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Elecciones municipales

Solo seis alcaldes se presentan como independientes a los comicios de mayo

Las candidaturas al margen de los grandes partidos pierden peso en las votaciones locales

Ocurre cada vez que hay elecciones locales: proliferan las candidaturas al margen de los grandes partidos políticos. Pero son cada vez menos los independientes que resisten a los incesantes ofrecimientos de fichaje de las formaciones clásicas. Al comenzar el actual mandato, en 2007, había apenas una docena de alcaldes independientes. Pasaron a ser 17 tras los cambios de gobierno a través, en la mayoría de los casos, de mociones con tránsfugas por el medio. Y solo seis regidores concurrirán en las urnas el 22 de mayo al frente de una lista independiente.

Repetirán en Cee, Ordes, Santa Comba y Pontecesures, además de los casos más veteranos y singulares: Oleiros (A Coruña) y Rábade (Lugo). Son los únicos municipios gobernados, y desde hace años, por independientes en la más pura esencia al proceder de colectivos vecinales que, al margen de cualquier organización política y sin ideología definida, se hicieron con el poder.

"Los carnés solo sirven para los enchufes", asegura el alcalde de Oleiros
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Deserciones y repescas en las formaciones clásicas

"A los partidos solo les interesas si tienes votos, les da igual la ideología y es lo que más me decepciona", cuenta Francisco Fernández Montes. Lleva desde 1999 compaginando la abogacía con la alcaldía de Rábade. Nunca militó en un partido y ni ganas que tiene. Aún no decidió si volverá a encabezar la lista. Pero con o sin él, sigue adelante "el proyecto abierto" de este colectivo vecinal que lleva 16 años -12 de ellos siendo la lista más votada- en un municipio de 1.700 habitantes en el que arrasa el PP cuando los comicios no son locales. Sin estatutos, dirigentes o afiliados, Independientes de Rábade (cuatro ediles de nueve) gobiernan en minoría siguiendo "directrices consultadas con los simpatizantes".

Resisten todos los envites de los partidos. "Somos sus mayores enemigos porque sacamos a relucir sus contradicciones", destaca el alcalde de Rábade. "El mercadeo de siglas es denigrante, los carnés solo sirven para los enchufes", ahonda su homólogo de Oleiros, Ángel García Seoane. Caso atípico el de esta localidad limítrofe de A Coruña de 34.000 habitantes: su Gobierno local, en democracia, siempre estuvo en manos de los independientes, registrados como Alternativa dos Veciños (AV). La alcaldía también, salvo entre 1983-1984.

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Al contrario de Rábade, este movimiento vecinal, que irrumpió con mayoría absoluta en las elecciones de 1979, tiene una ejecutiva y se rige por asambleas "abiertas a todos". Son los vecinos los que proponen y eligen a los integrantes de la candidatura. Ante la convocatoria de mayo, el proceso acaba de concluir con unas elecciones primarias. Votaron 3.700 personas y la lista incluye en puestos de salida a dos personas ajenas hasta ahora al movimiento vecinal.

Detractores hay muchos y también intentos de los partidos de romper, hasta ahora sin éxito, esta singular fórmula de hacer política. Aún en minoría, Seoane y su grupo, que suman nueve de los 21 ediles de la corporación, logran sacar adelante los proyectos. "Ya llevamos aprobados tres planes generales de urbanismo", presume Seoane.

"En todas las ciudades laminaron a los independientes, salvo en Ferrol", subraya Juan Fernández. Exdiputado del PP y conselleiro de Fraga, lidera desde 1995 "un partido que aglutina a gente muy heterogénea y de todas las ideologías para defender Ferrol". Su vocación es ser llave de gobierno en una ciudad que cambia de alcalde en cada elección. Tiene afiliados pero no cobra cuotas. Financian sus actividades y su local con las aportaciones de sus tres ediles -"que no viven de esto"- y "con donativos varios". Incumplió su obligación de remitir sus gastos electorales de 2007 ante el Tribunal de Cuentas.

Sí lo hizo Alternativa dos Veciños de Oleiros, que cuenta con un taller de serigrafía para su propaganda y organiza "cenas frías" en sus asambleas para recaudar fondos. Declaró un gasto de casi 3.000 euros en 2007. Idéntica cantidad reunió en febrero con la caja del bar que montó para las primarias en las que eligió sus candidatos. En Rábade, los independientes optan por la austeridad. Mil euros de gastos, un par de mítines y nada de comidas colectivas.

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