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La Universidad niega una plaza a un investigador que captó 400.000 euros

El tribunal dejó el puesto vacante y calificó el proyecto del aspirante con un 1,7

Pablo Linde

La vida del investigador universitario es incierta. Los años de doctorados, becas, proyectos pueden quedarse en nada. José Ramón Vidal, un biólogo que ha desarrollado su carrera en Francia, Estados Unidos y España, que consiguió captar 400.000 euros en proyectos nacionales e internacionales para la Universidade de Santiago (USC) como investigador principal, es un caso claro. Cuando llegó la hora de consolidar su plaza, el tribunal evaluó su proyecto con un 1,7 sobre 10 y lo dejó en el paro.

La plaza fue convocada para darle a Vidal la oportunidad de consolidar su puesto, un compromiso de la USC con quienes, como él, han recibido una evaluación positiva del programa I3 del Ministerio de Ciencia e Innovación, que persigue precisamente incentivar la incorporación de los investigadores a puestos estables.

Colegas, sindicatos y partidos políticos han solicitado una solución al rector
El presidente del comité examinador dice que encontró "muchos déficits"

Para llegar a este punto, Vidal había terminado una beca Ramón y Cajal de cinco años, una de las más exigentes que concede el Ministerio y que requiere estancias investigadoras en el extranjero. Durante ete tiempo, el biólogo se había puesto al frente de cinco proyectos, dos financiados por el Gobierno, otro por la Comisión Europea y el último por la Xunta. Además, había participado en otros proyectos. En total, además de los 400.000 euros que captó como investigador principal, participó en la consecución de más de 600.000.

Todo esto quedó en nada cuando la comisión que le examinó, compuesta por personal de su departamento, tuvo que evaluar su proyecto investigador y docente, al que dieron, por unanimidad, calificaciones que equivalen al "muy deficiente". Vidal no puede evitar la deducción de que el entonces jefe de departamento y presidente de ese tribunal, Ignacio Zarra, no quería que entrase en la Universidad para reservar esa plaza a alguien de su gusto. Este lo desmiente: "Los méritos de las dos personas que se presentaron a esa plaza [también optó una profesora adjunta que quedó por detrás de Vidal] no eran suficientes desde el punto de vista de la investigación y tampoco del docente. El proyecto mostró muchos déficits, a juicio de la comisión".

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La propia USC también explica que todo se hizo según el procedimiento y que la actuación de la Universidad fue la correcta. El comité de reclamaciones del centro dio la razón al tribunal así como una sentencia administrativa. Vidal se escuda en que estas instancias no analizan el fondo de la cuestión, en el que solo tiene competencias el propio tribunal, y se limita a revisar los aspectos de forma, que fueron siempre correctos. Un portavoz de la USC recuerda: "No le fue concedida la plaza por unanimidad del comité y quedó vacante".

Antonio Segura, integrante del departamento de Fisiología Vegetal que sacó el puesto a concurso y actual jefe de Vidal -tras quedarse en paro fue contratado con cargo a un programa de investigación de la propia USC- cree que la situación es "injusta". "La valoración de los meritos del concursante se ha hecho con un nivel de exigencia muy elevado, desde mi punto de vista, para la plaza objeto del concurso", asegura.

Ante lo que Vidal también consideró una injusticia y tras desestimar la presentación de reclamaciones por vías de lo contencioso para no alargar un proceso cuyo resultado positivo no veía claro por los cauces judiciales, se dedicó a exponer su caso para recabar apoyos.

Los consiguió de los grupos parlamentarios, que presentaron un escrito al rector de la USC para que, "respetando la autonomía universitaria", tenga en cuenta la "importancia de que los investigadores con capacidad de captación de proyectos y presencia internacional sean fijados en el sistema de educación superior". También se dirigió al Valedor do Pobo, que hace un mes emitió su dictamen. Aunque tampoco puede meterse en si el tribunal fue o no justo, sí escribe un texto en el que critica la endogamia de la universidad y pide una solución para este tipo de situaciones a la USC.

Los cuatro sindicatos con representación en la universidad, a través del comité de empresa enviaron una carta al rectorado para trasladarle su "preocupación por la existencia de varios casos de plazas dotadas presupuestariamente que, después de los oportunos concursos, quedaron desiertas, habiendo candidatos acreditados que pierden sus puestos de trabajo y que al mismo tiempo supone una descapitalización de la universidad". El comité pide una "reflexión" a la junta directiva de la USC para que solucione el conflicto.

También encontró Vidal el respaldo de personal universitario. Logró reunir un millar de firmas para pedir una reacción al Rectorado sobre su situación y otra de características similares que sufría una compañera en la Facultad de Medicina. El Colegio de Biólogos se sumó a la preocupación por la situación de estos investigadores y también se la trasladó por carta a la USC.

Cuando salieron las plazas, en 2009, todavía estaba el anterior equipo directivo y Vidal siempre tuvo esperanzas de alcanzar una solución ya que sus interlocutores de entonces, según cuenta, se mostraron preocupados por el asunto. Esa fue otra de las razones por las que decidió no acudir a los tribunales para dirimir su problema. Vidal también recibió buenas sensaciones del nuevo rector, pero el tiempo ha pasado y ve casi imposible ganar una plaza. "Me han arruinado una carrera de años", lamenta.

Apoyo del Valedor

El Valedor do Pobo, que estudió el caso de José Ramón Vidal, se mostró muy crítico con la Universidad en su informe emitido hace un mes: "Las Universidades, y la de Santiago de Compostela entre ellas, tienen que procurar establecer mecanismos que pongan en valor la evaluaciones externas frente a los sistemas internos clásicos de comisiones para las provisiones de plazas estables que suelen reflejar determinados intereses de las áreas o incluso de los departamentos que en muchas ocasiones no garantizan los principios de igualdad, mérito y capacidad. Es absolutamente incomprensible que científicos que han obtenido una evaluación positiva conforme a criterios objetivos de excelencia en el tramo final de su contrato de cinco años puedan ser rechazados en concurso a plazas estables creadas al albur de sus contratos programa".

Sin citarlo, ya que el Valedor recalca el respeto por la autonomía universitaria, se refiere al caso de Vidal. También recuerda que la valoración positiva I3 implica que el Ministerio de Educación y Ciencia se compromete a financiar los tres primeros años de un contrato estable. La sugerencia final que lanza el Valedor a la USC es que "estudie las vías más acertadas para procurar la efectiva estabilización de los investigadores que hayan sido contratados por la institución al albur del programa Ramón y Cajal y que hayan superado los criterios de excelencia I3".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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