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Entrevista:ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO | Presidente de la Xunta

"Entre las dos cajas sólo se plantea la fusión, no la absorción"

No hay mucha ceremonia a la entrada del despacho del presidente en San Caetano, el mismo que su partido atacó tanto en la campaña. Alberto Núñez Feijóo tiene gesto grave y reconcentrado, con un discurso sobre la crisis y los recortes presupuestarios que roza el samgre, sudor y lágrimas. Es viernes - un día después de cumplir 48 años- a media tarde y aún confía en hallar tiempo para salir a correr. ¿No le da pereza?: "Al contrario, lo necesito"

Pregunta. El curso empieza con la agenda repleta: la crisis y su reflejo en restricciones presupuestarias, la fusión de las cajas ... ¿Qué le preocupa más?

Respuesta. La gente que se queda sin trabajo, o la que ya lleva tiempo en el paro. Y me preocupa que estemos a la altura de las circunstancias: para cambiar la tendencia, priorizar inversiones y gastos e interpretar bien los movimientos en el mercado financiero. En definitiva, que el Gobierno ayude y no sea un agravante.

"La financiación privada se buscará para cualquier infraestructura"
"Cuando la crisis retroceda, subiremos los baremos para las ayudas a libros"
"El bien más importante a proteger es la salud de las personas"
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"Siempre dije que había llegado para quedarme. Y me he quedado"

P. ¿Y qué debe hacer el Gobierno?

R. Intervenir para no perjudicar. El Gobierno que interviene muy intensamente tiene el riesgo de perjudicar muy intensamente. Lo primero es hacer planteamientos realistas. Galicia vivió por encima de sus posibilidades de gasto público y tenemos que priorizar mucho para buscar la mayor rentabilidad social de las inversiones y ser conscientes de que no se puede generar una crisis social. La crisis nos exige que ser eficientes los recursos públicos en sanidad y servicios sociales, donde hay bolsas de ineficiencia. Es un difícil equilibrio entre un presupuesto realista y responsable, y al tiempo mantener el gasto social para los que más lo necesitan. Lamentablemente tenemos que devolver unos 2.000 millones de euros gastados entre 2008 y 2009, y tenemos que gestionar todos los servicios públicos transferidos con un 20% menos de presupuesto. Ante este escenario, un gobierno tiene que decir la verdad y practicar mucha austeridad. Este es el primer Gobierno en la democracia en Galicia con unas transferencias del Estado inferiores a las del año anterior.

P. ¿Hay ya cuantificación del recorte presupuestario?

R. Lo estamos viendo. La cifra del Estado es demasiado contundente: 1.500 millones menos. Y aún podría empeorar si la recaudación fiscal del último trimestre va a peor. Vamos a presentar a sindicatos y empresarios la situación que tenemos y buscar con ellos las mejores salidas posibles.

P. ¿En qué se va a centrar el recorte y qué no se va a tocar?

R. Mantendremos el peso del gasto social y eso tiene una serie de consecuencias que estamos ajustando. Intentamos buscar financiación privada para aumentar el capítulo de infraestructuras y, por tanto, las inversiones productivas. Con estos dos parámetros y un tercero, detectar lo que es más prescindible o que podemos ajustar, presentaremos una propuesta en el marco del diálogo social. A mí me gustaría haber heredado otra Galicia, pero ésta es la que heredé. Y a mí sí me preocupa cómo quede Galicia después de mi mandato.

P. El ahorro ya ha llegado al gasto social. Así se han justificado la nueva política sobre los los libros de texto o la supresión de las peonadas en los hospitales.

R. Las peonadas no se han suprimido, se están intentando regular. Si tenemos un rendimiento quirúrgico en el 65% y se puede llegar al 85%, tendremos que acreditar que no se puede hacer por la mañana lo que se paga por hacer por la tarde. Eso es ser un gestor responsable. En abril ya vimos que la previsión de cierre del Sergas tenía 400 millones de euros de desviación y en agosto habíamos gastado seis millones más de lo presupuestado para peonadas. Vamos a buscar una alianza con los profesionales para trabajar más en jornada ordinaria. En cuanto a los libros, hay dos cuestiones: efectivamente tenemos que ajustar el gasto, y otra, que pensamos que hay familias (el 30%) que tienen capacidad para pagar los libros. Si a mí, con un sueldo privilegiado, se me pagan los libros como a los 195.000 parados, hay algo que no funciona bien. Es verdad que nos gustaría, a medida que la crisis retroceda, incrementar los baremos para que se beneficie más gente con rentas medias.

