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La Xunta exige a las Cámaras una relación de sus gastos de personal

Economía e Industria no entiende por qué se pagan dietas de 235 euros

María Fernández

El 6 de abril, los presidentes de las nueve Cámaras de Comercio de Galicia recibieron una carta de la Consellería de Economía. "Proceda a remitirnos los presupuestos y un listado con la plantilla en el que se detallen las retribuciones por categoría profesional". Más o menos esto era lo que decía el requerimiento de la dirección general de Comercio. Pese a que estaba claro, algunas cámaras comenzaron a darle vueltas al asunto. Pidieron reunirse con la directora de Comercio, Nava Castro, para que "les explicase", el motivo de la misiva. El primer encuentro resultó bastante tenso. Fuentes próximas aseguran que la titular de la Xunta "estuvo a punto de levantarse de la mesa" en la que se sentaban secretarios y directores generales. Al final todas tuvieron que presentar los datos (este periódico no pudo confirmar si finalmente la de A Coruña lo hizo), pero el intento de escurrir el bulto resultó de lo más ilustrativo.

Lanzaron una petición de auxilio a la Xunta por la caída de ingresos
Comercio no está dispuesto a pagar sueldos que superen al de Feijóo

La carta de la Xunta fue la respuesta a la petición de auxilio que lanzaron las propias Cámaras, porque desde el inicio de la crisis se les acumulan los problemas. Giran recibos sobre lo que las empresas declaran en el Impuesto de Sociedades (IRPF en el caso de los autónomos), y por lo tanto, la caída generalizada de los beneficios ha hecho temblar sus presupuestos. Claro que, entre un 40% y un 60% de lo que reciben no proviene de las cuotas empresariales, sino de lo que cobran por los servicios y las subvenciones públicas, principalmente de la Xunta a través de un programa que impulsa el comercio exterior.

Cuando Zapatero anunció que se iba a suprimir la cuota cameral obligatoria sin apenas consultarlo con nadie -ni con Javier Gómez Navarro, expresidente del Consejo Superior de Cámaras, supuestamente afín al Gobierno- los recién adquiridos planes de austeridad de las Cámaras saltaron por los aires. Aunque miles de autónomos cantaron victoria -mantienen desde hace años una pelea por el pago de la cuota obligatoria- son las grandes empresas las que sufragan la mayoría de los 250 millones de euros que recaudan las 85 instituciones españolas. En Galicia el presupuesto de los nueve entes (situados en las cuatro capitales más Vigo, Ferrol, Santiago, Tui y Vilagarcía) rozaba en tiempos de bonanza los 20 millones de euros. A partir del año próximo, en el mejor de los casos se quedarán sin la mitad.

Teniendo en cuenta que con los servicios que facturan no van a poder mantenerse, se han lanzado a buscar otras fuentes de financiación estables. Y la Xunta parece dispuesta a echarles una mano. El propio conselleiro de Economía, Javier Guerra, criticó ante los presidentes la supresión de las cuotas por parte del Gobierno de Zapatero. Pero el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo quiere conocer primero a qué se dedica cada euro, y ha empezado por la plantilla. "La Xunta no está dispuesta a pagar sueldos de secretarios y directores que superan con creces lo que gana el presidente de la Xunta [82.000 euros]", aseguran fuentes internas.

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Contrariamente a lo que piensan los críticos, los gastos de personal en las Cámaras de Comercio son relativamente bajos: en Galicia suponen entre un 20% y un 33% de sus presupuestos. Inferiores, en cualquier caso, a los de la mayoría de las Administraciones públicas. Aunque los presidentes y cargos electos no cobran, eso no evita que un puñado de directivos reciba cuantiosos emolumentos junto a los también elevados planes de pensiones y otros beneficios, como tarjetas de crédito para gastos de representación o blindajes de alta dirección. En todo caso, la política de retribuciones no es la misma en cada institución y se guarda bajo siete llaves.

Mientras analiza los datos, la dirección de Comercio también les ha comunicado que no entiende otras facturas, como viajes en hoteles de cinco estrellas durante las misiones comerciales o dietas de 235 euros diarios de los técnicos, además de su sueldo. En la promoción del comercio exterior es donde más se han volcado las Cámaras. A través del programa estatal PIPE han ayudado a montar una buena parte de los departamentos internacionales que tienen las empresas. Su papel a partir de ahora también es una incógnita. La Xunta ha dado un giro a la política de promoción exterior cediendo todo el protagonismo, y 18 millones de euros, a la Confederación de Empresarios.

Fusiones que escuecen

Las Cámaras gallegas no han sido ajenas a delirios de grandeza, como tener una oficina de representación comercial en Florianópolis (Brasil), pagar pluses a los empleados para que ejerzan de chóferes, promocionar ferias en declive o multiplicar la plantilla con ordenanzas para los edificios institucionales, además de pagar sueldos que en algunos casos superan al del presidente de la Xunta. Los empleados de base creen que ellos no son parte del problema, sino de la solución, y reclaman un baño de realismo que empiece por la cúpula.

La Asociación de Personal de Cámaras ha sugerido un debate sensato sobre lo que hay que reorganizar, empezando por preguntarse dónde se puede ahorrar. En los despachos comienzan a sonar los tambores de las fusiones (en Pontevedra conviven cuatro entidades de tamaño dispar y en A Coruña tres). Pero nadie se atreve a encender la mecha. El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, anunciaba hace algunas semanas que responsables de la entidad pontevedresa estaban preocupados por la supuesta elaboración de un estudio en el que se defendía la unificación de las cuatro entidades en una, de carácter provincial, situada en Vigo. El conselleiro de Economía, Javier Guerra, se apresuró a negarlo. "Declaraciones como las realizadas en días pasados tan solo consiguen incrementar la confusión y el clima de incertidumbre en el que nos encontramos, obstaculizando el proceso de negociación abierto con la Xunta", aseguraron al unísono. El debate, dicen, debe centrarse en un acuerdo para mantener sus funciones, "que no son otras que dar servicio a los empresarios gallegos".

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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