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Reportaje:

El concilio de los 'barallobres'

70 personas con este apellido asisten a su primer encuentro en Fene

Si su apellido es Barallobre, tome nota porque tiene más de 641 parientes desperdigados por la península Ibérica y alguno más en América. Ayer, en el municipio coruñés de Fene, 70 barallobres de toda España llegados desde distintos puntos de Galicia, Madrid, León, Cantabria y Cádiz, celebraron el primer encuentro de personas con este apellido en la parroquia fenesa del mismo nombre, Barallobre, y donde curiosamente no reside ninguno de ellos. El local de la Liga de Amigos de Barallobre fue ayer más Barallobre que nunca, con la celebración de un almuerzo festivo y documentado para todos los asistentes, que buscaban nexos familiares comunes remontándose muchas generaciones atrás.

Juana Márquez de Barallobre dio su apellido a decenas de niños de un hospicio

Además de visitar los monumentos de la parroquia, escucharon el relato del origen del topónimo por boca de Henrique Sanfiz y María Xesús Airas, autores de la publicación Barallobre en el pasado. Entre otras cosas, rememoraron a un pariente literario, ficticio pero ilustre, como Jacinto Barallobre, nacido de la imaginación del escritor ferrolano Torrente Ballester, que llamó así al protagonista La saga-fuga de J.B.

La idea de esta macroreunión familiar surgió hace algunos meses de una carta con matasellos de Brasil remitida por Raquel Barallobre. Esta empresaria carioca, nieta de españoles, se dirigió al ayuntamiento de Fene con la esperanza de averiguar el origen de su apellido, que da nombre a una aldea del municipio. La misiva llegó a manos de Henrique Sanfiz, que se puso a indagar la procedencia del apellido hasta descubrir que la remitente era nieta de un joven profesor republicano, Carlos Barallobre, que emigró a Latinoamerica para huir de una muerte segura y falleció el año pasado a los 101 años.

Cuenta Sanfiz que Barallobre significa "castro de baras". Existen varias hipótesis documentadas que no se contradicen entre sí y que en su opinión explicarían la presencia de barallobres en distintos puntos de Galicia desde la Edad Media, como en Barallobre en San Martiño de Brabio (Betanzos) o en Friol (Lugo).

Ya en el siglo XV, aparece un noble caballero llamado Andrés de Barallobre que combatió junto al Mariscal Pardo de Cela contra la anexión del Reino de Galicia que promovían los Reyes Católicos. Tras perder la contienda, este caballero se habría refugiado en Lugo, donde construyó el Pazo de Golmar bajo su escudo de armas, un blasón que aún puede verse hoy entre las ruinas. Casi 400 años después, Juana Márquez, señora del Pazo de Barallobre, se convirtió en la benefactora de un hospicio coruñés y dio su apellido a decenas de niños acogidos en la institución.

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El apellido emigró a Cataluña y País Vasco y cruzó el charco. Incluso uno de los porteros del equipo de fútbol sala del River Plate, Hernán, luce en su camiseta el apellido Barallobre, que también dio nombre a un bar en Santa Isabel (hoy Malabo), la capital de Guinea Ecuatorial, cuando era colonia española. Una hija del propietario de aquel bar acudió ayer a la reunión. Ella y todos los demás seguirán en contacto a través de un blog que creó en Brasil la artífice de este encuentro.

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