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Reportaje:

Tanatorio con aula para niños

Amoeiro velará a sus muertos e impartirá educación ambiental en el mismo edificio

No hay elipsis posible entre la vida y la muerte. Somos también lo que dejaremos de ser. En Amoeiro (Ourense) lo han entendido así y han construido un tanatorio para celebrar la defunción, pero también la plena existencia. Sin zona de sombras. Sin antesalas. Sin transición. Un edificio como un concepto filosófico que en pleno rural se da de bruces con el ancestral sentido galaico del paso al más allá.

La muerte le ha dado vida al pueblo de Ramón Otero Pedrayo. El Ayuntamiento no solo ha edificado el vanguardista edificio multiusos -es tanatorio y sala de conferencias en un mismo espacio convertible y sala de interpretación de la naturaleza en el piso superior- sino que ha urbanizado para ello una escombrera en la que cuatro pinos rampantes amarilleaban lánguidos. Finalmente, ha levantado sobre una loma de nuevo cuño la singular construcción, a un tiro de piedra de la Casa Consistorial. En pleno centro del pueblo.

La muerte le ha dado la vida al pueblo de Otero Pedrayo
El grupo de gobierno solventó dos inquietudes de un plumazo
El aula de interpretación está destinada a cursos para la infancia
El inmueble se atiene a criterios ecológicos y usa paneles de energía
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El alcalde, Rafael Rodríguez Villarino, tenía clara la idea. "Queríamos hacer frente a dos necesidades: dar a los vecinos un servicio de tanatorio que no tenían y poner en marcha una iniciativa medioambiental en esa zona degradada; decidimos combinar ambas".

Con un presupuesto de 330.000 euros, el grupo de gobierno solventó las dos inquietudes de un plumazo, ahorró dinero e implantó su visión sobre el ciclo completo de la vida. "No habríamos podido afrontar económicamente la construcción de un tanatorio que habría de estar vacío la mayor parte del año", explica el alcalde.

Pero a partir de ahora, los muertos -dos al mes, de media- ya no serán velados en la Casa da Cultura municipal. "Lo permitíamos, pero no era legal ni higiénico, en una sala sin climatizar", advierte Rodríguez mientras detalla cómo a partir de ahora los días en los que no haya velatorio se bajarán los estores y el tanatorio se convertirá en espaciosa sala de conferencias, anexa a la de tanatopraxia, en donde los profesionales prepararán los cadáveres.

Esta parte inferior del inmueble queda soterrada bajo la loma. En la superior, apenas sin trasición, estalla la vida en un sinfín de colores -cada silla, cada mesa, cada pieza de mobiliario tiene un tono distinto, hasta completarlos todos- enmarcados por el verde intenso de las paredes.

El aula de interpretación de la naturaleza está dedicada a los niños. El eco de sus correteos sobre el techo del tanatorio no será más que la evidencia del inevitable circuito vital.

Mientras los mayores velan a sus difuntos o asisten a conferencias en la parte soterrada del inmueble, los niños aprenderán nociones sobre el mismo ciclo en el que están inmersos. Les enseñarán a diferenciar las plantas, los terrenos, las formas de las hojas y las semillas de las que germinará nueva vida.

No es la única alusión a la integración del ser humano en el ciclo de la naturaleza. En el entorno de este tanatorio vital se ha plantado un árbol de acero corten (adquiere una tonalidad marrón al oxidarse), obra del escultor Acisclo Novo, que la bautizó con el nombre de A árbore da Memoria. Alude al pinsapo que había en el jardín de la casa de Cimadevila (Trasalba-Amoeiro) de Otero Pedrayo -"meu irmanciño", lo llamaba él- y cuya madera, tras ser abatido por un temporal, fue utilizada para construir el ataúd del padre de la Xeración Nós. El árbol de acero que lo rememora se irá llenando de hojas verdes con los nombres de los difuntos cuyas familias quieran recordarlos de esa forma.

El domingo, en la inauguración del tanatorio multiusos, se inscribió la primera firma en relieve, la del propio Otero Pedrayo, mientras los vecinos no daban crédito aún a la ventaja de disponer en el pueblo de un velatorio como Dios manda.

El nuevo edificio es un reto para el pueblo. No sólo por su significación circular -de ida y vuelta- del sentido de la naturaleza, sino porque su estética rezuma las características de construcción bioclimática que lo alentaron: fue realizado con criterios ecológicos y recibe el calor mediante paneles de energía solar.

Amoeiro vivió el domingo pasado una jornada de exaltación de la vida. Y de la muerte.

Edificio multiusos en Amoeiro (Ourense) que alberga un tanatorio y una sala de interpretación de la naturaleza.
Edificio multiusos en Amoeiro (Ourense) que alberga un tanatorio y una sala de interpretación de la naturaleza.NACHO GÓMEZ

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