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Salvar la memoria del exilio

El Museo de la Emigración Gallega digitaliza en Buenos Aires fichas y documentos del antiguo Centro Republicano

Un pedazo de la historia de España descansa hoy en día en los almacenes del Museo de la Emigración Gallega (Mega) de Buenos Aires, una institución que alberga desde 2005 los fondos del antiguo Centro Republicano de la capital porteña y que ha emprendido un proceso de clasificación de ese patrimonio. Hace unos días terminaron los trabajos de restauración de las más de 5.000 fichas de miembros del centro, que contaba en sus filas con personas tan ilustres como Castelao, Arturo Cuadrado o Lorenzo Varela. El siguiente paso será la apertura, antes de fin de año, de una sala en el museo dedicada a la República y la Guerra Civil.

El subdirector del centro, Miguel Chiloteguy, explica que entre los proyectos del museo también se encuentra la digitalización de más de 70.000 artículos periodísticos sobre la Guerra Civil y el exilio que forman parte del archivo del Centro Republicano, extinguido a finales de la década de los años setenta tras la llegada de la democracia a España. Los fondos fueron donados a la Federación de Sociedades Gallegas de Argentina (propietaria del Mega) por la orientación ideológica que esta institución mantuvo a lo largo de la historia. En la actualidad aún se mantiene ese apego a los ideales republicanos y cada mes de abril la federación celebra un homenaje a la República en un teatro cercano al propio museo.

La Pasionaria anima en una carta a los emigrantes a luchar contra la dictadura

Chiloteguy apunta que la restauración de las fichas de los republicanos españoles ha permitido al Mega dotarse de un modelo propio para el tratamiento de documentos antiguos que ahora se pone a disposición de otras entidades españolas en Argentina que deseen restaurar los documentos que poseen.

"Muchas instituciones tienen material de interés y sería bueno poder trabajar con ellas para conservarlo. Nosotros llegamos a un acuerdo con una universidad de Buenos Aires para formar personal especializado y hay otras universidades que están dispuestas a colaborar", indica el subdirector de este museo argentino.

Además de las fichas restauradas en el archivo se han encontrado documentos de interés histórico, como una carta de Dolores Ibarruri, La Pasionaria, en la que anima a la Federación de Sociedades Gallegas a persistir en su lucha contra el franquismo o también varias misivas de simpatizantes republicanos que agradecen a esta institución el envío de fondos para poder abandonar España, donde eran perseguidos, y viajar a Argentina para exiliarse.

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La Federación de Sociedades Gallegas nació en 1921 en Buenos Aires y tenía como objetivos "la redención del campesino gallego, la superación del atraso económico y cultural de Galicia y la libertad del conjunto del pueblo español". En los años 30 la federación se adhirió con entusiasmo a la II República y llegó a contar con dos diputados en las Cortes, Ramón Suárez Picallo y Antón Alonso Ríos. Tras la Guerra Civil, se convirtió en un ariete permanente contra el régimen franquista y en el principal ámbito de actuación de los intelectuales exiliados. Su momento de esplendor lo atravesó en la década de los cincuenta, cuando llegó a agrupar a 58 entidades con 15.000 socios. En la actualidad la federación está integrada por 14 sociedades.

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