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Los alcaldes rompen la disciplina de partido y se oponen a las piscifactorías

Los regidores contradicen la ubicación de sus formaciones para las acuícolas

El alcalde de Malpica, Xosé Ramón Varela, del PSOE, hace piña junto a sus vecinos para frenar la piscifactoría de 200.000 metros cuadrados que la Consellería de Pesca, de su mismo partido, prevé instalar en Seiruga.

El alcalde de Malpica, Xosé Ramón Varela, del PSOE, hace piña junto a sus vecinos para frenar la piscifactoría de 200.000 metros cuadrados que la Consellería de Pesca, de su mismo partido, prevé instalar en Seiruga. Casi 200 kilómetros al sur, en Ribeira, el regidor de esta localidad, la segunda más grande que gobierna el PP en Galicia, José Luis Torres Colomer, se opone a la ubicación de otra planta que su compañero de partido, Enrique López Veiga, diseñó cuando era conselleiro de Fraga.

Lo mismo sucede en Muxía donde manda el PSOE, y en Oia, con gobierno popular, donde el alcalde, Alejandro Rodríguez, rechaza ahora dos granjas incluidas en el plan de la Xunta anterior que su partido pretende recuperar.

Los regidores han optado por obviar las directrices de sus partidos y colocarse detrás de la pancarta junto a quienes les pagan los impuestos.

En Vimianzo, Alejandro Rodríguez, un histórico del PSOE en la Costa da Morte, y otros tres concejales socialistas avalaron una moción del PP en la que se reclamaba a la conselleira de Pesca, la socialista Carmen Gallego, que retirase el proyecto para ubicar una planta en Xandriña. "Apoyé la moción del PP porque ni me va ni me viene, la conselleira me conoce y sabe que no soy sumiso a nadie". De momento las direcciones de PSOE y PP no han adoptado medida alguna contra los díscolos.

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