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El arte como crónica social

El CGAC inicia en México con María Ruido un programa para exhibir a los artistas gallegos en el extranjero

Cuando, el próximo febrero, María Ruido inaugure su primera muestra individual en el Museo de Arte Carrillo Gil de México DF (MACG), no se tratará tan sólo de la exhibición del trabajo de una creadora gallega al otro lado del Atlántico.

El evento cristalizará uno de los objetivos de gestión del equipo directivo del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), coproductor de la exposición: difundir en el extranjero el arte gallego contemporáneo.

La creadora ultima una cinta de 4 horas sobre la memoria del franquismo

La elección del período 1998-2008 en la trayectoria profesional de María Ruido (Ourense, 1967) para esta ocasión se basa "en el decenio en el que la artista ha fraguado un cuerpo de trabajo como productora cultural alrededor de todos aquellos elementos, como poder, memoria e imaginario, que inciden en la construcción de sujetos políticos", justifican los comisarios de la muestra, Carles Guerra y Andrés Hispano. Ruido, profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, ya ha estado presente en exposiciones colectivas en Nueva York y Miami, además de en varias capitales europeas y en los principales centros de arte estatales. "Hace 11 años comenzaba a realizar mis primeras producciones videográficas conmigo misma delante de la cámara sobre los asuntos de mi tesis doctoral: la identidad, el cuerpo y el contexto social. En 2002 inicié la serie de documentos ensayísticos en formato audiovisual, con la que prosigo, alrededor de dos temas básicos: la memoria colectiva y personal y la representación del trabajo desde el punto de vista de las mujeres".

Además de recuperar piezas ya conocidas, Ruido llevará a México su proyecto más ambicioso: un documental de cuatro horas sobre la memoria interior y el recuerdo colectivo a propósito de la Guerra Civil y el franquismo, en el que también dirige su mirada hacia las políticas de la memoria en otros países. Plan Rosebud, título de la cinta, se podrá ver en dos capítulos, acompañada de un libro en el que se recogerán testimonios y documentos asociados a la tarea de construcción del relato fílmico iniciada en 2006. Se estrenará en diciembre en Santiago antes de viajar a México.

La recepción de su obra en la capital azteca es para ella uno de los aspectos más atractivos de esta experiencia. "Serán muy interesantes las apreciaciones sobre el pasado reciente en México, país receptor de buena parte del exilio gallego". En la película, la artista escoge Gran Bretaña como contrapunto a la experiencia hispánica. Más que artista, Ruido se considera autora de un trabajo comunicativo, preocupada por el contexto en el que vive. "La Administración es la que toma las determinaciones pero la sociedad debe ser la gran protagonista de la políticas de memoria porque fueron los ciudadanos quienes hicieron el trabajo de recuperación del Estado de derecho". La vigente concepción de la práctica política, así como los movimientos de contestación civil frente a la catástrofe del Prestige o a la planta de gas de Reganosa ocupan ahora la atención de la artista, dentro de su visión del arte como herramienta política y social.

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