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Touriño define el pacto entre Zapatero y el BNG como "nada nuevo bajo el sol"

Los nacionalistas advierten al PSdeG de que "los celos nunca fueron buenos"

El presidente Emilio Pérez Touriño se esforzó ayer en restar importancia al hecho de que vaya a ser Anxo Quintana, líder del BNG, y no él quien negocie personalmente con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el desbloqueo de las transferencias que Galicia reclama a la administración central.

Al término del Consello de la Xunta, Touriño trató de situar esa cita en un contexto de normalidad, aunque él mismo explicó que la interlocución en materia de traspasos corresponde a la ministra de Administraciones Públicas, la gallega Elena Salgado. "Lo único que me preocuparía", explicó, "es que Quintana votara con el PP o se reuniera con Mariano Rajoy". "Pero que colabore con el Gobierno de España no es más que un motivo de satisfacción", precisó.

En todo caso, insistió el presidente, "no hay nada nuevo bajo el sol", más allá de la "agilización" del proceso de traspaso de competencias. Las demandas de traspasos del líder del BNG, explicó, lo son también de la Xunta. Forman parte "de la hoja de ruta del Gobierno que presido", dijo, "aprobada al comienzo de la legislatura y refrendada por el Parlamento". "Lo importante es que nos permite avanzar", concluyó el presidente. "Esto es bueno para Galicia y por tanto para el Gobierno".

Touriño reconoció que no mantuvo contacto directo con Zapatero durante las negociaciones, aunque sí recibió información "antes, durante y después" de que se produjera a través de dos de sus más estrechos colaboradores: Francisco Caamaño, secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, y José Enrique Serrano, director del gabinete del presidente.

El jefe de Gobierno de Galicia agradeció el "acto de sacrificio" del BNG al apoyar a la ministra de Fomento y se alegró de que los nacionalistas decidiesen implicarse "en la gobernación de España". "Esto muestra la fortaleza de nuestra relación" frente a quienes, como el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, la ponen constantemente en tela de juicio.

Touriño evitó salir en defensa de la ministra, cuyo "talante, modos y maneras" distinguió del trato inversor del Gobierno central. Un trato que, subrayó, "hace posible que Galicia pase de la discriminación a una situación de privilegio".

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La actitud de los socialistas gallegos minimizando la importancia del acuerdo entre Quintana y Zapatero provocó ayer la reacción del BNG. Su coordinador ejecutivo, el senador Francisco Jorquera, recordó al PSdeG que "los celos, en política y en la vida, nunca fueron buenos", y les animó a entender el papel "decisivo" que, en su opinión, ha asumido el nacionalismo gallego en la política estatal.

Jorquera avisó de que "se confundirían" los socialistas gallegos si intentasen minimizar los frutos de este pacto, informa Europa Press. Y "demostrarían madurez" si comprendiesen que para la Xunta "es muy bueno que una fuerza influyente acompañe sus demandas" ante el Gobierno central.

El coordinador nacionalista también replicó al PP, que les acusó de venderse por un plato de lentejas. "Con los logros en la negociación de los Presupuestos y el desbloqueo de competencias creo que los gallegos podrían darse empachos de lentejas durante una buena temporada", ironizó.

El Bloque manifestó ayer en el Parlamento su intención de acelerar la tramitación de la proposición de ley que debe reclamar las competencias de Tráfico, una actitud que el PSdeG no comparte. Ambos grupos, además del PP, debatirán la cuestión el próximo lunes.

Ricardo Varela, Emilio Pérez Touriño y Manuel Vázquez, ayer, tras el Consello de la Xunta.
Ricardo Varela, Emilio Pérez Touriño y Manuel Vázquez, ayer, tras el Consello de la Xunta.ANXO IGLESIAS

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