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Reportaje:

Torrente vuelve a casa

Una exposición rescata aspectos inéditos del prolífico escritor ferrolano

"Ferrol me fecit [me hizo]", solía decir en latín. El particular universo de realismo y magia de Gonzalo Torrente Ballester (Ferrol, 1910-Salamanca, 1999) regresó ayer a su ciudad natal, en forma de exposición multidisciplinar que repasa los aspectos más desconocidos de su vida a través de objetos personales, fotos y manuscritos inéditos, cartas, grabaciones y discos que el novelista atesoró a lo largo de sus 90 años. Más de 200 piezas componen Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester, que ayer abrió sus puertas en la sede de la Fundación Caixa Galicia de Ferrol, cuando se cumple el centenario del nacimiento del polifacético y prolífico escritor.

Profesor vocacional, ensayista concienzudo, crítico mordaz, guionista de cine, articulista precoz y eterno enamorado de Cervantes, Gonzalo Torrente Ballester fue, también, el padre de 11 hijos, esposo de dos mujeres y un leal amigo amante de los chistes y las habaneras que acostumbraba a silbar por los pasillos.

El kilómetro que separaba Ferrol de Serantes eran "siglos de realidad"
Se puede ver la carta que le envió a Fraga para frenar la censura de 'Off-side'

Reunir e interpretar su legado fue una tarea ardua en la que se implicaron durante todo un año el Ministerio de Cultura -a través de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales- y la Fundación Gonzalo Torrente, con la colaboración de la Xunta y el ayuntamiento ferrolano.

Esta muestra itinerante se estrenó el mes pasado en Salamanca, la ciudad que vio morir al escritor. En Ferrol, donde nació, comienza su periplo gallego hacia Santiago y Pontevedra, otras dos localidades que marcaron la biografía del "Señor de las palabras". A Torrente la fama de Los gozos y las sombras lo sorprendió pasados los 50, después de una vida dedicada a la enseñanza, oculto tras sus gruesas gafas de miope. Antes de coleccionar premios, don Gonzalo impartió clases de lengua y literatura en las mismas estancias donde ahora se exhiben sus teteras, maquetas de barcos y primeras ediciones de todas sus obras. La sede que Caixa Galicia transformó en su templo cultural en Ferrol fue antaño una cárcel y un colegio en el que Torrente enseñó "el arte de la lengua y el secreto de la literatura".

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El Torrente más desconocido trazó su autorretrato sobre un papel, adoraba los fados de Amalia Rodrigues y las baladas de Yves Montand. Fotografiaba plazas y balcones con su vieja Minolta y dibujaba los escenarios que inspiraban sus novelas, como Santa Eulalia de Barallobre, por la que hacía correr a los personajes de La saga/fuga de J.B. Tachaba y corregía hasta la saciedad sus manuscritos, se pasó a la máquina de escribir y la cambió por el Macintosh de Apple en los 80.

"Soy un ilustrado, salvado o limitado por su creencia en las brujas", se definió el novelista, que se apartó de las modas y lamentaba no haber escrito en gallego. Carmen Becerra, de la Fundación Torrente Ballester, opina que esta frase resume la esencia de una obra que navega entre la superstición de la aldea gallega y el racionalismo militar de una ciudad cuadriculada y clasista. Torrente se crió en Serantes, una parroquia del extrarradio, y estudiaba en Ferrol. "Ese kilómetro de distancia eran siglos en realidad", explica Becerra. "Su obra, aparentemente fantástica, es absolutamente realista si se lee bien". Esta profesora universitaria, estudiosa de la obra de Torrente, lo conoció en el ocaso de su vida y lo recuerda como un "hombre simpático y miedoso, un humanista con toda una enciclopedia cultural en la cabeza que se reivindicaba como profesor sobre todas las cosas".

Al jubilarse, sus alumnos le regalaron una versión del Quijote escrita e ilustrada por ellos mismos que puede verse en la muestra, junto a la carta que Torrente envió a Manuel Fraga en 1968 para pedirle al entonces Ministro de Información de Franco que intercediese para frenar la censura contra su obra Off-side.

"Torrente tiene algo de prisma", explica Miguel Fernández-Cid, comisario de la muestra. "Hicimos un esfuerzo adicional por acercarnos a las diferentes facetas de un hombre leído casi exclusivamente como novelista", resume. La exposición repasa una vida "compleja, completa, rica y profunda". Está compartimentada desde el Torrente novelista hasta el guionista o melómano. Exhibe fotos inéditas de un Torrente interesado en las formas de la arquitectura gallega.

Además, hay un apartado audiovisual en el que pueden escuchase las reflexiones que él mismo grabó en su viejo magnetofón dando rienda suelta "a su vicio de toda la vida: hablar solo" y un documental de 36 minutos, GTBxGTB, que firma su hijo Luis con fragmentos de entrevistas e imágenes que repasan una vida tan larga como prolija.

Al centenario de Torrente también se suman otras voces cercanas al escritor como la del Nobel portugués José Saramago, su íntimo amigo, que lo sentó "a la derecha de Cervantes"; el presidente de la RAE, Víctor García de la Concha; el cineasta Imanol Uribe, que adaptó su rey pasmado; o la novelista Ana María Matute, entre otros. La muestra estará en Ferrol hasta el 25 de abril.

Imagen de la exposición inaugurada en Ferrol, donde aparece una fotografía de Torrente Ballester en la plaza Mayor de Salamanca.
Imagen de la exposición inaugurada en Ferrol, donde aparece una fotografía de Torrente Ballester en la plaza Mayor de Salamanca.XURXO LOBATO

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