira.

La ONG ecologista Verdegaia critica que la oposición local no hubiese manifestado públicamente su postura respecto a este asunto. "Hay que argumentar la necesidad de esta planta cuando ya va a venir un gasoducto", añade Nela Abella, su representante local, que considera también que la información facilitada por el Ayuntamiento es insuficiente y debería ofrecerse al público en formato digital.