La ampliación del horario lectivo pone en pie de guerra a los profesores
Aumentar los horarios lectivos "es una medida contra la enseñanza pública"
"Es una medida contra la enseñanza pública". Sin medias tintas, los seis sindicatos con representación en el sistema educativo no privado arremetieron ayer contra la orden de la Consellería de Educación que aumenta cuatro horas semanales el horario lectivo de los profesores de Infantil y Primaria. La retirada de la medida, "producto de una ruptura unilateral del diálogo por parte de la Xunta", sería lo único que abortaría las movilizaciones que, según explicó Anxo Louzao, de la central mayoritaria CIG-Ensino, comienzan hoy. Una concentración de delegados sindicales recordará esta mañana a los responsables de Educación presentes en la mesa sectorial del ramo, que se reúne en Santiago, la oposición de los representantes laborales de los docentes al proyecto de la consellería. Además, convocan un paro de media hora -entre las diez y las diez y media- en todas las escuelas de Infantil y Primaria.
"Es la agenda oculta del PP: cuanto peor vaya la pública, mejor", dice CC OO
Junto a Louzao se sentaron representantes de Comisiones Obreras, FETE-UGT, STEG, ANPE y CSIF. Y lo hicieron para denunciar que Educación, sin consulta previa ni negociación de ningún tipo, "ha tomado la medida más represiva que recuerda la enseñanza pública". La eliminación práctica de los acuerdos firmados en junio de 2007 por todos los agentes implicados -gobernaba el bipartito de socialistas y nacionalistas- ha soliviantado los ánimos de los sindicalistas. "La Consellería asume así el reformismo tan de moda en comunidades como las de Valencia, Murcia o Madrid: 'Trabajar más y cobrar menos", consideró Marcelino Brea, de UGT.
Que los maestros den cuatro horas más de clases a la semana, un total de 25 de las 37,5 de su jornada laboral, significa para Anxo Louzao que los docentes "no podrán realizar actividades extraescolares y programas relacionados con las nuevas tecnologías, las páginas web, ciertas labores administrativas o la atención a las bibliotecas". "Lo que hace el PP es sacar a la luz su agenda oculta", opinó José Fuentes, de Comisiones Obreras, "cuanto peor vaya la escuela pública, mejor". Al fondo -y con él coincidieron los demás representantes, incluidos los de sindicatos menos combativos con el PP (CSIF y ANPE)- la reducción del profesorado y la masificación de las aulas. De salir adelante la idea de la Xunta, calculan las centrales, un millar de profesores "como mínimo" pueden pasar a engordar el paro.
La orden de Educación obliga a los docentes, además, a realizar la vigilancia de los alumnos antes y después de que entren en el centro. "Así atacan el tan cacareado prestigio del profesor", indicó Julio Díaz, de ANPE. "Se pasa de un horario lectivo a un horario legal de custodia, algo para lo que no nos hemos preparado", añadió Emérita Fernández, que habló en nombre del CSIF. Además de los paros de hoy, los sindicatos anunciaron para el martes 28 de junio una manifestación que recorrerá la capital gallega. Solicitarán reuniones con todos los grupos parlamentarios y presentarán resoluciones en los consejos escolares, claustros y juntas de personal para exigir la retirada de la propuesta. También elaborarán un calendario de huelgas enfocado al inicio del próximo curso.
Tras el inusual gesto unitario de las organizaciones sindicales, el portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy, no acabó de entrar en la problemática que planteaban los representantes de los trabajadores y se limitó a señalar que la reasignación de horarios "no incrementará las horas totales de la jornada laboral". Exactamente lo que ya habían afirmado los sindicatos. "Lo que se está haciendo es simplemente reordenarlas de tal manera", concluyó Puy, "que se van a equiparar a como están las horas lectivas en 10 comunidades".
Para Guillermo Meijón, el diputado responsable de políticas educativas en el PSdeG, la medida de la Xunta "solo pretende encubrir el mayor ERE realizado nunca en el sistema público educativo".
Padres sin información
La unidad sindical contra la orden de la Consellería de Educación no ha conseguido, de momento, sumar el apoyo de las asociaciones de padres y madres de alumnos. Virgilio Gantes, presidente de Confapa -la agrupación de Anpas de Galicia-, aseguró que "ni entra ni sale en el contenido de la orden". Pero sí se felicitó porque la misma contenga "una vieja reivindicación de las Anpas": "Hasta el momento nadie recibía a los niños transportados y, a veces, pasaban 15 ó 20 minutos a las puertas del colegio sin que nadie mirase por ellos; los profesores serán ahora los responsables de los chavales". Excepto en los casos en los que la dirección de los colegios formaba equipos de voluntarios a tal efecto, esa era la situación en las escuelas, sobre todo en las del mundo rural, donde los alumnos que llegan en autobús son más numerosos.
"La reducción de los profesores sí va en contra de nuestras ideas", añadió Gantes, "pero todavía no lo sabemos, no lo podemos valorar". Representantes de Confapa se reunirán próximamente con el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, y allí le transmitirán su deseo de que la nueva norma "no quite atención a los padres".
Ese es precisamente uno de los puntos que denuncian los sindicatos, que ayer tildaron a Vázquez, por boca de Anxo Louzao de CIG-Ensino, de "destructor de la enseñanza pública y enemigo del profesorado gallego".