P. A propósito de este tema se ha deslizado la idea de que la gratuidad universal no es justa en los servicios públicos. ¿Sería aplicable a la sanidad, por ejemplo?

R. Es un gran debate en Europa. En sociedades democráticas muy avanzadas (Francia, Alemania, Suecia...) con un Estado de bienestar muy superior, hay un sistema de reintegro de determinados gastos. Pero en la sanidad hemos de hacer todos los esfuerzos posibles: el bien a proteger más importante para el Estado es la salud de la gente.

P. Aunque mantenga el peso del gasto social, con un recorte presupuestario global de más del 10%, en sanidad, educación y servicios sociales también se apretarán el cinturón.

R. Tenemos que apretarlo en todo. Los que nos acusan de que no mantenemos su sistema anterior de libros son el mismo partido que gobierna en España y nos dice que vamos a tener un 18% menos de presupuesto.

P. Van a buscar financiación privada para hacer hospitales. ¿Cuál sería la contrapartida para el que lo financie?

R. Que el gobierno le pague. Asturias, Andalucía, Madrid o Castilla- La Mancha lo han hecho. Aquí se ha hecho: la mayoría de las autovías han tenido financiación privada y la Xunta paga un canon anual. Es el mismo sistema para financiar cualquier edificio público: la propiedad es de la Administración, pero tiene que pagar un alquiler mensual o anual. La prestación del servicio es absolutamente pública, y la propiedad es diferida, en el sentido de adquirir la titularidad. Lo importante es que allí se presta un servicio público.

P. ¿Esto vale para un hospital o un colegio?

R. Por supuesto, vale para cualquier tipo de infraestructura o edificio público. Es como un préstamo al banco. Usted puede ir a una empresa que tenga dinero, que saque la obra a concurso, que se presenten las empresas que quieran para hacer el edificio y luego se le va pagando parcialmente.

P. ¿Tomará la iniciativa en la fusión de las cajas o esperará a que ellas muevan ficha?

R. Ya la hemos tomado. He hecho más en cuatro meses que en los cuatro años anteriores, porque en el traspaso de poderes no había ni un folio sobre el tema. Hablé con el gobernador del Banco de España, porque lo que ocurre y se comenta en la calle es bueno que un Gobierno lo conozca. Y seguimos teniendo esas reuniones. Me gustaría que este asunto viniese coronado por un un marco de prudencia. Lo primero que hemos dicho es que las cajas gallegas están en una situación tranquila dentro de la tormenta financiera. Y luego que éste es un asunto que tenemos que abordar. Estamos viendo los datos y analizando la mejor propuesta y cómo se mueve el tablero. Tenemos un trabajo muy adelantado de radiografía financiera. Algún partido ha dicho que no defendíamos las cajas. El primer momento en el que hubo que decidir si había que defenderlas o no, ante el riesgo de que desde fuera se le imponga a Galicia que se quede sin cajas por fusiones obligatorias, nos hemos posicionado en contra y no nos ha apoyado. Defenderemos que nadie puede obligarnos a que las cajas gallegas se fusionen con otras o que desparezcan.

P.¿Es realista pensar que todo siga igual entre las dos cajas?

R. Lo realista es anunciar que pueden mantenerse dos cajas o convertirse en una sola. Dentro de unos meses, podremos decir alguna otra cosa.

P. ¿Es posible que se mantengan las dos tal como están sin fusionarse con ninguna de fuera?

R. Yo... no me gusta

P. Aunque sea más pequeña, liderándolo una caja gallega

R. Ese supuesto no lo conozco. El escenario que manejamos es: o dejamos las dos cajas gallegas o hacemos una gran caja gallega.

