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Seoane vuelve a Buenos Aires

Touriño inaugura en Argentina una exposición del artista, a quien pone como ejemplo de galleguismo integrador

El intelectual Luis Seoane concebía la galleguidad y lo gallego "frente a los tópicos del galleguismo y no frente a la castellanidad". Este rasgo, destacado ayer por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en Buenos Aires en la inauguración de la muestra sobre este gallego universal, lo enfrenta a "buena parte del nacionalismo, que defiende y piensa Galicia frente a Castilla".

Seoane, en cambio, subrayó el presidente de Galicia, "define su país contra los tópicos del nacionalismo". Un contemporáneo, colaborador y amigo de Seoane, Isaac Díaz Pardo, suscribió desde la primera fila con sus aplausos las palabras del presidente de la Xunta.

"Tendió un puente de hermandad entre las dos orillas del Atlántico"

Esbozos de murales de Luis Seoane en Buenos Aires, libros, revistas y carteles realizados por el intelectual galleguista, catálogos de exposiciones y fotografías personales conforman la exposición en el Centro Cultural Borges de la capital argentina. Acompañaron a Touriño y a Díaz Pardo el catedrático de literatura y miembro de la Real Academia Galega Xesús Alonso Montero, junto al embajador de España en la república y otras autoridades. Todos ellos escucharon el relato de Díaz Pardo y Alonso Montero sobre la fecunda obra l de Seoane, caracterizada por el esfuerzo de dejar un legado amplio y coherente, como voluntad de devolverle a la plástica y al pensamiento gallego la dignidad perdida.

"El nuevo humanismo que encarna la vida y obra de Luis Seoane", explicó Touriño, "lo convierte en el arquetipo del intelectual gallego por excelencia; tanto por su compromiso ético y moral como por pretender hacer Galicia desde Galicia, y proyectar al mundo la imagen de su pueblo".

Aunque nacido en Buenos Aires, en 1910, Galicia estuvo siempre en el centro de su obra y de su pensamiento. Luchador en los años de la República, huido en 1936, organizador y promotor de la vida cultural en el exilio y viajero empedernido, Seoane fue testigo de excepción de un siglo convulso. Su obra y su pensamiento abierto lo convierten en un personaje crucial en el panorama de la cultura gallega y española del XX.

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Por encima de su "espléndida obra" y de su función de promotor cultural, situó el presidente de la Xunta que Seoane será siempre para los gallegos "el ingeniero que tendió un nuevo puente de hermandad entre las dos orillas del Atlántico". Para Alonso Montero, mientras, al recoger la antorcha de Castelao a la muerte del de Rianxo, Seoane se convierte en "uno de los galleguistas más universales que ha dado el mundo".

Díaz Pardo evocó su larga amistad con el homenajeado, con el que apostó por la construcción en Argentina de distintas instituciones que culminaron con la creación del grupo Sargadelos. El objetivo, explicó, era el de "recuperar la memoria", una misión imposible en la España de la posguerra. Se refirió Díaz Pardo a otros galleguistas como Lorenzo Varela, Lois Tobío, Rafael Dieste o Eduardo Blanco Amor, que compartieron con él y con Seoane una misma mirada política e intelectual.

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