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El colegio público de Caranza lucha por más profesores

Un tercio del alumnado de un centro de Ferrol necesita atención especial

Es el único colegio infantil público en una barriada con 12.000 vecinos en la ensenada de Caranza, a dos kilómetros del centro de Ferrol. Este curso tiene 166 alumnos matriculados de tres a 12 años que se reparten entre nueve aulas de educación infantil y primaria. La plantilla es de 17 profesores. Sin embargo, los problemas del CEIP Manuel Masdías son mucho más complejos que los números.

Un tercio del alumnado, 51 niños, son de etnia gitana y otro tercio, 53, tienen necesidades educativas especiales. Todavía quedan otros 28 escolares sin evaluar, un estudiante extremadamente conflictivo "que requiere de una atención exhaustiva" y una docena de niños extranjeros que tienen que salvar la barrera idiomática de una alfabetización mixta en gallego y castellano.

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Padres y educadores aseguran que el personal actual "no es suficiente para atender bien a todos los niños" y exigen a la Xunta que refuerce el profesorado de apoyo. Hace semanas que iniciaron una cadena de movilizaciones, concentraciones, marchas y protestas para llamar la atención de la Consellería de Educación sobre la particular situación de este colegio. La última, un encierro de 24 horas en las dependencias del ayuntamiento que finalizó ayer.

"Lo que pedimos no es un capricho" defienden en el Consello Escolar del centro. El año pasado contaban con dos docentes de Pedagoxía Terapéutica y otro de Integración Social. Para este curso, solicitaron dos profesores más. La respuesta de la Xunta fue restarles medio profesor, que ahora comparten con otro centro de la ciudad. "Este curso tenemos más alumnado, y en proporción más conflictivo" explica el director, Xosé Lastra. Desde Educación replican que el colegio "tiene todo el profesorado que necesita" y dan por zanjada la polémica. La comunidad escolar no se rinde y pide refuerzos. "Estamos todos a una" asegura Mercedes Tobío, presidenta del ANPA del centro.

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A mediados de octubre, a las pocas semanas del inicio del curso, los miembros del Consello Escolar se encerraron en el colegio durante todo un día. Remitieron escritos, se reunieron con responsables municipales e hicieron concentraciones en las que participaron medio centenar de personas entre docentes y padres.

La Xunta reaccionó contratando una maestra interina a media jornada que empezó a trabajar el pasado lunes. No obstante, la dirección de centro opina que no resuelve el problema. "Estamos igual que el año pasado", protesta la dirección, "tenemos medio profesor más pero el mismo número de horas. Es insuficiente". Un solo alumno, al que han tenido que segregar del resto por su actitud agresiva, consume todas las horas de apoyo disponibles.

El miércoles, medio centenar de padres y docentes, con el apoyo de la Federación de Anpas de Ferrolterra, volvieron a encerrarse durante 24 horas, esta vez en el palacio municipal. "La Xunta cuenta alumnos y cuenta horas, pero cada niño tiene unas necesidades" señala una de las maestras.

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