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El alcalde de Muxía homenajea a unos marineros sin invitarles

El alcalde de Muxía, Alberto Blanco, del PP, ha organizado para hoy un homenaje a los tres marineros vecinos de esta localidad y miembros de la tripulación del pesquero Francisco y Catalina que rescató de un inminente naufragio a 51 africanos, hacinados en un cayuco a la deriva, cerca de Malta. Fue en julio de 2006 y el espontáneo gesto de solidaridad humanitaria de los 10 marineros -la mitad de A Costa da Morte- les valió múltiples reconocimientos públicos, incluida la Medalla del Mérito Civil concedida por el Gobierno.

Pero hasta el momento ninguno de Muxía. Y ni siquiera fueron avisados del evento convocado para hoy en el Ayuntamiento y que les pillará trabajando en Santa Pola (Alicante), donde está amarrado el barco. "Estamos vivos, y, sin embargo, para este alcalde, es como si estuvieramos muertos", se queja Álvaro Domínguez, uno de los tres muxianos que conformaban la tripulación del Francisco y Catalina. Domínguez y sus compañeros, Jesús Nemiña y Ramón Marcote, no salen de su asombro.

Sus familias recibieron una carta de Alberto Blanco convocándoles para hoy para hacerles entrega de una placa conmemorativa por la hazaña de estos marineros, cuya historia dio la vuelta a Europa. "Pero con nosotros, nuestro alcalde nunca habló", destacan. Todo lo contrario de la actitud de los otros dos regidores que también tenían convecinos a bordo del pesquero, el de Santa Pola, "que se desvivió y dio apoyo total", y el de Fisterra, de donde son dos tripulantes. "El de nuestro pueblo nos barre para el alcantarillado. Fue el único alcalde que no quiso ir a Madrid cuando nos dieron la medalla, y eso que el Gobierno le pagaba el avión", lamentó Domínguez.

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