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Touriño reprocha al PP no haber aprendido la lección del 'Prestige'

Los ciudadanos "penalizan la mentira, la manipulación y la dejación de responsabilidades", afirma el presidente

El PP de Aznar y Fraga conviertieron Muxía en el corazón de A Costa da Morte, en símbolo del éxito de su tan denostada gestión de la crisis del Prestige, pero el vuelco de las pasadas elecciones municipales permitió al al PSOE no sólo ganar esta alcaldía, sino también hacer de esta localidad marinera un icono del cambio político. Los ciudadanos lo hicieron, afirmó ayer el presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, para sancionar en las urnas "el cúmulo difícilmente igualable de despropósitos políticos, técnicos e informativos" de los conservadores en Madrid y en Galicia.

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El presidente no ahorró reproches al PP durante el discurso con el que cerró el homenaje a los voluntarios y a la sociedad civil que combatieron la marea negra hace cinco años. El acto, el primero en Muxía de reconocimiento a la avalancha anónima que luchó contra el fuel, fue organizado por la Fundación Iniciativa 21, próxima al PSOE. Y Touriño, quien acudió arropado por un nutrido grupo de altos cargos, entre ellos la ministra de Pesca, Elena Espinosa, y seis de los ocho conselleiros socialistas, aprovechó la ocasión para marcar diferencias.

La cita electoral de marzo está próxima, pero el PP, acusó el dirigente socialista, no aprendió de las "tres grandes lecciones" que dejó el Prestige y que le valió perder el poder tanto en Madrid, en 2004, como en Galicia al año siguiente. "Ni parecen tener voluntad de aprender", insistió Touriño, que los ciudadanos "penalizan la mentira sistemática, la desinformación programada, la dejación de responsabilidades, la manipulación de los medios de comunicación".

El presidente de la Xunta no se olvidó de recordar que Fraga y el entonces ministro de Fomento, Álvarez-Cascos, estaban de cacería cuando crecía la marea negra o que Mariano Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno, hablaba del fuel como "hilillos de plastilina".

Quien sí aprendió de la catástrofe es el PSOE, afirmó Touriño para ensalzar la política de defensa del medioambiente y preservación del litoral frente a la "especulación urbanística". Aunque Galicia no está a salvo de otra catástrofe, cuenta, dijo, con un despliegue de medios antes inexistente. "Pero os puedo garantizar que el Gobierno no contribuirá a agrandarlo, ni a convertirlo en una catástrofe ecológica como ocurrió entonces".

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Ese fue el ruego de la bateeira Celestina Ferreiros, quien, con lágrimas en los ojos, reclamó de los poderes públicos que nunca vuelvan a engañar cuando ocurre una desgracia.

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