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Reportaje:

Un astillero a pedales

Obreros y directivos de Navantia cambian el coche por la bici para recorrer la fábrica

Los trabajadores de Navantia en Ferrol se han puesto a pedalear en horario laboral para despejar el ambiente de malos humos. Las bicicletas se han convertido en una herramienta más del astillero, casi tan práctica como un soplete. Con el buzo puesto, echan a rodar para acortar los trayectos internos entre los talleres y los diques, que pasan de los dos kilómetros. No es por afición ni por deporte, es puro pragmatismo.

A la dirección de la factoría se le ha ocurrido recuperar la bicicleta como medio de transporte dentro de los muros de la empresa por cuestiones de ecología y eficiencia. Con el apoyo económico del Instituto Enerxético de Galicia (Inega), dependiente de la Xunta, han puesto en marcha un proyecto piloto de movilidad sostenible con el objetivo fundamental de recortar las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y ahorrar combustible. De paso, aunque no menos importante, operarios y técnicos ganan tiempo, evitan atascos y ponen el corazón a bombear a golpe de pedal como hacían sus abuelos.

En siete días, la plantilla recorrió el equivalente a la distancia a Polonia
La experiencia piloto, respaldada por la Xunta, busca consolidarse

Navantia es la mayor empresa pública de la comarca con dos grandes astilleros repartidos entre Ferrol y Fene. La factoría ferrolana ocupa un millón de metros cuadrados en la ribera norte de la ría y emplea a 2.018 personas. A esta marea humana se suman otros 2.000 operarios de un centenar de compañías auxiliares. Cada día laborable, más de 2.800 vehículos cruzan los muros del astillero "con uno o dos pasajeros a lo sumo", según los cálculos de la empresa. Una tapia blanca y apenas diez metros de aceras y calzada separan el astillero del centro urbano y, de lunes a viernes, el atasco está servido a las 14.24 horas con una interminable caravana de turismos atorando la avenida de Esteiro al final de cada jornada.

"Preocupada y sensibilizada" por el fuerte impacto del tráfico del astillero sobre la urbe y el medio ambiente, Navantia Ferrol trazó un plan de eficiencia energética con el respaldo del comité de empresa y acudió al Inega en busca de financiación. El convenio se firmó a finales de 2010 y el 3 de junio arrancó el primer ensayo. "Se busca reducir la contaminación acústica y ambiental, rebajar el gasto en combustible y disminuir la saturación de vehículos", explica Guillermo Cuesta, responsable del proyecto. Durante los próximos tres meses, analizará las ventajas y dificultades de moverse en bici entre diques y talleres para mejorar una iniciativa sobre ruedas "con vocación de permanencia" que busca consolidarse como medio de transporte interno.

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La Xunta costea el 60% del programa piloto con 72.000 euros y Navantia puso el resto. Repartieron 30 bicicletas entre seis estaciones "para su libre utilización en gestiones laborales" y han pintado un carril bici de 2,5 kilómetros que recorre la factoría de punta a punta.

En pocos días, las 30 bicis del Inega se han quedado cortas y el trasiego de buzos azules es constante. Superados los recelos iniciales sobre la falta de práctica con el manillar, todo el personal parece encantado con la euforia ciclista y ya son muchos los que acuden a trabajar a lomos de su propia bicicleta. "El personal nos está pidiendo continuamente más bicis y nuevos emplazamientos", precisa un portavoz de Navantia Fene-Ferrol.

En una semana, los cuentakilómetros sumaban más de 3.000 kilómetros, la distancia que separa Galicia de Polonia. Algunos de los operarios que pedalean con energía entre talleres pasan de los 50 años y van mordisqueando el bocadillo sobre la marcha. Se recomienda llevar casco y chaleco reflectante y el único requisito es dejar el vehículo aparcado en una de las seis marquesinas a disposición de otros usuarios.

Cuesta vive a 10 minutos del trabajo y dice que, a menudo, acudía en coche solo para desplazarse por el interior. Ahora da ejemplo y se desplaza en bici, pero no es el único mando que lo hace. Cuenta que algún directivo pedalea en traje y corbata mientras habla por la Blackberry, "muy habitual en las empresas del norte de Europa", precisa.

El trayecto a pie desde la puerta principal hasta la última grada es de 25 minutos a buen paso y se limita a un paseo de cinco sobre dos ruedas. Carla Chawla es ingeniera y coordina las construcciones. Agarrada al manillar, cuenta satisfecha que tarda dos minutos en llegar desde el muelle hasta la oficina de prevención de riesgos, un tramo que antes le consumía más un cuarto de hora a pie.

Navantia calcula que la suma de los kilómetros recorridos por los operarios entre junio y diciembre será equivalente a dar dos vueltas a la tierra por el ecuador. En un año, le habrán ahorrado a la atmósfera unas 150 toneladas de dióxido de carbono y 60.000 litros de combustible al bolsillo de la plantilla.

Empleados de Navantia se desplazan el bicicleta en las instalaciones del astillero.
Empleados de Navantia se desplazan el bicicleta en las instalaciones del astillero.GABRIEL TIZÓN

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