P. ¿Lo más difícil de gestionar son las rivalidades locales?

R. Lo más difícil es acertar con la decisión. Y cuando uno está seguro de una decisión, la tiene que hacer. Lo más difícil es ver cuestiones que no dependen del Gobierno gallego ni incluso de las cajas: el reposicionamiento de las entidades financieras en España. Una vez que adoptemos la decisión, tendremos que tener la inteligencia para convencer a la gente. Lo importante es la salud de nuestros depósitos y la utilidad de las cajas para la economía.

P. Con dos cajas de distinto tamaño, la fusión podría ser una absorción.

R. No estamos planteando un escenario de absorción. Lo que estamos planteando es si se quedan las dos o se fusionan.

P. ¿En situación de igualdad?

R. No hay varias Galicias, hay una. Y la caja, si alguna vez existe, será una caja gallega. Primero pasamos la fase de la Galicia institucional, que pedía autogobierno y simbología. Después pasamos a la fase del pragmatismo. Y una vez que tenemos autogobierno y generamos bienestar y actividad económica, estamos pasando a una tercera fase, la superación del localismo. Debemos pasar a una política portuaria común, de transportes, de infraestructuras deportivas.... Debemos gestionar Galicia como lo que es: una ciudad mediana de menos de tres millones de habitantes.

P. ¿Le molestaron las críticas del presidente de la Academia?

R. No, lo respeto muchísimo. El Día das Letras dijo que este Gobierno podía pasar a la historia por su apoyo al gallego y posteriormente se interpretó que habíamos hecho un decreto sin consultar con la Academia. Yo no he hecho aún ningún decreto. La Academia es una institución privada con un enorme prestigio y por supuesto que la respeto. Y estoy convencido de que la Academia respeta muchísimo la expresión democrática de los padres que han contestado a la consulta. He heredado un momento de tensión en la cordialidad de las lenguas y voy a intentar que la cooficialidad y la cordialidad vuelva a ser un principio.

P. ¿El gallego necesita una discriminación positiva en las aulas?

R. Se necesita una discriminación positiva en la promoción y en la preservación del idioma y en el ámbito cultural. Y en las aulas tiene que haber un equilibrio con la otra lengua. El gallego es parte fundamental de nuestra cultura, pero la cultura no se impone. Hay gente que quiere tanto al gallego que acaba ahogándolo. A mí me gustaría protegerlo de forma inteligente.

P. En campaña fue muy contundente con su compromiso de regeneración democrática. Ahora tiene una directora general en la Consellería de Traballo condenada por el despido improcedente de una trabajadora sin contrato.

R. Sigo creyendo como ese mismo día en la regeneración democrática y le puedo asegurar una cosa: si alguien mete la pata, estoy dispuesto a escucharlo, pero si alguien mete la mano o me engaña, no. De momento, estoy en la primera fase: creo en la versión de la directora general y le dije que la explicitara y la ha explicitado dirigiéndose a la demandante para que aclare que no fue ella la que la despidió, sino su familia, dado que ella no tenía ninguna relación mercantil o contractual.

P. Si no fuese capaz de demostrar lo que dice, ¿debería dimitir?

R. Insisto, de momento creo lo que me ha dicho.

P. ¿No se siente esclavo de lo estricto que se mostró al respecto en la campaña?

R. Ah, sí, claro. Pero eso conlleva un comportamiento. Es mucho más fácil tener un gabinete un 50% más grande de lo que tengo o las consellerías con el doble de asesores. Hice algunas promesas, y sé que soy rehén de ellas.

P. Cuesta creer que en la oposición no criticaría que un director general dé ayudas a su empresa.

R. Pues mire... si ese director general [de Industrias Culturais], como ha quedado acreditado, viene del mundo musical y fue una de las personas que más actividad tenía con las administraciones anteriores, y nos dice que está dispuesto a abandonar todas sus actividades, y no participar en la resolución de esa convocatoria... Tenemos que optar entre tener un buen profesional o no. Y ese profesional ha cumplido la ley.

