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Ola de incendios

Los agentes forestales reciben botas que no se pueden acercar al fuego

Aumentan las quejas por las deficiencias del material contraincendios

La Xunta entregó este año por todo material de protección personal a los forestales fijos que trabajan en la extinción de incendios unas botas de goretex de la marca Robusta. En la etiqueta del calzado se advierte, junto a otras instrucciones de uso: "No las acerque a una fuente de calor porque se acartonaría la piel". Los agentes no las usan en sus salidas para apagar los fuegos (son de uniforme, no de extinción) pese a que los delegados en el comité de seguridad de prevención de riesgos preguntaron a los representantes de la Xunta si el calzado era apto para acudir con él a los incendios "y contestaron que sí", sostiene Carlos Hermida, delegado de prevención del comité de seguridad y salud de incendios de Galicia, que preside el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez.

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Los equipos de protección individual (fundas, mascarillas, calzado...) con los que los forestales fijos están acudiendo este verano a sofocar los incendios, y que la Xunta sostiene que compra anualmente a El Corte Inglés, son del año pasado, según afirman los representantes de los trabajadores. Y la composición de los uniformes de trabajo es de poliamida en un 60%, de poliéster en un 30% y tiene un 10% de elastano: es altamente combustible.

La del equipamiento personal no es la única deficiencia que denuncian los agentes forestales en este abrasador agosto de incendios: las máquinas que utilizan comienzan a reventar. A las dos autobombas que la semana pasada se estropearon en Castro de Beiro sin poder completar el trabajo de regado de la zona que acababa de asolar el fuego, se suman otras más en distintos puntos de la provincia que han tenido que ser llevadas también al taller. El parque móvil está formado por viejas máquinas con cerca de 300.000 kilómetros de recorrido. Las mismas marcas antiguas (Pegaso-Halcón) que hace algunos años fallaron y provocaron la muerte de tres trabajadores en Cataluña y Valencia. A la vista del informe del ingeniero que determinó el fallo de los vehículos como causa de los accidentes, el Gobierno catalán renovó al año siguiente su parque móvil.

"Estas autobombas provocan numerosos accidentes porque tienen deficiencias de estabilidad, del centro de gravedad y de frenado", asegura el agente forestal y miembro del Consello Forestal de Galicia Xosé Santos. Los trabajadores denuncian que algunas de las utilizadas para apagar los fuegos en Ourense durante la semana pasada "perdían agua". El conductor de uno de las autobombas que reventaron en Castro de Beiro recibió el pasado viernes el recambio: una Pegaso-Halcón. Los forestales sostienen que el vehículo viene de Pontevedra y que el año pasado "tuvo que ser también reparado". "Los conductores están temblando", sostienen sus compañeros.

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El pasado 19 de julio, Santos, representante de los grupos medioambientalistas en el Consello Forestal de Galicia, registró un escrito dirigido al conselleiro en el que le detallaba las deficiencias detectadas en el comienzo de la campaña y pedía soluciones. Además de alertar sobre la falta de equipamiento necesario para el personal y de dejar constancia de que los botiquines de primeros auxilios no tenían el "material imprescindible que establece la legislación vigente", el agente forestal destacaba que los vigilantes de las torretas (los encargados de avisar de la situación de los fuegos) no habían recibido cursos de formación sobre cartografía u orientación -no les enseñaron a interpretar mapas ni a usar brújulas- y algunos de ellos carecían de prismáticos. Y especificaba, además, que los vehículos 4x4 mejor equipados para el monte, con aire acondicionado "están aparcados en los distritos o se usan sólo para desplazamientos por carreteras asfaltadas y sólo puntualmente en pistas forestales" mientras a los trabajadores de extinción se les asignan "vehículos en condiciones precarias".

Pero la Xunta no atendió a las peticiones. El delegado de los trabajadores en el comité de seguridad y salud de incendios, Carlos Hermida, acusa a la Xunta de incumplir Ley de Prevención de Riesgos. "El comité debe reunirse trimestralmente y tocaba hacerlo en julio, pero no se reunió. O sea, que no se han realizado las evaluaciones de riesgo ni se han adoptado medidas para paliarlas".

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