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Columna
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La campaña de la marmota

Estamos atrapados en el tiempo y en un raro y angustioso bucle electoral, como en la película de Harold Ramis (y de Bill Murray y Andie McDowell, por la que tengo especial querencia). La película sirvió para popularizar el famoso día de la marmota que adivina si el invierno se acaba o va a seguir más allá de sus fechas. Además, los protagonistas entran en su bucle temporal como en una pesadilla interminable en la que todos los días son el día de la marmota, que es lo que parece que está pasando en Galicia de la mano del presidente Feijóo, un hombre que a poco que se lo proponga tendrá su oportunidad en Madrid a breve plazo. Allí hacen falta políticos creativos y tenaces, en la línea de lo que leo asombrado en este mismo diario (firmado por Cristina Huete) que dice que Feijóo recupera para el 22-M los audis y la foto del yate. Y así es, si hemos de hacer caso a las referencias que se hacen (26/04/2011): "Ayer, en una nueva presentación de la candidatura del PP al Ayuntamiento de Ourense, el partido, en presencia de Feijóo, recurrió a la estrategia electoral que lo llevó al poder en las autonómicas y recuperó la foto del exvicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, en el yate del constructor Jacinto Rey. Con el fondo musical de los Beatles, los populares proyectaron un vídeo en el que mostraron además imágenes de la flota de audis del bipartito y de Zapatero acompañado de Gadafi, entre otras".

Si la gente de progreso no contesta a las insidias, la población general tiende a creerlas

Vivir para ver el triunfo del posaznarismo en mis tierras maternas de Ourense, tan gadafistas (Gadafi, ese amigo extravagante, que dijo el mismo Aznar), como se sabe. Cuando uno en su ingenuidad pensaba que aquellas declaraciones y noticias paradelictivas del audi y el yate ya habían avergonzado suficientemente a sus autores, resulta que no, que la moral de según qué gente es laxa y que seguimos dando leña al mono hasta que hable inglés. Veamos.

Como el PP del conjunto del Reino, el PP gallego ha optado por la campaña sucia (es traducción del inglés: Dirty Campaign) y el disparate político. ¿Por qué lo hacen? Lo de los audis y los yates les dio un buen resultado, pero ahora ya nada será lo mismo porque sabemos, entre otras muchas cosas, que la Xunta-PP compró 19 audis siendo el mismo Feijóo vicepresidente con Fraga, y en algunos de aquellos coches andaba el mismo Feijóo. Dos de aquellos coches que se compraron juntos costaron unos 600.000 euros (800.000 en euros constantes con su IPC, casi el doble que el famoso audi). En el lote iban tres coches, y explicó Touriño entonces, tras las elecciones, que aquella compra se hizo "sin dotación presupuestaria previa y, en el último caso, el del vehículo de la marca Volkswagen, sin procedimiento de contratación", algo que provocó que tuviese que "pasar por un expediente de convalidación de gasto" (citado desde Xornal de Galicia del 13/03/2009, firmado por David Lombao).

Lo de las complejidades eólicas del Gobierno de Feijóo es largo de contar, pero pueden recurrir a la hemeroteca de este diario o de cualquier otro bien informado. ¿Por qué una Dirty Campaign de nuevo? Los buenos resultados de una campaña así estaban vinculados, entre otras cosas, a la falta de una respuesta rápida, difundida y contundente. No la hubo. ¿La habrá ahora? Si la gente de progreso no contesta a las insidias, la población general tiende a creerlas. Quede dicho para aportar mi grano de arena a unos ayuntamientos urbanos con los ojos puestos en el siglo XXI y hasta en el XXII, si quieren, pero nunca más en marmota o bucle alguno.

Cuando la política es un sonsonete de esa clase que cansa y desmoraliza a la gente, se incrementa la abstención, y la abstención es el enemigo número uno de Galicia en este momento. En 2008, el entonces secretario de Comunicación del Partido Popular, señor Elorriaga, lo decía así al Financial Times en vísperas de las anteriores elecciones generales (la cita es de EL PAÍS): "El secretario de Comunicación del Partido Popular (PP), Gabriel Elorriaga, ha asegurado que la estrategia de su partido de cara a las elecciones generales del 9 de marzo está centrada en incentivar la abstención de los votantes socialistas indecisos. "Toda nuestra estrategia está centrada en los votantes socialistas indecisos", ha asegurado en una entrevista con el diario británico Financial Times". Amplíen de socialistas a nacionalistas y demás gente de malvivir.

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