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Una alianza de críticos explora en el PSdeG una alternativa a Pachi Vázquez

Modesto Pose propone en una reunión a Caamaño, Mar Barcón e Iván Puentes

El pasado viernes, en una cena con unos 25 militantes socialistas de O Salnés, el secretario general del PSdeG de Pontevedra, Modesto Pose, dejó las cosas claras: hay que acabar con Pachi Vázquez. La retirada del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, implicado en la Operación Campeón, ha despejado el camino del líder del PSdeG para revalidar su mandato. Y la renovación emprendida por los socialistas tras la debacle electoral de noviembre es su oportunidad. El sucesor de Emilio Pérez Touriño, del que recogió los trastos tras la derrota en las autonómicas de 2009, quiere hacerse fuerte en el partido, ahora sin las servidumbres de su mentor, José Blanco. Y los críticos tratan de reaccionar, lastrados por su heterogeneidad y por lo extenso de las últimas derrotas electorales, que no han dejado libre de culpa a prácticamente ningún dirigente en el socialismo gallego.

Enfrentamiento entre tres diputadas en una reunión del grupo socialista

En la reunión de O Salnés, Pose deslizó tres nombres. El primero, el del ministro en funciones Francisco Caamaño, autodescartado antes de que se le involucrase en intrigas orgánicas. El segundo, el de Mar Barcón, perdedora en el congreso que enfrentó a José Manuel Lage con Salvador Fernández Moreda por el liderazgo socialista en la provincia de A Coruña. Y el tercero, el de Iván Puentes, exalcalde de Fene, que en las últimas municipales cedió el bastón de mando al PP en un feudo tradicional de la izquierda en Galicia.

Si hasta ahora se trataba de aclarar quién se enfrentará a Alberto Núñez Feijóo en las próximas autonómicas, previstas inicialmente para la primavera de 2013, la dimensión de la derrota en las generales ha trasladado el debate al liderazgo mismo del PSdeG. La discusión la ha precipitado Vázquez al anunciar que convocará el congreso gallego inmediatamente después del federal, que se celebra el primer fin de semana de febrero, y al postularse como aspirante a la reelección. Con el pie cambiado, los críticos se enfrentan a la difícil tarea de buscar contra reloj una alternativa capaz de aglutinar a todo lo que hay fuera del vazquismo.

La oposición interna a Pachi Vázquez utiliza la baza de los desastrosos resultados electorales en el 20-N, en el que el PSdeG perdió 300.000 votos, pero cuenta con un inconveniente añadido. Si su alternativa no es suficientemente sólida, lejos de desgastar al actual secretario general, la existencia de un contrincante en el congreso gallego contribuiría a consolidarlo.

A la campaña contra Vázquez se ha sumado el PSdeG de Vigo, donde Abel Caballero logró revalidar la alcaldía y presentó en las generales un resultado por encima de la media de Galicia. Descartado el propio regidor, que ya fue candidato a la Xunta con los peores resultados en la historia del PSdeG, en el entorno de Vázquez no descartan la posibilidad de que emerja su mano derecha, Carmela Silva. La exportavoz socialista en el Senado originó el distanciamiento entre el alcalde y el secretario general por la exigencia de este a que renuncie al Ayuntamiento o a su acta de diputada, en cumplimiento del régimen interno de incompatibilidades. Pero las posibilidades de que Silva sea aceptada como alternativa en las agrupaciones de A Coruña son prácticamente nulas.

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Solo en este clima de premura e inexistencia de alternativas se entiende el nerviosismo que se ha extendido en las filas socialistas, y que vivió su último capítulo en la reunión del lunes de la permanente del Grupo Parlamentario Socialista. Al término de la sesión, la diputada Carmen Gallego afeó a sus compañeras de escaño Beatriz Sestayo y María José Caride que cuestionasen la propuesta de promover al secretario de Organización del PSdeG, Pablo García, como senador en representación de la comunidad autónoma. La intervención de Gallego provocó una discusión con Sestayo y Caride, en el que estas amagaron con dejar sus responsabilidades en la dirección del grupo si se les negaba el derecho a expresar libremente sus opiniones.

El enfrentamiento obligó a intervenir a Pachi Vázquez, ausente en la reunión del lunes. Ayer habló con Sestayo y Caride para apaciguar los ánimos. Ambas dieron el problema por zanjado, lo que no evita que cunda la sensación de que las llamas pueden extenderse en el PSdeG en vísperas de su congreso.

Dimisiones en Pontevedra

Al tiempo que trata de dirigir una operación alternativa a la reelección de Pachi Vázquez como secretario general, Modesto Pose tiene que hacer frente a la oposición interna. Solo seis de los 25 miembros de la ejecutiva provincial de Pontevedra que él dirige secundaron el lunes la convocatoria efectuada por el también diputado. La sensación de plante se acentuó con la dimisión de un miembro de la ejecutiva, el exconcejal de Pontevedra José Manuel Civeira, que renunció a través de una carta en la que acusa a Pose de utilizar la secretaría provincial en su lucha contra Vázquez.

La cuestión no quedó ahí, porque la alcaldesa de Silleda, Paula Fernández, siguió los pasos de Civeira y abandonó igualmente sus cargos en la ejecutiva. Del debate que se abrió a continuación tampoco salió bien parado Modesto Pose, ante las críticas de otros de los escasos miembros de la dirección provincial que acudieron a la cita. Entre ellos, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Abel Losada, que se distancia así del alcalde de Vigo, Abel Caballero. Pose restó importancia a lo sucedido en la ejecutiva, que atribuyó a la tensión precongresual en el PSdeG.

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