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Entrevista:

"La crisis no afecta a la creación. Hay que adaptarse"

El escultor Manolo Paz crea una fundación para difundir sus obras

Es un secreto a voces que si alguien ha sabido trasladar a la escultura las características físicas de Galicia ese es el escultor Manolo Paz (Cambados, 1957), quien curiosamente eligió la piedra como material preferido para desarrollar sus obras porque era más barato que el mármol o el bronce. Probablemente esa elección fue toda una suerte porque le ha permitido construir piezas que han despertado interés en centros de arte de países tan diferentes entre sí como Japón o Estados Unidos. En Galicia ha tenido menos suerte. Todavía se echa en falta una gran exposición sobre su trayectoria que le haga justicia. De momento en los últimos días le han llegado dos reconocimientos, el Premio da Cultura Galega, concedido la semana pasada, y su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario.

"La piedra fue desagradecida al principio, pero ahora nos llevamos bien"

Pregunta. ¿Se siente recompensado con estos dos galardones que le han concedido?

Respuesta. Bienvenidas sean ambas cosas. En la Academia espero que pueda aportar algo, desde mi experiencia voy a tratar de ayudar en todo lo que pueda. Quizás estas instituciones tenían más peso antes que ahora pero espero que se puedan seguir haciendo cosas.

P. Además, hace pocas semanas que se ha puesto en marcha la fundación que lleva su nombre. ¿Cuál es el objetivo que persigue con ella?

R. La idea viene de lejos porque cuando volví de América me dí cuenta que muchas veces las obras acaban en un cuarto oscuro y me planteé hacer un museo para que mis esculturas las pueda ver todo el mundo. La fundación va a realizar un trabajo de catalogación de mi obra. Más adelante, cuando se pueda, se construirá un edificio para albergar algunas piezas dentro y otras en el jardín donde se encuentran ahora. También se podrán hacer exposiciones de otros artistas y actividades complementarias como talleres, visitas guiadas, etcétera. Es una idea emocionante, se trata de trabajar por algo que se va a quedar aquí en Cambados y que va a permitir a la gente poder disfrutar de las esculturas y del paisaje al mismo tiempo.

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P. Su obra tiene más éxito fuera de Galicia que aquí. ¿A qué se debe?

R. Sí, la verdad es que veo que la gente de fuera entiende mejor mi obra que los propios gallegos. Tal vez es porque aquí no apreciamos el material, la gente ve el granito como una piedra más y no le da importancia. Mis piezas las han entendido y apreciado en una sociedad tradicional como la japonesa y también en una industrial como la estadounidense. Lo que pienso es que para ser gallego no hay que esculpir un gaiteiro. ¿No es así? El arte tiene que tener vocación internacional porque no necesita un idioma concreto para ser transmitido.

P. La crisis general también se nota en el mundo del arte. ¿En que le está afectando más?

R. La crisis no le afecta a la creación. Tal vez haya que tomar medidas como volver a los materiales más pobres, hay que adaptarse. Yo tuve que hacerlo cuando empezaba, elegí la piedra porque el mármol y el bronce eran muy caros. Al principio era desagradecida, pero luego acabé llevándome bien con ella. Hay que seguir trabajando y esperar a que lleguen mejores tiempos.

P. ¿Ha visto el nuevo museo de la Cidade da Cultura? ¿Qué le parece el recinto?

R. Ví el museo hace algún tiempo pero tengo que volver ahora porque estoy preparando piezas para la exposición que se abrirá allí dentro de unos meses. El problema es que una obra muy grande allí siempre va a resultar pequeña. De todas formas Galicia necesitaba un sitio potente como ese porque no puede ser que llegue un turista y tenga que ir a 20 museos. Puede convertirse en un lugar para mostrar lo que hacen los artistas gallegos. No es fácil llenarlo de contenido pero tampoco hay que apurarse. El Gaiás ha costado mucho dinero pero también se gastó mucho en la Catedral y acabó siendo rentable.

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