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Reportaje:

Ruido contra el botellón

Outonarte ensayará un dispositivo sonoro para dispersar jóvenes

Suena a paradoja, pero funciona: existe una arma acústica para acabar con el botellón y su tan molesto ruido. El dispositivo mosquito, un aparato del tamaño de un pequeño altavoz, emite un zumbido de alta frecuencia sólo audible para menores de 30 años (la paulatina pérdida de audición con la edad impide oírlo a los que superaron la treintena). En Gran Bretaña ya se extendió su uso, no sin mucha polémica, para ahuyentar a los jóvenes y evitar sus concentraciones masivas en plazas o calles. Pero en Francia o Bélgica se ha declarado ilegal por considerarlo una arma que criminaliza a la juventud y cuyos efectos sobre la salud se desconocen. En un intento de provocar un debate, el controvertido aparato se ensayará en la noche del jueves en los jardines de Méndez Núñez de A Coruña, el nuevo punto del botellón de la ciudad.

El aparato se ha extendido en Gran Bretaña y prohibido en Francia y Bélgica

La iniciativa forma parte la muy interactiva y participativa muestra de arte contemporáneo Outonarte que, por segundo año consecutivo, organiza el Ayuntamiento coruñés para exhibir una treintena de las propuestas más vanguardistas de Galicia y, en esta ocasión, también de Portugal. Diversas salas de A Coruña, calles de la ciudad y también escaparates comerciales acogen durante todo el mes de octubre la amplia y ecléctica selección artística, con obras, instalaciones y propuestas de todo tipo.

En el Palacio Municipal de María Pita se desarrollará, desde hoy y hasta el viernes, un taller sobre sonido y poder en el que, según su responsable, el antropólogo Chiu Longina, se hará un recorrido por las últimas y múltiples tecnologías sonoras "utilizadas para ejercer un control social, o como arma de ataque o defensa". Y en ese contexto se fabricará un mosquito que se ensayará el jueves en el corazón del botellón coruñés. El experimento y la reacción de los miles de jóvenes que cada semana se concentran en los céntricos jardines de la ciudad centrarán la mesa redonda sobre el botellón que se celebrará a la semana siguiente, el 16 de octubre.

Denuncias contra el embrutecimiento que provoca la televisión o contra las guerras que origina el control del petróleo, o floridas performance por el centro para reivindicar más verde en las ciudades, como la que, con el título de Xardín, protagonizó el sábado la portuguesa Filipa Guimaräes, integran esta nueva edición de Outonarte, comisariada por Nilo Casares y su ayudante Anxela Caramés.

El público está llamado a participar activamente en esta muestra, que incluso ofrece, en la sala de exposiciones de Palexco, un espacio con rampas abierto a todo el mundo que desee lanzarse al arte de las piruetas del skateboard. Un enorme botafumeiro decorado como las clásicas bolas de espejos de las discotecas ochenteras o una sesión callejera de canto a viva voz como hacían antiguamente las cantareiras son otras de las propuestas de este Outonarte.

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