P. ¿Comparte las opiniones sobre el aborto y la influencia de la religión en la política de su conselleira de Sanidade?

R. Mi conselleira ha acreditado una enorme capacidad de gestión. Respeto sus convicciones de la misma forma que respeto a los conselleiros agnósticos.

P. En sanidad las convicciones religiosas tienen influencia sobre decisiones como el aborto, la investigación médica, la eutanasia...

R. Todas esas cuestiones se regulan en el Código Penal o en otras leyes. En los hospitales públicos se hace la investigación biomédica que esté prevista en la ley y sobre las interrupciones voluntarias del embarazo o sobre la eutanasia hay códigos que cualquier Gobierno tiene que cumplir.

P. Rajoy dice que el PP gallego es el más importante de España. Eso abona la tesis de que usted es ahora su hombre de confianza.

R. Esa conclusión... Yo le agradezco mucho a Rajoy que crea eso. Me congratulo mucho de que el PP de Galicia tenga peso en el PP nacional. Es bueno para Galicia recuperar su peso en la política nacional.

P. ¿En qué ha notado su mayor peso en el partido?

R. No es lo mismo ser presidente autonómico del partido que ser el presidente de la comunidad, claro que se ha notado. Se ha notado en toda España que el PP en Galicia ha logrado vencer por primera vez al socialismo de Zapatero. El PP de Galicia ha subido, eso es normal, es como el fútbol: cuando ganas, decides.

P. ¿Se siente la mano derecha de Rajoy?

R. No

P. ¿Pero le consulta, hablan de política nacional?

R. Hablo siempre que quiere él. Esta semana hemos comentado el debate parlamentario,, y es verdad que en verano, lógicamente por proximidad.... Tengo la ventaja de que, con Rajoy, no sólo hablo con un presidente, hablo con un amigo.

P. ¿No cree que el PP aún debe una explicación del caso Gürtel? ¿Cómo gente que se movía alrededor del partido pudo montar una red corrupta?

R. Se han tomado decisiones que han afectado a alcaldías de Madrid, que han supuesto dimisiones de miembros de la estructura orgánica nacional del PP y de dirigentes de otras comunidades como Valencia. Al que creemos que ha mentido, se le aparta. ¿Se podían haber tomado más? Es discutible, pero decir que no hemos tomado ninguna decisión... Es incuestionable y también es cierto que, por la avaricia de algunas personas que se aprovecharon del partido, el partido ya ha sufrido bastante. Y esos algunos tendrán que explicar qué han hecho.

P. Me refería a una explicación pública de lo sucedido.

R. La ha habido siempre que ha dimitido alguien o se le ha invitado a dimitir. La explicación es que había una serie de señores desde fuera del partido que tenían alguna connivencia con alguna gente de dentro.

P. El líder del PP de A Coruña, ha definido a Millán-Astray como un "coruñés de pro" para pedir que no se retire su estatua.

R. Yo no lo haría y, por supuesto, tampoco daría el espectáculo que se está dando en A Coruña. Han tenido 28 años [los que lleva el PSOE en la alcaldía] para hacerlo [retirar los símbolos franquistas], y resulta que ahora, en plena recesión y con problemas decisivos en la ciudad, sacamos a pasear la bandera de los errores del pasado. No me gusta.

P. ¿Pero está de acuerdo con que se retiren los símbolos franquistas ? Lo impone la ley.

R. Estoy a favor de que se cumplan las leyes, sean justas o no. De lo que no estoy a favor es de que se excluya a un partido para determinadas cuestiones, como ha pasado con el PP de A Coruña, excluido de esa decisión

P. ¿Rajoy le ha hecho alguna insinuación de contar con usted para algún cargo nacional?

R. Él es muy prudente y sabe que si había algo que a mí me hacía ilusión en política, era ser presidente de Galicia. Desde que llegué, siempre han dicho que llegaba para irme, y me he quedado. Porque yo siempre dije que llegaba para quedarme.

Alberto Núñez Feijóo en un pasillo del edificio de  la Xunta el pasado viernes.
Alberto Núñez Feijóo en un pasillo del edificio de la Xunta el pasado viernes.ANXO IGLESIAS

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